sobre la palabra heredada...

jueves y te escribo desde el despacho... aunque no sé si acabaré de escribir este post aquí o en la caja... pero en fin...

jueves y ayer no hice ni la mitad de las cosas que pretendía hacer... pero hoy no te contaré nada del despacho, porque hoy quiero hablarte de la palabra heredada de eudora welty... libro que surge de una serie de conferencias que dio en una universidad, y que nos cuenta precisamente eso: como heredó la palabra...




en nuestra casa de la calle north congress, en jackson, mississippi, donde nací en 1909 como la mayor de tres hermanos, crecimos acostumbrándonos al tictac de los relojes.

eudora welty (la palabra heredada)





y así es como empieza la welty estas memorias, hablándonos de los relojes, que le hicieron aprender a hacerse con los tiempos y de otras cosas... como su asombro y decepción cuando descubrió que los cuentos los escribían personas...




me asombró y me decepcionó que los libros de cuentos los escribieran las personas, y no maravillas de la naturaleza que brotaran como la hierba. con todo, ajena a su procedencia, no recuerdo un solo momento en el que no estuviera enamorada de ellos: de los propios libros, de las cubiertas, de la encuadernación y del papel en el que estuvieran impresos, de su olor y de su peso... los cogía en brazos, como si los hubiese capturado, y los poseyera, y me los llevaba a un rincón. aún analfabeta ya estaba lista para los libros, entregada a toda lectura que pudiera brindarles.

eudora welty (la palabra heredada)



y sus recuerdos de como su madre se entregaba a la lectura... 




ella [mi madre] se sumergía, hedonista, en las novelas. leía a dickens con el mismo ánimo que le habría embargado si se hubiera fugado con él. las novelas que habían permanecido en su imaginación, amén de las de dickens, scott y robert louise stevenson, eran jane eyre, trilby, la dama de blanco, verdes mansiones, las minas del rey salomón.

eudora welty (la palabra heredada)



su madre, que se dejó cortar el pelo sólo a cambio de las obras completas de dickens (por dickens hasta yo misma me dejaría cortar el pelo en plan jo en mujercitas...), y cómo años después, ya de casada, su madre rescató esos mismos dickens de las llamas...

y además de esos recuerdos que nos van contando como la welty descubrió las historias y más tarde empezó a contarlas, nos cuenta cosas que me han hecho sonreír, quizás porque hay cosas que nos pasan pero que no sabemos expresar hasta que las encontramos puestas en palabras...




desde la primera vez que me leyeron y desde que empecé a leer por mí misma, jamás ha existido un solo renglón que no haya oído, a medida que recorría la frase con los ojos, una voz que me la susurraba en silencio. no la voz de mi madre, ni la de ninguna persona que pueda reconocer, y desde luego no la mía propia: es una voz humana pero interior, y de hecho me suena por dentro. yo la identificaba con la voz del cuento o del poema mismo. la cadencia -te pida lo que te pida que confíes-, el sentimiento que reside en la palabra impresa, me alcanza mediante esa voz lectora. he supuesto, si bien jamás llegué a averiguarlo de un modo consciente, que tal es el caso de todos los lectores -leer como quien escucha- y de todos los escritores, escribir como quien escucha.

eudora welty (la palabra heredada)



cosas como que 




los acontecimientos felices de nuestras vidas se suceden en una especie de secuencia temporal, pero en lo que atañe a su significación se impone un orden propio: un orden no necesariamente cronológico. incluso puede que probablemente no lo sea. el tiempo, tal como lo conocemos, halla a menudo su esencia en la cronología que teje los relatos y las novelas: el tiempo obedece al hilo continuo de la revelación.

eudora welty (la palabra heredada)



 y que




escribir un relato o una novela sirve para descubrir una secuencia dentro de la experiencia, un súbito miedo de tropezar con las piedras de las causas y los efectos que conforman los acontecimientos de la propia vida de un escritor.

eudora welty (la palabra heredada)



una maravilla... no es de extrañar que la welty diga al final de estas memorias que:




mi literatura nace de una vida satisfecha, protegida. Una vida así puede ser, también una vida colmada de retos. y todo reto serio, ambicioso, surge ante todo de nuestro interior.

eudora welty (la palabra heredada)



que me ha encantado volver a las letras de eudora welty (una de nuestras inolvidables chicas sureñas) y que además me llevo de este libro, otro... y es que en un momento dado la welty habla de una de sus novelas (creo que la primera), el corazón de los ponder... novela de la que no tenía noticias y que está descatalogada, pero que he sido capaz de encontrar (la verdad es que no se me da del todo mal esto de buscar libros imposibles de encontrar), de segunda mano... y que ya está en el armario... esperando...

y ahora voy a cortar y cerrar, que creo que en breve me va a tocar salir a la caja... 

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