sigo leyendo el "diario de una viuda" de joyce carol oates... ahora me está contando los primeros días tras la muerte de ray... las habitaciones en las que no puede entrar, que no puede comer sola, que los gatos la hacen responsable de lo que ha pasado (o eso cree ella), que duerme vestida y con calcetines por si tiene que salir corriendo de casa en medio de la noche no llegar tarde...
(este último detalle me dejó pensando... yo desde abril no uso pijamas, tengo varios vestidos de estar por casa, y los uso para dormir... tengo vestidos de invierno, de entretiempo y de verano, todos de color negro, claro... también duermo con un sujetador de yoga puesto... empecé a hacerlo cuando me quedaba a dormir en el hospital (o a pasar la noche) y las noches que pasaba en casa también dormía con el sujetador puesto... era de yoga, ni aros, ni costuras, ni nada... muy cómodo... y el hecho que no me confesaba a mí misma y del que joyce carol oates me ha hecho darme cuenta, es que lo hacía (lo sigo haciendo) porque ponerse el sujetador te hace perder tiempo (en el caso de joyce, son los calcetines), y una no puede salir a la calle sin el sujetador puesto, así que si el teléfono sonaba en mitad de la noche, yo estaba preparada para ponerme las botas, el abrigo, coger el bolso y salir de casa en pocos minutos... lo que a finales de abril y principios de mayo, podía tener algún sentido, pero estamos en febrero y yo sigo durmiendo prácticamente vestida... por si pasa algo... con el sujetador (de yoga) puesto...)
también me cuenta joyce carol oates lo pendientes que estuvieron sus amigos de ella, y que casi en seguida volvió a sus obligaciones (una tiene que mantenerse ocupada... creo que como a mí, le preocupaba no poder volver a salir de la cama) y a sus clases y a sus obligaciones...
sobre lo de levantarse, dice joyce carol oates que: "es muy probable que a la viuda le resulte muy difícil levantarse de la cama.
Levantarse de la cama? Qué tal abrir los ojos?
Nadie entenderá -nadie, excepto la viuda- que el acto de abrir los ojos es un acto agotador, un acto que requiere temeridad y abandono, un valor poco frecuente, imaginación; al abrir sus ojos, la viuda se compromete a otro día más del asedio permanente, un huracán de emociones que la dejan rota y golpeada pero decidida a ser, o parecer, resistente e incluso "normal". Peor aún, después de abrir los ojos viene el acto de levantarse de la cama, que exige, en este estado debilitado, el impulso fanático y la voluntad de un deportista olímpico."
y yo me siento agradecida de que ella haya encontrado las palabras para contar algo tan cotidiano y que de pronto se vuelve tan complicado...
(además, yo lo entiendo, así que creo que puede que sí sea viuda, aunque sólo sea simbólicamente...)
y nada, que sigo leyendo el duelo de la oates, que me está ayudando bastante con el mío...
No hay comentarios:
Publicar un comentario