el viernes por la noche terminé de releerme "la señora dalloway" de virginia woolf... estuve en su fiesta, aluciné con la maestría de la woolf para ese saber contar una fiesta con sus idas y venidas, y los invitados y las esperas y las ilusiones y las decepciones, y me volvió a encantar el final cuando peter está a punto de irse pero ahí está clarissa...
en fin... también me encantó reconocer a una vieja conocida, la señora hilbery (sí, la de "noche y día"), en la fiesta de clarissa...
(admito que no la había reconocido las veces anteriores... otro punto a favor de esto de releer la obra de virginia en orden cronológico... ahora puedo apreciar esto pequeños detalles...)
y después de "la señora dalloway" para celebrar que habían dado el premio nobel el día anterior, como no me llegó al final el libro del nuevo nobel (mientras escribo, el libro sigue sin llegar), me leí "primogénita / la casa en el marjal" de louise glück, que ganó el premio nobel el año pasado...
y esta edición de la visor, contiene los dos primeros poemarios de la glück... y aunque mi plan era leerme el de "primogénita" y dejarme "la casa en el marjal" para más adelante, como creo que ya me pasó con "figura descendente / el triunfo de aquiles", no lo hice... me los leí seguidos el sábado por la mañana, que como aquí era festivo, pasé leyendo... y diré que me gustó más el segundo que el primero... al menos me quedé más poemas para mi pequeño palacio de vocabulario...
como por ejemplo este poema:
El estanque
La noche cubre el estanque con su ala.
Bajo el círculo de la luna distingo
tu rostro nadando entre los pececillos y los pequeños
ecos de las estrellas. Bajo la brisa nocturna
la superficie del estanque es de metal.
Dentro, tus ojos están abiertos. Contienen
un recuerdo que reconozco, como si
hubiéramos sido niños juntos. Nuestros ponis
pastaban en la colina, eran grises
con manchas blancas. Ahora pastan
con los muertos que aguardan
como niños bajo sus corazas de granito,
lúcidos y desamparados:
las colinas están muy lejos. Se alzan
más negras que la infancia.
En qué piensas, tumbado tan calladamente
junto al agua? Cuando miras hacia allí quiero
tocarte, pero no lo hago, teniendo en cuenta
que en otra vida fuimos de la misma sangre.
y es que los poemas que mezclan pececillos (seguro que de colores) y (pequeños ecos de) estrellas, me encantan...
y el resto del fin de semana lo he pasado leyendo "oryx y crake" de margaret atwood (la primera parte de "el año del diluvio" que me leí el año pasado porque de verdad que no sabía que había una primera parte...), y de momento, entre acojonada y encantada...
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