lunes 7 de marzo de 2022

he pasado parte del fin de semana leyendo "el complot de las damas muertas" y viajando por europa con jessa crispin... 

así que después de la yugoslavia de rebecca west, jessa crispin se ha ido al sur de francia y allí me ha hablado de margaret anderson, una audaz editora a la que no tenía el placer de conocer... de ahí se ha ido a galway, donde me ha contado cosas de maud gonne (la musa guerrera y algo mentirosa de yeats, creo que la que cuando vieja y canosa sea recordará cuando junto al fuego comience a vencerla el sueño que alguien amó su alma peregrina...)

después se ha ido a lausanne, donde me ha hablado de igor stravinsky, de ahí a san petersburgo, donde me ha contado cosas curiosas de w. somerset maugham, de ahí a londres, donde hemos recordado juntas las novelas de jean rhys (y aunque respeto y entiendo la opinión de jessa, la verdad es que la rhys me cae bien, le tengo cariño, y creo que le perdono encantada ciertas cosas) y de ahí a la isla de jersey, donde me ha contado la historia de claude cahun y marcel moore (que no conocía y que me ha parecido alucinante) y de ahí a una isla griega, donde ha estado tirando al aire una moneda hasta que ha salido cara y ha decidido seguir viaje...

no sé si el libro de jessa crispin es una huida, una novela de crecimiento, una serie de ensayos sobre arte y literatura muy bien hilados, autoficción o una búsqueda que no termina, pero sí sé que me ha encantado, así que le doy las gracias a mi hermana nonó por prestármelo...

dice jessa crispin en un momento del libro que:

"Cuando alguien dice que una canción o un libro o un poema les salvó la vida, esto es lo que quieren decir: 
  • Me sacó de mi cerebro durante el segundo necesario para volver al mundo. 
  • Lanzó una chispa a lo lejos hacia la cual yo podría después construir un camino. 
  • Despertó algo en mi imaginación. 
Porque el suicidio es el resultado de la muerte de la imaginación. Se te olvida cómo soñar otros futuros posibles. No puedes imaginarte nuevas maniobras, nuevas formas. Todo consiste simplemente en el catastrófico presente y nunca habrá un momento en el que esto no sea así. Eso es lo que te mata. Lo que te salva es una nueva historia que contarte acerca de cómo podrían ser las cosas."


y después de "el complot de las damas muertas" saqué del armario el libro "un arcángel manchado de hollín" que contiene tres poemarios de ana blandiana, y me leí los cuatro primeros poemas que la gran ana blandiana publicó en la revista amfiteatru allá por los años ochenta y que hicieron que se prohibiese la publicación de más cosas de ella... 

y de los cuatro copio el de la cruzada de los niños...


La cruzada de los niños

Un pueblo entero
Que aún no ha nacido,
Pero condenado a nacer,
Feto junto a feto,
Un pueblo entero
Que no oye, no ve, no entiende,
Pero que avanza 
A través de los cuerpos atormentados de las mujeres,
A través de la sangre de las madres
A las que nadie consulta.

y también me leí "estrella predadora", el primero de los tres poemarios que contiene el libro (los otros dos me los guardo para más adelante) y me encantó... y de "estrella predadora", copio también un poema que se titula ceder...


Ceder

La reconciliación de la oscuridad y la luz
No es la sombra,
Como la ciénaga no es
La reconciliación entre el mar y la tierra.
Tiende tu mano en el sueño
Y no respires hasta que no alcances 
La punta de mis dedos suspendida hacia ti
Sobre el vacío;
Solo nuestros brazos
Pueden aún formar puentes
Mientras sueñan.


y como ahora los domingos son más largos, después de la "estrella predadora" de ana blandiana, me empecé a leer "mi madre era de mariúpol" de natascha wodin... 

y he de añadir un punto más a la lista de jessa crispin de lo que queremos decir cuando decimos que un libro (o una canción o un poema) nos salvó la vida: y es que a veces basta simplemente con que nos tenga entretenidos... 

porque ayer por la tarde, cuando el domingo empezó a mirarme mal, cuando se hizo la hora y él no vino, cuando el día gris se hizo más gris con el crepúsculo y la casa a oscuras y en silencio me gritaba cosas que no quería escuchar, y yo me repetía como un mantra el final de un poema de julia prilutzky farni que dice "porque está gris y llueve y no has venido", y no podía dejar de llorar; acompañar a natascha wodin en la búsqueda de los orígenes de su madre, e ir encontrando familiares aquí y allí, y fotos de familia, y recuerdos y datos y fechas que contaban una historia, la verdad es que pude mantener la angustia a raya, seguir respirando y no pensar... 

el libro, por cierto, de momento me parece una maravilla... 



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