lunes, 22 de julio de 2024

y terminé de leerme "ese animal terrestre" de piedad bonnett, en el que encontré el poema Manual de los espejos, que dice:

I

Y he aquí que un día llega la abuela de su muerte de siglos
y con su mano pequeñita,
temblorosa de tanta humana ausencia,
sobre el espejo pone su sonrisa en la tuya.
Y ese tío remoto de ademanes adustos y sueños militares
te regala aquel gesto que tanto detestabas.
Descubres también a tu madre en la ternura del cuello
y tu padre te lega la vigorosa arruga de su frente.
Y tú buscas el niño de ayer, y no lo encuentras.
En el espejo, en cambio, se amotinan 
los que fueron un día, tan idéntico a éste. 
Los que pugnan por ser entre tu sangre.

sonreí porque hace unos días hablábamos de que mi sobrino nuevo hace un gesto con la boca que hacía mi abuela lola... es un gesto que no sé describir, una especie de frunce, un pequeño mohín pensativo... el caso es que ese gesto de la abuela lola, lo hacía mi hermana la mediana ya desde pequeña, un gesto que mi madre no hacía, y que de un tiempo a esta parte, hace sin darse cuenta, y que incluso he descubierto recientemente en mí misma (tengo que fijarme en mi hermana la pequeña la próxima vez que venga a ver si ella también lo hace...), así que este poema de la bonnett me hizo sonreír al pensar inevitablemente en esa conversación...


y después del poemario de piedad bonnett, me leí el libro "la escritura como un cuchillo" de annie ernaux... 

explica annie ernaux al principio del libro que mantiene desde hace años una correspondencia "fiel y espaciada" con frédéric-yves jeannet (otro escritor francés que reside en estados unidos), en un momento dado, frédéric-yves jeannet le preguntó si aceptaría que tuvieran una conversación sobre cuestiones de escritura y sobre sus libros, a través, si no tenía inconveniente, del correo electrónico... algo muy libre, sin duración definida ni finalidad precisa... y le dijo que sí, claro, y este libro es el resultado...

un libro en el que la annie ernaux me ha dicho que:

"El reto reside en encontrar las palabras y las frases más justas, las que hagan que existan las cosas, que se "vea", olvidando las palabras, en instalarse en lo que yo considero una escritura de lo real. Incluso si tal formulación puede parecer vaga o cuestionable, si no tuviera sentido en el momento en que escribo, no me pasaría horas para escribir un párrafo..."

me ha contado también que:

"Cuando me enteré de que Grasset, luego Gallimard, que acabé escogiendo, querían publicar Los armarios vacíos, recuerdo que se apoderó de mí el pánico. De repente mi libro se volvía real, era como si hubiera cometido una mala acción secreta que, de golpe, salía a la luz."

(recuerdo que hace dieciocho años, cuando se publicó mi primera y única novela publicada, sentí algo así... sí, podría ser pánico, sí podría tratarse una mala acción secreta que, de golpe, salía a la luz... sé que de pronto, con toda la ilusión y la alegría de cumplir el sueño de publicar un libro, de pronto tuve un ataque de pánico y quería pararlo todo, porque me horrorizaba que los demás leyeran lo que yo había escrito...)

dice también la ernaux que:

"Si tuviera que dar una definición de la escritura sería esta: descubrir al escribir lo que es imposible descubrir de otra manera, con palabras, viajes, espectáculos, etcétera. Ni siquiera mediante la reflexión. Descubrir algo que no estaba ahí antes de la escritura. En eso consiste el goce -y el espanto- de la escritura, no saber lo que, gracias a ella, llega, adviene."

que me ha encantado leer a la ernaux...

(además me ha dado una especie de respaldo, de coartada, de razón, que justamente me hacía falta... y es que hace unas semanas, mandé unos poemas a una editorial que vi que pedía manuscritos... se pusieron en contacto conmigo, rellené un formulario, pero como pasaban los días y no me decían nada, creía que al final no iba a ser posible... pero sí, el viernes me llamaron de la editorial, que están interesados, me hablaron del contrato, de correcciones, de pruebas, de la presentación... así que para después de verano, seguramente, publicaré mi primer libro de poesía, después de dieciocho años de publicar mi primera novela... y estoy nerviosa, emocionada, ilusionada (la chica o señora con la que hablé fue encantadora) y a la vez me da una pena tremenda (esa pena tremenda que acompaña a las grandes alegrías desde hace tres años) y no me quiero emocionar, por si al final no sale... pero estoy emocionada... lo que no sé es si me volverá a dar el ataque de pánico cuando las cosas empiecen a concretarse...)

(seguiré informando...)


y después del libro de la ernaux, retomé "todos los poemas" de joan margarit, y me leí "casa de misericordia", una preciosidad...

y de "casa de misericordia" me he quedado unos cuantos poemas para mi antología de pájaros y también un par para mis distintos tonos de color negro... como el de alegría, que dice:

Alegría

Dentro de mí tu vida continúa 
y yo te canto todas las canciones 
de amor que aún recuerdo: boleros desgarrados
que la razón ha convertido en tumbas.
Esos lieder románticos que brillan
como la podredumbre en la tiniebla.
El deseo que encalla en la añorada 
garganta cancerosa de la canción francesa.
Canto en el viento de perdidas arias
las canciones de cuna que son como desgarros
en tristes cubrecamas de la infancia.
Te canto a ti, pero lo ignoran todos.
Nadie sabe porque soy un viejo que canta.

y sé porque es (o era) un viejo que cantaba...


y después del poemario del margarit (de mi grupo de apoyo al duelo imaginario/literario), miré mi lista de señores que ganaron el nobel, y vi que me tocaba conocer a henri bergson, así que el sábado me leí "la risa", un ensayo (mentiría si dijera entretenido) sobre lo que nos hace reír...


y después del ensayo sobre la risa, me empecé a leer la antología "las sinsombrero y un nuevo 27", que ha sacado alba hace poco, y me reencontré con dos señores que ganaron el nobel a los que ya conocía: juan ramón jiménez y vicente aleixandre (y de los dos copié un par de poemas en mi antología de pájaros), y también me reencontré con león felipe, lucía sánchez saornil, federico garcía lorca y concha méndez, de momento... 

y antes de dejarlo por hoy, voy a copiar un poema de juan ramón jiménez (sólo me acuerdo de cuánto me gusta juan ramón cuando lo leo, pero es que siempre es un verdadero placer leerlo...) que dice:

El viaje definitivo

... Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol, 
y con su pozo blanco. 
   
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando, 
las campanas del campanario. 
   
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostáljico...
   
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco, 
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando. 



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