8 de octubre...

y después del libro de goran vojnović, me leí "la chica" de edna o'brien... no sé si por asociación (ya te comenté ayer que el único libro que había leído yo sobre la guerra de los balcanes fue el de "las sillitas rojas"), si porque tenía el libro en casa hacía unos días y me moría de ganas de leerlo (ya sabes que la o'brien es una de las favoritas entre las favoritas), o porque como el jueves podría ganar el nobel, pensé que una manera de enviarle mi energía positiva para que eso pasase era leerla en esta semana previa al fallo del jurado (o de la academia...)


"En otro tiempo fui una chica, pero ya no lo soy. Huelo mal. Tengo sangre reseca y costras por todo el cuerpo, y llevo la tela de la iro hecha jirones. Mi interior, una ciénaga. Me precipito por este bosque que vi aquella primera noche horrenda en la que nos raptaron en el colegio a mis amigas y a mí

y así empieza esta novela de la o'brien... la chica es maryam, y con su historia, edna o'brien ha intentando contarnos la historia de algunas de aquellas niñas que fueron raptadas por boko haram hace años... a su edad, la o'brien ha viajado a nigeria para saber qué les pasó a aquellas niñas que fueron raptadas del colegio, no sólo durante lo que duró el rapto, sino también cuando regresaron... y ha condensado lo que esas niñas le contaron, lo que contaron los colaboradores con ongs, los médicos y las monjas con las que pudo entrevistarse, en esta historia dolorosa, desagradable y de pesadilla pero con esperanzas...

porque no es lo mismo imaginar que saber, y no es lo mismo escribir artículos en los periódicos (que en esta era postmoderna caducan en menos de veinticuatro horas), que escribir una novela... y es importante porque las historias hay que contarlas, porque las historias hay que saberlas, y porque aunque duela, hay que conocer cómo pasan las cosas para intentar entender este mundo cruel y salvaje... y quizás recordar para que no vuelva a pasar... aunque volverá a pasar... contar y contar y contar para ver si así conseguimos que los cuerpos de las niñas (y de las mujeres en general) dejen de ser campos de batalla, que es, por desgracia, lo que son y han sido hasta ahora...

porque esas niñas se merecían que alguien contase su historia (ya que en las noticias no se habla de ellas porque ya no están de moda), no creo que haya nadie mejor que edna o'brien para contarla... así que desde aquí le doy las gracias...
 
   

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