te cuento algo

te diría que tengo el día raro... pero no es el día... soy yo que no sé lo que tengo... dispersa, para variar, pero no sé que pasa que cuando no posteo me siento rara... hoy postea la lantier... tenía un misterio que resolver... y aunque me gustaría cerrar la agencia hay días que no puedo... y posteo... que remedio...








la abuela cumple ochenta y cinco años... ahí es nada... y está encantada con la cesta de flores que le hemos comprado para el cumple... ochenta y cinco años... y viviendo sola... al lado del jefe, claro... y con el movil para llamarte y preguntarte que has comido...







hoy no hace falta, le he llevado la comida yo... es que el jefe el sábado pasado compró merluza para comer y cuando la chica de la pescadería le preguntó si quería la cabeza para preparar un caldo (ay! nonito, qué hacemos con el caldo?), se acordó de que hace tiempo yo preparaba arroz a la marinera... y cocinando... dos veces en la misma semana... y mis hermanas discuten por quien se lleva el taper con lo que ha sobrado... y la abuela que dice que hacía años que no comía tan bien (sé que no es cierto, pero hay mentiras tan preciosas que son mejores que las verdades)... tendré que cocinar mas a menudo...







y tengo los ingredientes para hacer tarta de queso, pero no tengo fuente para meterla en el horno... quizás tampoco tengo el día para preparar algo dulce... no sé... me había propuesto no comprar libros este mes... tengo demasiados cargos hechos a la visa este mes que se acaba como para no poder usarla hasta dentro de dos meses... pero se me había olvidado el pedido al círculo, regalo de la mami... que este mes es doble, el de la allende y el de los peces... y tengo el de pushkin a medias, el de la ccullers que empecé anoche antes de ponerme a escribir... capítulos sueltos de algo que van saliendo, y no puedo evitar empezar a leer el de los peces (como los de la pecera nueva que kitti ha instalado en su blog... a los que no puedo parar de dar de comer...)







es el otoño... todos los años me disperso... me pierdo... empiezo y no acabo las cosas... porque me falta ese algo que te hace acabar... con lo bien que llevaba mi promiscuidad literaria este año... empezando un libro y acabándolo antes de decidir cual sería el siguiente... el caos... será que es mi estado natural... solo hay que ver mi salón lleno de libros y zapatos para intuir que ordenada no es una de mis virtudes...







el año pasado alguien llamaba al despacho y ponía el otoño de vivaldi... mi compañera y yo estabamos intrigadas... sigo sin saber quien llamaba... y si era para mi la llamada... pero ahora cada vez que descuelgo con mi voz de secretaria el teléfono, no sé... creo que espero escuchar a vivaldi... que este otoño ya no llama...







la abuela... la oigo trasteando por la terraza, pide una cámara de fotos... será para hacerle una foto a las flores que le hemos regalado antes de que se marchiten... dice que no quería cumplir mas años... que con ochenta y cuatro estaba bien... me imagino que luego bajará al despacho a decirme eso de "chati... cuéntame algo", o a pedirme mas libros, porque dice que el otro día le dejaron unas novelitas románticas... pero que no le gustan... que prefiere leerse los libros que yo le dejo... y ya le tengo separados el de benedetti, el de relatos y el de turguenev...







ochenta y cinco años... cuantos te quieros no decimos al día? tendré que decirle que la quiero cuando baje y me pida que le cuente algo...







corto y cierro... que este post disperso es demasiado largo...

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