martes 5 de abril de 2022

y como decía al final de mi último post, el domingo me lo pasé leyendo "si la muerte te quita algo, devuélvelo" de naja marie aidt, de la editorial sexto piso... 

vi el título y supe que lo quería... así que lo encargué en mi librería favorita, lo recogí el sábado, y me lo leí (casi, casi del tirón) el domingo...


"Levanto la copa y brindo con mi hijo mayor. Arriba duermen su mujer encinta y su hija. Fuera, la noche de marzo es fría y clara. "Por la vida!", exclamo cuando las copas entrechocaban con un sonido tenue y sutil. Mi madre le dice algo al perro.
De pronto suena el teléfono. No contestamos.
Quién iba a llamarnos tan tarde un sábado por la noche?"


así empieza naja marie aidt a contarnos su duelo... la llamada es porque su segundo hijo, que apenas tiene veinticinco años se ha tirado por la ventana de su piso (un cuarto piso) por un mal viaje con setas alucinógenas y está en el hospital... no va a sobrevivir... pero está vivo... y ella nos contara esos pocos días, y el tiempo que vino después, y el tiempo que hubo antes, y el dolor indecible, y la pena impronunciable...

hablando del entierro dice que leyó un poema de walt whitman, y dice: "Cómo pude? Pudiendo. Me levanté de la silla y leí la página. Entereza en la pena, dicen, pero es mentira. Parálisis, pura supervivencia, instinto, fuera de sí, serena en una forma de locura. Blanca, muerta."

yo no hubiera podido... no por la pena, que apenas me dejó dar las gracias por las muestras de afecto... sino porque yo soy incapaz de leer en público... yo pedí que leyeran un poema de karin boye (que me sigo repitiendo como un mantra), pero lo que quiero decir es que entiendo de lo que habla...

dice también naja marie aidt: "No sé si en algún momento de mi vida he estado interesada en ir a ver a un sanador. No he consultado a ninguno desde que te tuve en la maternidad. Volví a recurrir a ellos porque deseaba que alguien curase mi pena. No deseaba recurrir a una persona que ve la pena como un trabajo que elaborar. No deseaba elaborar ningún trabajo. No deseaba contribuir a esa visión de la pena como un trabajo. La sola idea de que la pena es un trabajo a elaborar me disgusta. La sola idea de que la pena es un trabajo que elaborar para curarse me subleva. Yo no tenía fuerzas para trabajar. Yo deseaba que alguien me acariciase la mejilla y me calmase. Yo deseaba cuidados, no trabajo. Yo deseaba que alguien apartase esa pena que me oprimía el pecho, aunque solo fuese un instante. Le pedí a mi sanadora que apartase la pena que me oprimía el pecho, aunque solo fuese un instante. Ella me puso las manos en el pecho. Dijo que iba a abrirme el corazón. Sus manos irradiaban un calor muy intenso. La pena no tiene cura."

conozco la sensación y coincido con ella... los primeros días de este duelo me extrañaba cuando alguien me decía que ahora tenía que "hacer" mi duelo... hacer?... cómo se hace un duelo?... un duelo se pasa, se soporta, se sobrevive o se lleva lo mejor que se puede, pero no se hace... no puede hacerse... no hay nada que puedas hacer para atenuar la pena... no hay trucos, no hay recetas... sí que admito que hay cosas que es mejor no hacer, pero ni siquiera eso lo tengo del todo claro, ya que cada cual es cada cual, y no hay una fórmula mágica para sobrevivir o sobrellevar la pena... además, como ella dice, la pena no tiene cura...

y sobretodo, sobretodo, lo que reconocí en las palabras de naja marie aidt es el aunque sólo fuera un instante... ese necesito que pare, que le dije a mi madre allá por el mes de agosto, solo dos o tres horas, para poder descansar, lo sigo sintiendo aunque ya no lo pronuncio en voz alta... no quieres que pare, no quieres dejar de sentir, no, no aspiras a tanto (me atrevería a decir que esa ausencia daría hasta miedo) pero sí necesitas ese instante, esas dos horas... no sé cómo explicarlo... yo en agosto le decía a mi madre que necesitaba no saberlo un rato... que luego podía seguir con esto, pero que necesitaba un respiro, no saberlo, dejar de sentir el nudo en la garganta y la opresión en el pecho, volver a respirar del todo, coger fuerzas y seguir un poco más...

sobre eso, dice naja marie aidt: "siempre pienso en ti y hay momentos en los que no pienso en ti. no es contradictorio. te llevo siempre conmigo. incluso cuando dejo de pensar en ti por un instante o más tiempo. cuando pienso en ti con pena cuando recuerdo lo que te ha ocurrido todo mi cuerpo se hunde. es una sensación de peso y de que todas las células de mi cuerpo se ven impelidas a ir hacia abajo. hacia la tierra. la sensación no parece alterarse con el tiempo. ahora se me da mejor mantener a raya el llanto si es necesario. ahora soy capaz de pasar hasta una semana sin llorar. es mi récord. pienso siempre en ti y no pienso en ti siempre soy capaz de olvidar y reír y comer y dormir y soy capaz de sobrevivir soy indomable te llevo siempre conmigo. en ese aspecto nada ha cambiado."

parece contradictorio, pero la entiendo... me pasa... pienso en él todo el tiempo, pero hay momentos en los que probablemente una parte de mí deja de hacerlo, de ahí la sorpresa, el dolor como renovado, cuando "me acuerdo" de que ha muerto... entiendo lo del hundimiento... ella dice que es una sensación de peso, yo lo asoció al hundimiento... digo me hundo, y literalmente me hundo... y como dice naja marie aidt es algo que no parece alterarse con el tiempo... es un dolor tan fuerte que te dobla y que te hunde, te derriba, te lleva hacia abajo... lo llevo observando meses... de pronto tengo que sujetarme en la pila del baño, o en el banco de la cocina, en el brazo del sillón, en el borde la mesa, en el quicio de una puerta o si no encuentro donde agarrarme acabo encogida en el suelo llorando sin remedio...

yo aún no aguanto un día sin llorar... pero lo mío es más reciente... sí que es verdad que también a mí se me da cada vez mejor mantener a raya el llanto... es como mantener la respiración, sabes que acabarás teniendo que coger aire, pero cada vez aguantas más... 

también dice: "A menudo oigo esa voz: Sí, lo he comprendido: Carl está muerto.
Así son las cosas. La vida sigue. Y luego pasan dos horas y me echo a llorar encima de la mermelada de albaricoque porque me he acordado de cuánto le gustaba a él la de naranja y que una semana antes de su muerte mi madre le regaló un frasco. Lo encontré en su cocina, empezado, cuando vaciamos su casa. El torbellino que describe Joan Didion en El año del pensamiento mágico: apenas un jirón de un recuerdo que lleva de vuelta al pasado, al tiempo anterior al duelo."

y aunque parezca absurdo, la entiendo... sí, yo también lo he comprendido... sí, lo comprendí hace tiempo, pero esa comprensión, ese conocimiento, no te evita esos torbellinos, esa asociación de ideas absurda, que te rompe, porque todo duele, duele que la mermelada de albaricoque te lleve a la de naranja, como duele cada vez que saco el zumo de naranja del carro de la compra de mi madre, porque él, cuando ya no comía, nos dijo que le apetecería un zumo de naranja de ese recién exprimido que venden en los supermercados... y su hermana le preguntó a su médica, que dijo que no había ningún problema, y su hermano fue a comprarlo, pero él no pudo bebérselo, porque no podía ni tragar, mi dulce amor, que hasta beber agua le costaba...

Mi madre ayer, cuando le dije de qué iba el libro que me estaba leyendo, me dijo que igual era mejor que leyera otras cosas... me lo dijo preocupada... claro... y no fui capaz de explicarle que este (estos) libro(s) reconfortan... 

yo llevo diciéndome que el tiempo se ha roto desde el principio de todo esto, que el tiempo se paró en abril y que se rompió en mayo... me lo digo para intentar explicarme todo este absurdo, este no entender que era mayo y que ahora es abril y que yo sigo sin saber como ha pasado... así que me hizo sonreír leer que naja marie aidt dice literalmente que el tiempo se ha roto...

dice: "Estamos en la cocina de una casa prestada y el tiempo se ha detenido. Nos hemos sentado en torno a una mesa en Copenhague cogidos de las manos. Vemos y oímos el tictac del reloj que cuelga en la pared, encima de la nevera. Pero el tiempo se ha roto. Fluye, es fluido, solamente es ahora, todo el rato ahora, nunca más y nunca menos. No sabemos si es de día o de noche. Ahora estamos más allá de días y noches, días y noches no guardan relación alguna con nosotros, ya no entendemos la diferencia. No tenemos esperanzas de futuro, ya no nos imaginamos ni percibimos el futuro. No vemos el día, la hora, el minuto siguiente. No somos capaces de planear nada. Nos hallamos en un tiempo sin futuro."

nos hallamos en un tiempo sin futuro!... ella lo sabe porque hemos estado en el mismo sitio... esa ausencia de futuro que te impide hacer planes, esa ausencia de futuro que se lleva los sueños, las ilusiones y todo lo que te hace seguir ha desaparecido!... solo hay presente, y es un presente imperfecto, doloroso e incomprensible, que duele tanto que no es un buen sitio...

dice también naja marie aidt que:


"Hay un antes.
Y un después .

Entre ambos polos:

Aquello que lo cambia todo para siempre.
 
Soy otra.

Me he visto obligada a ser otra.

Ya nada es reconocible.

Nada."


y también que: "No es posible escribir con artificio sobre el dolor en bruto. No se adapta a forma alguna. Escribir sobre la más auténtica nada, la ausencia de vida."

y con sus palabras va mezclando palabras de otros... naja marie aidt también lee sobre el duelo... los poemas que mallarmé escribió (o intentó escribir) tras la muerte de su hijo... el libro de c.s. lewis tras la muerte de su esposa... el valle de las mariposas de inger christensen (si pudiera hablar con naja marie le recomendaría la lectura de luz y hierba)... las noches azules y el año del pensamiento mágico de joan didion... y varias referencias más que ahora mismo no soy capaz de recordar... 

creo que en parte es por eso de que hay que "hacer" el duelo... te descubres pensando que algo estás haciendo mal, y buscas en los demás para ver qué hicieron ellos... también creo que naja marie y yo creemos que leyendo entenderemos mejor el mundo... que escribiendo conseguiremos un orden imposible de conseguir en la realidad... o quizás es simplemente que igual que las embarazadas leen sobre el embarazo, las personas en duelo leen sobre el duelo... y como a mí los libros de autoayuda no me van... prefiero leer como les fue a otros... 


y antes de terminar, diré que no lloré casi durante la lectura del libro... sí que tuve que cerrar varias veces los ojos... sí que tuve que respirar hondo varias veces... sí que es verdad que asentí mucho durante la lectura del libro, pero aguanté sin llorar casi, casi hasta el final, cuando hablando del momento de la muerte de su hijo ya en el hospital naja marie aidt dice:

"todo se rompe, como si hasta ese momento hubiese habido esperanza, como si el hecho de que el respirador espirase por nuestro niño supusiera una esperanza, pero no la ha habido nunca y lo sabemos muy bien, aun así la diferencia entre que respire y que ahora estén a punto de desconectarlo es tan grande, tan banalmente grande como la diferencia entre la vida y la muerte

la diferencia es tan grande y tan absurda que no te das cuenta hasta que pasa. nosotros sabíamos desde el principio que no había opciones, que no había nada que hacer, que el tumor no era operable, que era muy grande, que no iba a haber ni quimio, ni radio, y yo me decía a mí misma que ya estaba, que lo había asumido, que mi amor se moría y que sólo quedaba hacerle la vida más fácil y a ser posible más bonita, nada más... pero entonces llegas un día al hospital y te dicen que se le ha obstruido la sonda de alimentación y que se la han quitado y enloqueces... y sabes que se muere, pero ese dejar de alimentarlo te parece tan increíble y tan desconsiderado como cuando la enfermera de la última noche le habló de él mismo en pasado... y lo duermen, y está en la cama inconsciente, y crees que ya no puedes sentir más dolor, pero lo sientes, porque esa noche te vas a dormir diciéndote a ti misma que él aún respira, y eso ya no lo podrás hacer la noche siguiente... la diferencia de respirar o no, es la diferencia entre la vida y la muerte... entre el vacío y la esperanza, entre la negra noche del desconsuelo y ese esperar el milagro que te ha mantenido con vida hasta ese momento. 

después ya no hay futuro, ni esperanza, ni milagro posible... después ya no hay sueños, ni hay ganas... hay una nada oscura con la que no sabes como se convive... 

leyendo... tal vez... y tal vez escribiendo...

naja marie aidt cuenta que fue hasta el hospital gritando... yo sigo sin gritar... quizás por eso escribo... para sacarme de dentro todo el horror de ese grito...

una preciosidad de libro...

así que mil gracias a la editorial sexto piso...

y creo que es bueno leer sobre otros duelos... al menos a mí me ayuda a sentirme menos loca y menos loca...


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