lunes, 9 de septiembre de 2024

y como decía la última vez que pasé por aquí, me leí "rostros en el agua", de janet frame entre acojonada y encantada... la novela trata en modo ficción de las entradas y salidas de istina (que es en realidad janet) de distintas instituciones para enfermos mentales... y dentro de estas instituciones, de como va pasando de un pabellón a otro (con lo que conlleva ir del pabellón cuatro (a las que pueden que en algún momento les den el alta y que usan su propia ropa y tienen visitas y demás) al dos (en el que sabes que no serás daba de alta nunca, y la ropa está en común, para las pocas ocasiones en las que hay que vestir a las internas y donde las bragas escasean...), y de los tratamientos a los que es sometida ella y son sometidas otras internas...

una novela dura y complicada, angustiosa por momentos, y eso que desde el principio sabes que "acaba bien" y que a la pobre istina en algún momento la dejarán salir del infierno...

(y como siempre que leo una de estas novelas, la sensación de trampa que se cierra, de que una vez dentro todo está diseñado para condenarte, para enloquecerte si no lo estás ya, o para empeorar tu locura... como istina, que no es violenta, pero que ante la amenaza de otro tratamiento de electroshock, se asusta, intenta huir, es inmovilizada y en un intento por defenderse, agrede a una de las enfermeras... lo dicho, esa sensación de trampa...)


y después del libro de janet frame, me leí "el agua que falta", de noelia pena (noe de libro de arena!), y me encantó tanto que me lo leí casi, casi del tirón... me lo empecé a leer cuando se fueron mi hermana y mi sobrino nuevo, me leí la mitad, paré para ducharme y cenar algo, y me lo terminé de leer antes de acostarme... porque como era sábado, bien podía acostarme más tarde...

y el libro empieza así: "De múltiples maneras las líneas divisorias que hemos aprendido a trazar, y entre cuyos límites nos movemos a lo largo de nuestra vida, nos hacen aún más difícil vivir. El pequeño horizonte de seguridades, que tanto nos esforzamos en decorar, acaba tomando la forma de un espacio no sólo limitado, sino limitante. Cómo puede ser que hayamos llamado seguridad a los escasos tres pasos que conseguimos dar antes de tropezar con la siguiente pared? Nos protege de algo esta fina pared? Ni tan sólo de nosotros mismos. Pero levantamos muros y añadimos todo tipo de paneles divisores a un mundo que nunca parece llegar a estar suficientemente dividido."

y dice un poco más adelante que: "Dejar de sentir que estamos solas frente a la realidad es nuestro comienzo. Esto significa dejar de tener miedo. Significa desafiar la norma que el capitalismo impone sobre nuestros cuerpos, norma que hace de nuestra soledad mordaza que nos impide expresar qué nos sucede. Es en nuestra negociación diaria con múltiples micromiedos donde enfermamos. «Cómo podemos el miedo?» es la única pregunta que no dejaremos nunca de hacernos. Estamos preparadas para devolver la mirada a quien necesite unos ojos?"

y que: "El arte no puede ser una evasión de eso que llamamos vida sino un medio para atravesarla en su profundidad. Por eso es bueno tener siempre a mano un libro sin empezar, por si llega ese momento en el que se hace necesario huir. Huir a lo más profundo si cabe."

ay, sí, es bueno (y necesario) tener siempre a mano un libro sin empezar (y me permito añadir, un libro siempre empezado) por si ese momento llega... 

y dice también noe que "Los mecanismos que desarman nuestra palabra se han perfeccionado de tal modo que se ha hecho innecesario prohibirnos hablar. El control que se ejerce sobre los discursos no ha desaparecido sino que ha cambiado de forma: abarca ya una extensión grande, se camufla en lo cotidiano, se hace imperceptible. La estrategia depurada no poda las ramas sino que quema la raíz."

una maravilla, una conversación tranquila y pausada, y brillante y llena de citas y de reflexiones y de cosas que son así, pero que preferimos no pensar demasiado... y mientras la leía, con la sensación de estar oyéndola, de estar en conversación con ella a través de las páginas de su libro, pensaba que ojalá una segunda parte después de la pandemia... ojalá un agua que falta con las nuevas problemáticas a las que nos enfrentamos en la actualidad... sería una maravilla...

mientras tanto, buscaré su otro libro, "la vida de las estrellas", para tenerlo ya por casa...


y después del libro de noe, el domingo por la mañana retomé la relectura de la poesía completa de idea vilariño, y me releí "la suplicante", que es demasiado corto... casi sigo leyendo, pero me conozco y sé que me lo habría leído entero (y al final habría llegado con esa sensación de empacho que me causan a veces los tomos de poesías completas, cuando me dejo llevar y me los leo sin hacer pausas entre poemario y poemario...)

una maravilla, como siempre leer a la vilariño...


y entonces me acordé de que yo me quería leer a todos los señores que ganaron el nobel a los que aún no tengo el placer de conocer, así que miré mi lista (sí, tengo una lista en el movil, y voy tachando los que me voy leyendo para no liarme...) y vi que me tocaba conocer a wladyslaw stanislaw reymont, escritor polaco, del que tenía por casa su novela "justicia" (en una de esas ediciones de orbis, de las obras de los nobel...)

así que ayer me leí "justicia", de wladyslaw stanislaw reymont... un horror... no un horror de que no me gustó, sino un horror de que es un patiment de novela...

juan (en mi traducción, aunque yo creo que en realidad se debe de llamar jan o algo así...), se ha escapado de la cárcel, donde ha sido condenado a tres años, porque el intendente intentó propasarse con su novia, así que juan le atacó, y le acusaron de intento de homicidio... pero como decía, juan se ha escapado y se va a casa de su madre, herido y asustado... y su pobre madre, pues tiene miedo de que vayan a llevárselo... tiene miedo de los vecinos, tiene miedo de su inquilina, tiene miedo de la novia de juan, a la que ella al principio, culpa de todo... y hay quienes la ayudan, avisándola del peligro, y hay quienes se quieren aprovechar de la situación para hacer negocio... y ella quiere irse a brasil, pero en realidad no quiere dejar sus tierras... y el final... ay! el final es brutal...


y ahora me estoy leyendo "un mago de terramar", de ursula k. le guin, pero nada puedo decir, porque apenas me he leído diez páginas...


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