martes 8 de marzo de 2022

hoy es ocho de marzo y yo no tengo nada que escribir... no tengo citas, no tengo ideas que compartir, no tengo nada que aportar a la lucha... por no saber, no sé si hoy iré a la manifestación o me iré a yoga... o a casa a quedarme tranquilamente en el sofá...

la pandemia mezclada con mi duelo hace que por un lado las cosas que antes eran habituales, hayan dejado de serlo, que nos parezca arriesgado (incluso temerario) ir a una manifestación... si a esa nueva extrañeza le sumas mis pocas ganas de hacer nada, entenderás que este ocho de marzo me pille así... como me ha pillado todo en los últimos meses... sin fuerzas... 

es como si lo viera todo desde fuera... y además como si estuviera muy lejos...

pero escucho su voz que me dice: escribe, escribe que algo queda... 

pero sigo sin tener nada que decir... la lucha feminista puede seguir sin mí, y sin mis posts que en realidad nada aportan... 


normalmente llego al ocho de marzo entre ilusionada y molesta... los días previos suele haber algo en el ambiente que por un lado te emociona y por otro te pone de los nervios... las redes se llenan de a favores y en contras... de ni michismi ni fiminismi... o del yo no soy feminista, soy femenina... y todas esas cosas... pero este año me pilla desconectada... sé que hay divisiones internas (o eso dicen por ahí) y opiniones enfrentadas, pero mi pena no me deja interesarme demasiado por nada... 

(si he ser sincera, confesaré que ni siquiera la guerra de ucrania ni el final de la pandemia acaban de interesarme del todo... como si lo viera desde fuera... como si estuviera debajo del agua y las imágenes y las voces me llegasen amortiguadas...)


eso y que después de más de veinte años veo horrorizada como la lucha se ha convertido en un día para vender cosas... que el feminismo se convierte en moda... me llegan e-mails de librerías que me ofrecen libros escritos por mujeres (no necesariamente feministas) para celebrar el ocho de marzo... envío gratis por ser el día de la mujer si quiero comprar zapatos... unas braguitas gratis si me compro un conjunto de ropa interior... un ocho por ciento de descuento en productos de farmacia y parafarmacia... descuentos especiales en muebles, en ropa, en artículos de cosmética... es mi día, me dicen, y tengo que celebrarlo, y cómo se celebran las cosas?... pues comprando...

es el ocho de marzo como san valentín, el día del padre o el blackfriday?... espero que no, pero la bandeja de entrada de mi correo electrónico me informa de algo de lo que no me había dado cuenta hasta ahora: el feminismo es un nuevo producto de marketing!... 

sobretodo abundan las ofertas de ropa interior para que me celebre a mí misma como mujer, lo que he de admitir que me incomoda un poco... en parte porque acabo de enviudar y lo de la ropa interior sexy lo tengo un poco descartado... en parte porque siento que el patriarcado no solo nos convierte en moda, sino que retuerce la mística una vez más y nos hace empoderarnos con cosas que en realidad se la ponen dura (perdón por la frase pero es la única que responde a lo que pienso en este momento)

y ahora dirán que se puede ser feminista y femenina... y no digo que no... ahora me dirán que todo lo que empodere a las mujeres es bueno, y sí, pero hay un pero... como siempre... la nueva mística me desconcierta... veo las señales de alarma pero no tengo las palabras para gritarlas... sé que viene el lobo pero como casandra sé que nadie me creerá y que me tomarán por loca... pero no se puede celebrar el día de la mujer trabajadora comprando bragas y cremas antiarrugas... no va de eso... no me gusta la deriva que están tomando las cosas...

y me digo: pásalo a masculino... que es el truco para saber si las cosas chirrían o no... pásalo al masculino... 

en masculino da risa... no hay equivalente... no es así como hay que celebrar el ocho de marzo... no es esta la deriva que debe tomar la tercera ola...

la tercera ola tendría que darles miedo... la tercera ola tendría que ser la que arrasase con todo... pero la marea está bajando... lo siento igual que la sentí subir hace unos años... nos hemos dejado tentar?... nos hemos equivocado en algún punto del camino... o es que el patriarcado ha encontrado por fin la manera de vaciarnos de significado y diluir poco a poco el mensaje, dejando un par de camisetas, y dos o tres frases, para hacernos olvidar lo que es importante en realidad, y no es ni tener un día para comprar libros de mujeres (eso hay que hacerlo habitualmente), ni descuentos y portes gratis, para celebrar nuestra condición de mujeres... 

el ocho de marzo no nos celebramos, el ocho de marzo luchamos por una igualdad que no tenemos (no, señor, no la tenemos, te lo digo muy en serio), tomamos las calles porque las calles no nos pertenecen, porque las calles no son nuestro espacio, porque en las calles estamos normalmente inseguras y en peligro... pero hoy salimos a la calle, hoy levantamos la voz (cosa que como colectivo no está bien visto que hagamos) y gritamos y cantamos, y nos sonreímos y nos abrazamos... hoy nos damos cuenta de que somos muchas, de que somos tantas que el patriarcado debería estar acojonado... hoy descubrimos la fuerza que tenemos, no que tuvimos, no que tendremos, si no la que tenemos ahora mismo, en este preciso y precioso momento... por eso celebramos el ocho de marzo, para recordarnos que la lucha no ha acabado, que falta mucho, que habrá que seguir luchando durante años, pero que somos muchas y muy distintas entre nosotras, y que eso es bueno, eso es maravilloso y nos da la fuerza que ha hecho que la lucha feminista dure siglos... 

y ahora mismo sonrío, porque pase lo que pase no nos rendiremos... incluso en los momentos oscuros sabremos que somos muchas, millones de feministas en todo el mundo, que compartimos lucha, que salimos a las calles de distintas ciudades, y en la manifestación habrá señoras mayores, y señoras de mediana edad como yo, y chicas jóvenes, y niñas con la cara pintada y la ilusión de ir a su primer ocho de marzo... 

así que si vas a la manifestación, mira a tu alrededor y disfruta de la diversidad que verás... esa es nuestra mayor riqueza, esa es nuestra mayor fuerza... celebrémosla...

y ya sabes, como dijo mi querida virginie despentes: buena suerte, chicas, y mejor viaje.



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