sobre madame sourdis de zola...

jueves y te escribo desde el despacho... y como la mañana me ha cundido (ya tengo la caja hecha, la mitad de las intracomunitarias, he tramitado un envío, reclamado una factura, contestado no sé a cuantos mails, mandado tampoco sé cuantos presupuestos, y facturado un albarán fuera de fechas porque a final de año las universidades se vuelven un pelín maniáticas...), pues abro el editor y tecleo...

así que tecleo hoy para contarte que me estuve leyendo madame sourdis de zola... una novelita corta... tan corta que cuando la tuve en la mano (la pedí por internet y fui a recogerla a esa librería que está en la esquina de parís con valencia) la verdad es que me sentí un poquito decepcionada... y es que, no sé porqué, yo creía que estaba comprando un novelón (que es lo que me apetecía leer) de zola, y al encontrarme con este relato reconvertido en novelita pequeñita y corta, la verdad es que me quedé un poquito despagada... luego al empezar a leerla y comprobar que encima de ser pequeñita y corta, tenía un prólogo de demasiadas páginas, estuve al borde de sentirme estafada... pero la verdad es que fue empezar a leer a zola y reconciliarme con la industria editorial en general... y es que vale que el libro es pequeñito y cortito, pero leerlo ha sido un verdadero placer... 

  


regularmente, ferdinand sourdis se abastecía cada sábado de su provisión de colores y pinceles en la tienda del tío morand, un bajo oscuro y húmedo que dormitaba en una estrecha plaza de mercoeur, a la sombra de un antiguo convento transformado en colegio comunal. ferdinand, procedente de lille, según se decía, y desde hacía un año vigilante en el colegio, se dedicaba a la pintura con pasión, encerrándose y dedicando todas sus horas libres a estudios que ni mostraba.

emile zola (madame sourdis)



y así empieza zola a contarnos la historia de madame sourdis, hablándonos del que será su futuro esposo: ferdinand sourdis, vigilante del colegio que quiere ser pintor, y precisamente en la tienda del tío morand, conocerá a adele la que (de la manera menos romántica que he leído en mi vida) se convertirá en madame sourdis y cumplirá su sueño de ir a parís... lo que no te diré es a que precio...

y nada más contaré de esta historia... sólo que es una pequeña joya, y que doy por bien empleados los nueve euros que me costó, pese a mis dudas iniciales...

corto y cierro...



pd. estoy entre ofendida y avergonzada por el uso que ayer se hizo del término violencia de género... así que aprovecho para puntualizar que no sé de donde salió el error que permitió a algunos y a algunas (sí, también a algunas) retorcer las palabras para intentar que en el día de ayer las víctimas fueran quienes no tocaba; pero el caso es que ayer, día veinticinco de noviembre no era el día contra la violencia de género, no... ayer era el día internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer (y no lo digo yo porque me haya dado por ahí, lo dice la ONU, que algo debe saber de poner nombres a los días), así que, por favor, dejar de jugar con el lenguaje para mentir impunemente, porque además de ofendernos, nos avergüenza vuestra desvergüenza, cinismo o simple ignorancia. es que o lo decía o vomitaba.



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