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martes, 26 de noviembre de 2024

retomo el hilo de mis lecturas para contar que terminé de leerme "la furia", de silvina ocampo... un libro de relatos muy ocampianos... relatos inquietantes, con giros finales desasosegantes... relatos afiebrados, oníricos, pesadillescos... 

liebres doradas, obras literarias que se vuelven más reales que la realidad, enfermos que no quieren mejorar y que quieren sus biombos, ángel arturo que se parece a labuelo, gemelos condenados a ser infelices, supersticiones que se van de las manos, la extraña fiesta que acaba en tragedia, perros embalsamados, sombrereras embarazadas que miran fotos para que sus hijos salgan a la foto, ladrones traicionados, muchachas que esperan sin saber bien a quién, sótanos que en invierno son excesivamente fríos y en verano son un edén, ratones que regalan cosas, fotografías que matan, niños que leen el destino en edificios deshabitados, criadas dispuestas a olvidar para conservar el puesto, objetos perdidos que vuelven a aparecer, gemelos que llegan a curiosos acuerdos, las curiosas historias que cuenta una filipina, un niño abandonado, personas capaces de cometer un crimen por evitar un escándalo, amigas de la infancia que roban maridos, extraños festivales, vestidos de terciopelo, mujeres que sueñan con perros que escriben su historia, curiosas distopías basadas en la compativididad, arañas en rodetes de boda, pacientes enamoradas enfermizamente de sus doctores, fiestas infantiles que acaban en incendios y homicidios, historias contadas para atrás, mujeres que esconden a niños horribles y que dejan sin cerrar los botiquines, el asco que se convierte en amor y que tiene que volver a convertirse en asco, retratos de niños que no se parecen al retratado sino a su hermano por nacer, inundaciones que incomunican barrios con el centro de la ciudad, niños que rezan para pedir maldades, las cosas que eliges para ir al cielo o al infierno...

una locura...


y después del libro de la ocampo, me leí "nagori", de ryoko sekiguchi... a la que quería volver a leer desde que me leí "la voz sombra"... 

y "nagori" es un precioso ensayo sobre las estaciones, o quizás sobre los alimentos... o sobre el tiempo que pasa, las diferencias culturales, los tiempos perfectos, la añoranza, la pérdida... lo que es cíclico y lo que no necesariamente lo es... sobre la vida, sobre la muerte... en fin... 

dice por ejemplo ryoko sekiguchi al principio de su ensayo que: "En ocasiones asumimos que ciertos conceptos que consideramos fundamentales para la vida son universales, y nos sorprendemos cuando descubrimos que no se aplican en todo el mundo. Es lo que sucede, por ejemplo, con las nociones de sociedad, libertad o amor, que en japonés sólo existen desde la apretura del país durante el siglo XIX, como conceptos traducidos de las lenguas europeas. Esta constatación asombra aún a quienes no son japoneses.
Del mismo modo, cuando vivimos en un lugar con periodos estacionales bien diferenciados, tendemos a olvidar que no sucede lo mismo en todas partes."

y continúa un poco más adelante explicando que: "Así, existen tres términos diferenciados para describir en qué estado de la estacionalidad se encuentra un alimento: hashiri, sakari y nagori. Designan, respectivamente, el equivalente a «primeros frutos», a «plena temporada», y el último, nagori, al final de la temporada, «la nostalgia por la estación que termina»."

y también explica que: "Por extensión, nagori puede nombrar «lo que queda», persona u objeto, lo que subsiste en el mundo en el lugar de una persona fallecida, como un niño recuerda a sus difuntos padres a quienes los conocieron. Puede aludir asimismo al momento de la separación o al final de la vida. O al estado de algo que persiste, como esas pocas flores que permanecen en el árbol al término de la estación."

una preciosidad de ensayo, la verdad...


y después del ensayo de ryoko sekiguchi, me releí "el alba en la espalda", de pino ojeda... que me volvió a encantar... pero que no era lo que yo estaba buscando... mis recuerdos se mezclaron con suposiciones y no... no era lo que yo esperaba... pero la culpa es mía y no de pino ojeda...


y después me empecé a leer "una librería en berlín", de françoise frenkel... 

françoise frenkel, nacida en polonia, abrió una librería de literatura francesa en berlín en los años veinte... había estudiado en parís, amaba la literatura francesa, y quería llevarla a la alemania de la posguerra... y no le fue mal... al poco tiempo tuvo que trasladarse para ampliar la librería... pero entonces llegaron los años treinta... polaca, de origen judío y con una librería francesa, después de la noche de los cristales rotos y de las leyes raciales, tuvo que abandonar alemania... 

una de las cosas que no lograba entender de ese periodo de entreguerras en alemania, era porque los judíos tardaron tanto tiempo en salir (los que salieron) de alemania, teniendo en cuenta el ambiente, las leyes y las barbaridades que iban in crescendo... he leído mucho sobre ese momento histórico que me fascina y me horroriza, intentando entender porque en el treinta y tres no salieron de allí todos corriendo horrorizados, y si no en el treinta y tres, en el treinta y seis, en el treinta y ocho... no entiendo como en esos seis años que van de las elecciones que ganaron los nazis a la declaración de la guerra, no salieron todos huyendo como almas que lleva el diablo a donde fuera...

françoise frenkel ha conseguido que entendiera que no es tan fácil... ni para una polaca que vive en berlín... ella tenía una librería, tenía una vida allí... tenía cuentas que pagar, un negocio que traspasar, un futuro que replantearse... y lo que pasó era inimaginable!... nosotros sabemos cómo acaban los años treinta, nosotros sabemos cuál era el plan... donde iban los trenes, lo que pasaba en los campos, pero ellos no... nadie podía imaginarse semejante locura, semejante barbaridad, semejante salvajada... no era imaginable semejante exterminio, ni el celo ni el odio que se empeñó en llevarlo a cabo...

françoise frenkel, intentó ir a polonia con su familia, pero la guerra ya había empezado... escapó a parís, con el último tren que sacó a los franceses de berlín... y después... después la novela es una huída... de parís hacia el sur... a niza... y la llegada de los alemanes y de sus leyes, que el gobierno de vichy cumple escrupulosamente... y el censo, y los judios marcados y localizados, y las deportaciones, y los campos... françoise escapara por las señas que le hará uno de sus vecinos desde un balcón, y después de eso, el miedo y la ocultación... tener que esconderse en casas sabiendo que con su presencia comprometía la seguridad de las personas que la ayudaban... y ahí, como en todas partes, hay personas maravillosas empeñadas en salvarla y personas interesadas que ayudan para sacar tajada, y que además amenazan, se aprovechan, chantajean y roban... y un par de intentos de pasar la frontera con suiza... y la cárcel y los juicios, y de nuevo esa parte de la historia que tanto me choca: la colaboración de muchos franceses con los ocupantes alemanes... la colaboración entusiasta, convencida con los nazis...

esa parte en la que las propias autoridades francesas, promulgan leyes, detienen gente y los mandan a los campos de concentración alemanes, me sigue horrorizando...

que me ha encantado la novela de françoise frenkel... 

y antes de dejarlo por hoy, voy a copiar el prólogo de la propia françoise frenkel a sus memorias, que dice:

"Es deber de los supervivientes rendir testimonio con el fin de que los muertos no sean olvidados ni los oscuros sacrificios sean desconocidos.
Ojalá estas páginas puedan inspirar un pensamiento piadoso para aquellos que fueron silenciados para siempre, exhaustos por el camino o asesinados.
Dedico este libro a los HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD que, generosamente, con una valentía inagotable, opusieron la voluntad a la violencia y resistieron hasta el final.
Querido lector, ten hacia ellos el cariño agradecido que toda acción magnánima merece.
Pienso también en mis amigos suizos que me tendieron la mano en el momento en que más me sentía hundir, y en la clara sonrisa de mi amiga Lie, que me ayudó a seguir viviendo."

sí... es deber de los supervivientes rendir testimonio... nuestro deber es leerlos... para no olvidar... para de alguna manera evitar que algo así vuelva a pasar...



lunes, 2 de septiembre de 2024

y después del ensayo sobre las reinas y las amantes de los reyes franceses, me llegó "lo que cabe en un instante", de abigail thomas... autora de la que me enamoré cuando me leí "una vida de tres perros"... así que cuando me enteré (por instagram... curioso que me entere de las novedades editoriales (yo que no me enteraba de las novedades editoriales) precisamente por instagram), pues me puse una alarma en el móvil (no es coña) porque el libro salía el día 26, y yo lo quería, si no el mismo día 26, al menos el día 27, así que pasé pedido a una de mis librerías de confianza por internet el viernes... y en cuanto me llegó y me terminé el libro que me estaba leyendo (el de las reinas y las favoritas francesas), pues me lo leí, claro... del tirón, como se leen algunos libros... y si con la vida de tres perros me enamoré de ella, con "lo que cabe en un instante" sé que lo nuestro es amor verdadero...

y dice abigail thomas:

"Antes de conocerte ponía mi música en una Victrola infantil. Music from Ring Pink, una y otra vez. "Tears of Rage", "The Weight". Wheels of Fire. Tenía tres hijos. Comíamos poniendo los platos encima de un cajón de la cocina vuelto del revés porque no había mesa. Yo era joven. No sabía qué podía deparar el futuro. Estaba anclada en el presente; todo lo demás lo apartaba, como muebles que aún no necesitaba. Vivíamos hacinados en un espacio diminuto. Mi cama estaba en la salita.
Esta época que rememoro es la de justo antes de conocerte; luego te conocí, y luego te moriste. Son los paréntesis dentro de los cuales he vivido la mayor parte de mi vida. No conocerte, conocerte, y tu muerte."

así empiezan estas memorias a retazos, a pinceladas, en las que abigail thomas nos va contando su vida, su duelo, sus alegrías, como fueron las cosas, algunas anécdotas, algunas rupturas, malos entendidos y cosas que no llega a contar (espectacular el final del final..)

un duelo, aunque no lo sabía al comprarlo (la verdad es que vi que errata naturae sacaba libro de abigail thomas y no investigué mucho más, quería leer el libro aunque fuera de cocina), sigo enganchada a los libros de duelo... me siguen haciendo bien los libros de duelo... 

porque me pasa como a ella, uso los mismos paréntesis que ella (no conocerle, conocerle y su muerte...)

o como por ejemplo cuando abigail thomas dice: "Mientras tú vivías, el pasado era algo vivo e inacabado. Como un cuadro que no habíamos terminado. Como un jardín que aún estábamos aprendiendo a cuidar. Nada estaba grabado en mármol todavía, y acaso no cambiábamos también nosotros mismos? Era posible redimir nuestro pasado redimiéndonos nosotros. Tenía en mente una especie de alquimia. Pero entonces moriste y todo quedó zanjado de la noche a la mañana. Lo hecho, hecho estaba. Ya no cabía enmendar nada. Lo único que puedo hacer es descascarar, ver qué se desprende de mi mano, buscarle una forma."

lloré cuando leí la parte en la que abigail thomas cuenta que "No se metió en la cama a su lado, bajo el lío de cables y tubos que salían y entraban de bolsas de sangre y agua, no se metió en la cama a su lado para sentir su cuerpo junto al suyo, aunque lo barajó, cómo rodearlo con su brazo -con mucho cuidado- y apoyar la cara contra la mejilla de él, cómo le diría: «Acaso no sabes que sólo me fugaría contigo?», porque sabía que le complacería, lo creyese o no; pese a que se vio a sí misma haciendo esas cosas, no las hizo."

(porque yo también lo barajé, pero tampoco lo hice (y me arrepiento profundamente de ello, es una de las pocas en mi vida de las que me arrepiento de verdad...))

o cuando dice que "Piensa en su agonía como en un agujero por el que se cayó, un agujero en el día que se abrió y con las mismas se lo tragó. Aun así, él sigue aquí; lo siente cerca. Lo siente constantemente. Da por hecho que él ahora sabe todas las cosas que quiso decirle. O al menos, eso espera."

(yo también lo espero)

dice también: "Moriste, y el pasado se escindió de mí igual que un continente a la deriva."

y hablando del año nuevo (yo casi me vuelvo loca en año nuevo) que es "Como un suelo falso. Alguien lo ha inclinado y yo me he deslizado en el nuevo año, pero tú te has quedado atrás.

y para terminar, hay un momento en el que abigail thomas dice: "Tenías una manera muy particular de pronunciar mi nombre. Quizá por la inflexión, algo que aportabas a esas tres sílabas. Y ahora ya no estás y mi nombre vuelve a ser sólo mi nombre, y no la historia de mi vida."

(me paso algo muy parecido a lo que describe abigail...)

pero además, o a pesar de, el libro es luminoso y precioso... no es un libro triste, es un libro vital y genial y fácil de leer, y que engancha... y abigail thomas mezcla duelo y alegrías y amores y desamores y la vida y la muerte y los recuerdos y la muerte de su ex marido (su segundo ex marido) y la vida con su tercer marido y sus nietos y sus hijos... que de verdad que es una maravilla de libro...


y después de semejante maravilla maravillosa, me leí "galatea", de madeline miller (libro que me compré en cuanto me terminé de leer su "circe") y que después del "pigmalión" de bernard shaw y de las "mujeres de troya" de pat barker, tenía muchas ganas de leer...

y el único pero que le puedo poner a la "galatea" de madeline miller es que es demasiado corta... por lo demás, es prefecta... esa galatea que se me antojaba en la habitación del empapelado amarillo (la de la charlotte perkins gilman)... ese pigmalión convertido en un incel... ay! no digo nada más, pero fue un placer leerla...


y el viernes por la noche (cuando terminé la galatea ya era el viernes por la noche), en uno de esos artículos sobre la rentreé literaria (que no pude leer porque requería suscripción, cosa que aprovecho para decir que me saca un poco de quicio, eso de empezar a leer un artículo o que alguien me mande un artículo, y no poder leerlo porque es de pago, que lo entiendo, pero no por eso deja de desquiciarme cuando me pasa...) y vi (es lo único que vi) que nombraban el libro "la voz sombra" de ryoko sekiguchi, y que tenía algo que ver con el duelo... así que me lo compré (acababa de entrarme la nómina y tenía un carrito a medias en el que he ido metiendo y sacando libros durante las vacaciones) y me lo leí (sí, del tirón también el viernes por la noche) y me encantó tanto que ya me comprado otro libro de ella...

y el libro empieza así:

"El mundo se ensombrece.
   
O quizá no sea el mundo lo que se ensombrece, sino yo la que se ha sustraído del mundo tal como era, más liviano y luminoso.
   
Esto es una historia personal no en la medida en que me atañe a mí,  la persona que escribe esta frase, sino en la medida en que atañe a una persona que existió en el mundo concreto.
   
Atañe a una voz.
   
Porque la voz siempre es concreta.
   
El mensaje de este libro, o más bien la moraleja que se extrae de su lectura, es únicamente éste: graba la voz de tus seres queridos."

(ay!... aún me acuerdo de una noche de hace tres años por estas fechas, el primer septiembre después del fin del mundo, cuando de repente me acordé de que él había abierto un canal de youtube (lo que me reía yo entonces diciéndole que nunca pensé que me tiraría a un youtuber...) para sus clases, por si volvían a encerrarnos (qué miedo nos daba un segundo confinamiento), tener preparadas unas cuantas clases virtuales... era un canal de youtube en el que explicaba problemas de matemáticas con ayuda de una tableta que le vendí de rebajas... seguramente por eso presté tan poca atención en su momento... y cuatro meses después de su muerte me acordé... un canal de youtube donde podría oír su voz!... y lo estuve buscando durante horas... hice todas las búsquedas que se me ocurrieron, poniendo todas las palabras clave posibles e imposibles... empecé a ver varias decenas de videos, pero no encontré su voz y lloré y me desesperé, y se me hizo de madrugadas buscando lo imposible... su voz en internet, aunque fuera explicándome algo para mí incomprensible... y maldiciéndome a mí misma por no haber prestado más atención en el momento... y ya que estaba, por no haberlo obligado a grabarme un par de audios, diciendo mi nombre, o dándome los buenos días o las buenas noches...)

y el ensayo (o las memorias, la verdad es que no lo sé) de ryoko sekiguchi, me encantó, claro... porque es precioso y es ameno y me habló de cosas que siento...

como cuando dice: "O será que lo contrario de la presencia no es la ausencia, sino la desaparición? Será porque la presencia prevalece mientras dura la vida, en tanto que tras la muerte de un ser no es la ausencia, estado estático, lo que nos embarga, sino la desaparición, permanentemente renovada? Será eso lo que nos desgarra y agrede, no un estado, sino una acción que se repite hasta el infinito?"

y que "Después de la muerte de una persona, cada vez que pensamos en ella, e incluso cuando no lo hacemos, la desaparición se nos manifiesta a su antojo y nos hace revivir la pérdida: a cada instante, la espada de la acción desaparecer cae y cercena."

y que "A medida que pasamos el duelo, los embates de la desaparición son cada vez menos violentos. Pero la ausencia permanece y se queda para siempre. La ausencia no desaparecerá." 

(es contradictorio, pero me reconfortó un montón...)

y que "Hay algo devastador en la marcha definitiva de una persona, algo que nos deja devastados. No es producto de nuestra imaginación; esa marcha despeja dentro de nosotros un territorio, un espacio inmenso hecho de ruina y desolación."

(esto también me reconfortó un montón...)

y que "En nuestros tímpanos están grabadas las voces de ciertas personas de las que habríamos preferido no separarnos jamás. A la manera de un epitafio o un tatuaje, están inscritas en nuestro cuerpo."

lo están... pero a veces es complicado escucharlas cuando nos hace falta...

que me encantó este ensayo de ryoko sekiguchi... 


y he pasado el fin de semana leyendo "americanah", de chimamanda ngozi adichie (porque el primer septiembre leí a chimamanda?... probablemente...) y de momento, encantada y engachada... a ver como acaba...