viernes, 10 de octubre de 2025

y siguiendo con los actos privados de celebración del nobel, terminé de releer "las siete edades" de louise glück, que me volvió a encantar... 

y me quedé con el poema albada, que dice:

Albada

Había un verano
que volvía muchas veces
había una flor que al abrirse
adoptaba muchas formas
   
El carmesí de la monarda, el oro pálido de las últimas rosas
   
Había un amor
Había un amor, había muchas noches
   
El olor de la celinda 
Los pasillos de jazmines y azucenas
El viento seguía soplando
   
Había muchos inviernos pero cerré los ojos
El aire frío, blanco de alas deshechas 
   
Había un jardín al fundirse la nieve
Azul y blanco; no era capaz de distinguir
entre mi soledad y el amor...
   
Había un amor; eran muchas sus voces
Había un amanecer; a veces
lo mirábamos juntos
   
Estuve aquí 
Estuve aquí 
   
Había un verano que volvía una y otra vez
había un amanecer
me hice vieja mirándolo

un placer, siempre, releer a la glück...


y después de releer a la glück, me leí "blancura" de jon fosse (el penúltimo nobel en ese momento), que es una novela, yo diría onírica y desconcertante, que me hizo negar con la cabeza varias veces (porque si vas conduciendo sin rumbo y el coche se te queda atascado en un camino poco transitado y está anocheciendo  y empezando a nevar, yo creo que adentrarse en el bosque no es lo aconsejable...) y me dejó bastante desconcertada...

pero está entretenido...


y después del fosse, retomé la poesía completa de mi muy querida wislawa szymborska (que también ganó el nobel), y me releí  "gente en el puente"... una maravillosa maravilla, la verdad...

y de "gente en el puente" me quedé con este poema en el que wislawa hace una lista de preferencias maravillosa...

Posibilidades

Prefiero el cine.
Prefiero los gatos.
Prefiero los robles a orillas del Varta.
Prefiero a Dickens que a Dostoievski.
Prefiero que me guste la gente
que amar a la humanidad.
Prefiero tener a mano hilo y aguja.
Prefiero el color verde.
Prefiero no afirmar
que la razón es la culpable de todo.
Prefiero las excepciones.
Prefiero salir antes.
Prefiero hablar de otra cosa con los médicos. 
Prefiero las viejas ilustraciones a rayas.
Prefiero lo ridículo de escribir poemas
que lo ridículo de no escribirlos.
Prefiero en el amor los aniversarios no exactos 
para celebrar todos los días.
Prefiero a los moralistas
que no me prometen nada.
Prefiero la bondad astuta que la demasiado crédula. 
Prefiero la tierra vestida de civil.
Prefiero los países conquistados que los conquistadores.
Prefiero tener reservas.
Prefiero el infierno del caos que el infierno del orden.
Prefiero los cuentos de Grimm que las primeras planas de los periódicos.
Prefiero las hojas sin flores que la flor sin hojas.
Prefiero los perros con la cola sin cortar.
Prefiero los ojos claros porque los tengo oscuros.
Prefiero los cajones.
Prefiero muchas cosas que aquí no he mencionado
que muchas otras tampoco mencionadas.
Prefiero el cero solo
que el que hace cola en una cifra.
Prefiero el tiempo insectil que el estelar.
Prefiero tocar madera.
Prefiero no preguntar cuánto me queda y cuándo. 
Prefiero tomar en cuenta incluso la posibilidad
de que el ser tiene su razón.

(y también con un par de poemas para mi antología de pájaros...)

una gozada releer a la zsymborska...


y después del poemario de la szymborska, como ya era miércoles, y estaban a punto de dar el nobel, decidí leerme "imposible decir adiós" de han kang (la última señora que ha ganado el nobel...).

y ahora no sé si mi libro favorito de han kang es el de "actos humanos" o éste...

y es que han kang consigue contar la depresión y el horror de las masacres, todo a la vez, todo en uno... 

(incluso consigue que su protagonista se meta en el bosque en medio de una tormenta de nieve y yo en vez de negar con la cabeza, asienta, porque, pobreta, no puede hacer otra cosa...)

y la novela empieza así: 

"Caía una nieve rala. 
La llanura en la que me encontraba lindaba con una colina, sobre cuya ladera había plantados miles de troncos negros. Gruesos como durmientes de ferrocarril, todos tenían alturas distintas, como personas de diferentes edades. Sin embargo, no eran rectos como durmientes, sino ligeramente ladeados y curvos, como miles de hombres, mujeres y niños escuálidos andando cabizbajos bajo la nieve."

es una pesadilla... una pesadilla que persigue a la narradora/protagonista, aunque al principio, ni ella, ni nosotros entendamos qué significa...

también consigue han kang describir una migraña y lo que se siente cuando es de las malas en el fragmento que dice:

"Era como si me seccionaran el globo ocular con un cuchillo desafilado. Aguantando el dolor, apoyé la cabeza en el frío cristal de la ventanilla. Como ocurría siempre, el suplicio me aislaba. La tortura que me infligía mi propio cuerpo me encerraba en el presente. Me desterrada del tiempo anterior al sufrimiento, del mundo habitado por la gente que no padecía ningún dolor."

no sólo por el cuchillo desafilado, sino por ese destierro...

también me gustaron mucho esa especie de versos (en cursiva en el original) cuando dice:

"En qué puedo pensar que me sostenga,
cuando no arde llama alguna en mi pecho
y ya no podré abrazarte aunque regrese?"

y para terminar, voy a copiar un trozo, de una leyenda (o más bien de varias leyendas), porque me fascinan estos mitos o estas leyendas, que cambian los detalles, pero conservan la esencia, en distintas culturas, en distintos lugares... 

"Habíamos estado comentando que, casualmente, en las tres montañas que habíamos visitado hasta el momento había una roca con una historia detrás. Todas esas leyendas seguían un patrón parecido: un viejo mendigo llamaba a la puerta de las casas de la aldea que estaba a los pies de la montaña, pero la única persona que le abría y le ofrecía un poco de arroz era una mujer que vivía sola. Para agradecerle el gesto, el mendigo le decía que a la mañana siguiente, sin contárselo a nadie, subiera a la montaña antes del amanecer y que, pasara lo que pasara, no se diera la vuelta para mirar atrás hasta llegar al otro lado del monte. La mujer hizo caso de su consejo y subió a la montaña, pero cuando estaba a medio camino se producía un maremoto o caía una lluvia torrencial que se tragaba la aldea. En cada una de esas historias, sin excepción, la mujer se daba la vuelta para mirar atrás. Entonces se quedaba petrificada en el sitio, convertida en roca."

(o en estatua de sal...)

una maravilla leer a han kang (seguramente uno de mis grandes descubrimientos del año pasado) y esta novela de amistades, relaciones madre-hija, cotorras, memoria y olvido... y con tormentas de nieve, y apagones y velas y cosas que no se pueden explicar, cerillas incluidas...


y como cuando me acabé el libro de han kang ya habían dado el nobel, ahora me estoy leyendo "al norte la montaña, al sur el lago, al oeste el camino, al este el río" de lászló krasznahorkai...

(la porra del nobel al final la ha ganado mi padre que dijo que iba a ganar un hombre, europeo, en prosa, conocido (ya expliqué que considerábamos a un autor conocido y si había tres libros o más traducidos al castellano) y muy mayor (claro que el señor que ha ganado el nobel tiene un año menos que mi padre, así que lo de que ha acertado al decir que era muy mayor no me ha acabado de gustar...))

(y sí, por si alguien me lleva las cuentas, si esta noche me termino el libro del nuevo ganador del nobel, no sólo me habré leído a todos los ganadores del nobel de literatura, sino que para celebrar el nobel, este año, me habré leído diez premios nobel en diez días...)



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