y después del libro de edna o'brien (o quizás debería decir durante, porque ya sabes que me gusta llevarme libros en mis visitas al banco...) me releí "los sonetos de la portuguesa" de elizabeth barrett browning...
y aunque llevaba tiempo queriendo releerlo, me daba miedo, porque este libro me gustó tantísimo la primera vez que lo leí... significó tanto para mí... que me daba miedo no encontrar lo que encontré la primera vez que tuve el placer de leerlo...
miedo absurdo, porque este poemario de elizabeth barrett browning me ha vuelto a encantar... y me ha vuelto a contar partes de mi historia que ha sido una maravilla poder revivir...
y como muestra te dejo uno de mis poemas favoritos... porque los primeros versos son de esos que una vez me quedé como estribillos (o talismanes) que me repito mentalmente de vez en cuando sin darme cuenta... porque hay versos con los que inevitablemente una se apropia...
y aunque llevaba tiempo queriendo releerlo, me daba miedo, porque este libro me gustó tantísimo la primera vez que lo leí... significó tanto para mí... que me daba miedo no encontrar lo que encontré la primera vez que tuve el placer de leerlo...
miedo absurdo, porque este poemario de elizabeth barrett browning me ha vuelto a encantar... y me ha vuelto a contar partes de mi historia que ha sido una maravilla poder revivir...
y como muestra te dejo uno de mis poemas favoritos... porque los primeros versos son de esos que una vez me quedé como estribillos (o talismanes) que me repito mentalmente de vez en cuando sin darme cuenta... porque hay versos con los que inevitablemente una se apropia...
de mirar a través y detrás de mi máscara,
(que los años blanquearon con sus golpes de lluvia)
y de ver el auténtico rostro de mi espíritu,
testigo desolado del curso de mi vida...
porque tienes la fe y el amor necesarios
para a través del mismo letargo de mi alma
ver el paciente ángel que un lugar aguarda
en los mundos celestes... porque ni la maldad,
ni la angustia, ni el castigo de dios,
ni el aliento cercano de la muerte, ni todo
lo que aparta a los otros o me hastía de mí...
nada de eso te aleja... enséñame, querido,
a sembrar gratitudes, cual tú hacerlo sabes.
una maravilla volver a releer "los sonetos de la portuguesa" de elizabeth barrett browning...
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