viernes, 29 de noviembre de 2024

y he estado leyendo estos días el libro "podrías hacer de esto algo bonito", de maggie smith...

admito que cuando lo vi me ilusioné, porque creía que era de maggie o'farrell... luego me di cuenta de que no, me desilusioné y lo quité del carrito de la compra... 

cuando me volvió a aparecer, no me preguntes porqué, sabía que no era de la o'farrell, pero creí que era de la smith... pero no de maggie smith, sino de ali smith... y me volví a desilusionar... y volví a sacarlo del carrito de la compra... 

luego pensé que si era de libros del asteroide, me iba a gustar, y que una autora que tenía el nombre de pila de la o'farrell y el apellido de la ali, era como una señal, y que me iba a gustar... así que me lo compré, y no me equivocaba... el libro me ha encantado, me ha encantado la maggie smith y su forma de escribir, y (como dice mi hermana nonó) me gustaría ser su amiga...

y el libro empieza con una cita de la dickinson que dice:


Estoy afuera con candiles,
buscándome a mí misma.
Emily Dickinson

y continúa:

"Antes de que emprendamos esta travesía juntas, yo con mis candiles, tú siguiéndome de cerca, una luz parpadeante alumbrando nuestras caras, quiero dejar clara una cosa: esto no es una revelación total. Una revelación total requeriría una narradora omnisciente, deiforme, que planease por encima del escenario, escudriñase el interior de las casas, escuchara conversaciones y llamadas telefónicas y leyera mensajes y correos electrónicos. Tengo celos de esa narradora que todo lo sabe, a pesar de que no existe. Yo quiero saber lo que sabe ella.
No es una revelación total porque el todo es algo a lo que no tenemos acceso. Nunca obtenemos el todo. Una parte, sí. Gran parte, con suerte. El todo, no. La revelación total no existe, existe solamente la revelación parcial; la revelación semitotal, a lo sumo. Esto es una revelación de lo mío, y lo mío cambia sin cesar porque yo cambio sin cesar. Así de escurridizo es lo mío."

y un poco más adelante se pregunta:

"Por dónde empiezo? Podría empezar por mi niñez. Podría empezar en el aula universitaria donde me senté frente al hombre con el que más tarde me casaría; o en el Denny's de la carretera estatal 23, donde escribimos chascarrillos privados en los sobres del azúcar; o en nuestro primer piso, en Grandview, donde un rayo me atravesó la noche en que nos mudamos; o en el hospital donde nacieron mis hijos y donde nací yo y donde nació mi madre; o en nuestras últimas vacaciones en familia, cuando metí mi tristeza en la maleta y me la llevé a la playa; o en el despacho de mi abogado, tocando un cuarzo rosa pequeño y afilado por debajo de la mesa de reuniones; o al final de todo, que fue también, en cierto modo, el principio; o en este momento en que te escribo a ti y contemplo la niebla rozando los tejados de las casas del otro lado de la calle, como si las nubes se hubieran hartado de surcar el aire y se hubieran dejado caer; o... o... o...
Esta historia podría empezar en cualquiera de esos lugares. Yo empiezo aquí."

y empieza con una piña:

"Era una piña extraña la que mi marido trajo a casa para nuestro hijo de cinco años, Rhett, al volver de un viaje de negocios. Parece una pequeña granada de madera, pensé.
A mi hijo siempre le ha gustado coleccionar lo que él llama "tesoros naturales": piñas, bellotas, piedras, flores, conchas. Encuentro alguno cada vez que pongo una lavadora y le vacío los bolsillos. Los encuentro en el bolso y en los bolsillos del abrigo, donde él los desliza para que yo los descubra.
La piña, traída a casa, a Ohio, en un avión, estaba sobre uno de los dos aparadores de nuestro comedor."

después, maggie smith encontrará en el maletín de su marido una postal dirigida a otra mujer que vive en otro estado, en la que se hace mención a esa piña, a un paseo y a otras cosas que maggie no nos llega a contar (maggie es muy discreta, es una de las cosas más maravillosas y curiosas de este maravilloso libro, lo discreta que es maggie contándonos su ruptura...) y ahí empieza (o quizás ya empezó antes) el final de su matrimonio...

a retazos, maggie smith nos cuenta, no sólo el final, sino también su matrimonio... como se conocieron, su boda, los nacimientos de sus hijos, los abortos que tuvo, lo dura que fue la maternidad, las publicaciones de sus libros, los viajes de trabajo, y lo que todo eso le fue haciendo a su matrimonio... también nos contará la terapia de parejas, el proceso de divorcio, la mudanza de su marido, primero a unas calles de distancia, después a varios estados (al estado de la piña, claro) y las dudas, el dolor, el miedo, la pérdida de coordenadas... el rencor, las concesiones, las alegrías y las ternuras que encontró en el proceso...

y es una maravilla... es algo bonito... 

(y además maggie smith sólo compara la ruptura con un duelo una vez en todo el libro, y quiero pensar que es un error de traducción...)

y de verdad que si se podía hacer algo bonito, maggie smith lo ha hecho, porque el libro es precioso, ligero, esperanzador y gracioso, a pesar de estar contando una ruptura, además de estar pasando por un divorcio caro y complicado... 

(incluso me he quedado con dos de sus poemas para mi antología de pájaros...)

que me ha encantado el libro, me ha encantado maggie smith y estoy deseando que traduzcan toda su poesía al castellano...

(hasta me estoy planteando traducir yo misma algo...)

una maravilla...


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