y he terminado de leer el año 1933 de los diarios de virginia woolf... y virginia ha publicado "flush" (que sigo sin saber donde está), y ha empezado a escribir "los años"...
y me he leído también "el vuelo del ave fénix", una antología de akiko yosano, que es una preciosidad... y me he quedado un poema (que dicen que escribió tras la muerte de su esposo) que dice:
Te fuiste sin saber
lo que mi corazón te susurraba:
esta pena,
estas lágrimas,
este frío...
ay, sí... porque aunque yo hace cosa de un año estaba muy tranquila... tuve un mes para despedirme... le dije todo lo que quería decirle... le dije que le quería... se lo dije muchas veces, pero no me despedí de él del todo... no le dije que le iba a echar de menos... no le pude hablar, porque aún no lo sabía, de lo que me iba a doler, todo lo que iba a llorar, y el frío que iba a sentir (aún lo siento, aún siendo consciente de que no hace frío, tengo que arroparme a mi misma con la chaqueta (la chaqueta que usaba por las noches en el hospital) porque tengo un frío inexplicable y perpetuo...)
se fue sin saber... no sé ni si sabe que mi corazón sigue susurrando... no sé si sabe de todos los versos, de todas las prosas, que me he ido quedando este año, porque me hablan de nosotros... porque me hablan de mi pena... porque se llevan mis lágrimas, y porque el frío parece que se atenúa (es absurdo, pero juro que se atenúa) cuando encuentro las palabras que me cuentan lo que me pasa...
y ahora ando leyendo "doña milagros" de emilia pardo bazán... porque aunque sé que es de loca, por estas fechas leía yo a doña emilia en el hospital (y él me dijo que me la pediría prestada cuando estuviera mejor, porque teníamos que ahorrar, sí, así en plural), y de una manera extraña, me reconforta...
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