viernes 10 de diciembre

he terminado "el gato y el ratón" de günter grass hace un rato, y aunque aún estoy asimilando el final (sigo dándole vueltas porque no sé si lo he entendido bien del todo y no descarto volver a leer las últimas páginas esta tarde cuando vuelva a casa del trabajo para estar segura) he de decir que contra todo pronóstico (prejuicios que tiene una con señores que estuvieron en las juventudes hitlerianas) la verdad es que me ha gustado...

(hasta el punto de querer leerme el del tambor de hojalata?... no tanto...) 

digo que me ha gustado, lo que significa que me ha gustado, sí, pero que no me ha entusiasmado, ni encantado, ni maravillado... de hecho es el típico libro que creo que por determinados detalles a él le habría gustado más que a mí... pero no se lo habría regalado (aún no sé qué le habría regalado este año, y las navidades se acercan... y aunque no le voy a regalar nada, no puedo evitar darle vueltas hasta el punto de sobresaltarme la otra noche al recordar que no tengo comprado su regalo en las fechas que estamos, para tres segundos después recordarme que este año no habrá regalo (ni magia)), aunque quizás sí que se lo habría prestado... nos gustaba prestarnos libros (con rehenes) y en el hospital él me dijo que íbamos a tener que tomarnos en serio lo de prestarnos libros y dejar de comprarlos repetidos porque cuando saliera del hospital (pobre amor mío) íbamos a tener que ahorrar (lo del porqué de nuestra economía compartida al salir del hospital no se lo pregunté) empezando por un libro de la pardo bazán que me leí allí y que me dijo que le tenía que prestar algún día, cuando estuviera mejor, y volviera a interesarle la lectura... así que sí, puede que le hubiera prestado el libro de günter grass, pero no es lo mismo prestar que regalar... 

sí que es cierto que trata una época que me obsesiona: la segunda guerra mundial; desde un punto de vista, un joven alemán en edad escolar al principio de la novela, y en edad de luchar al final, que no había leído hasta ahora... 

también es cierto que la relación del narrador y mahlke, el protagonista, es cuanto menos curiosa... muy curiosa... esa mezcla de repulsión y admiración, de cariño y desprecio, de curiosidad (casi insana) y de fingida indiferencia, y hasta hostilidad mal disimulada... es curiosa... muy curiosa...

que me ha gustado conocer a günter grass, y que ya me quedan menos señores por conocer de esos que ganaron el nobel y a los que todavía no tengo el gusto de conocer...


pero como en la variedad está gusto, en vez de seguir con los señores que ganaron el nóbel, como era mi intención cuando he ido al armario del pasillo (donde sigo guardando los libros) intentando decidir entre dario fo y william golding, al final he empezado a leer "un día cualquiera" de hebe uhart... y de momento, lo poco que he leído, me está gustando...




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