sobre la línea de sombra...

viernes (por fin!) y te escribo desde el despacho... y aunque hoy ya tengo la caja hecha, el correo abierto, impreso y entregado; he hecho un par de remesas y las he pasado por el banco y ya tengo las cartas del 347 listas para ser enviadas... la verdad verdadera es que tengo demasiadas cosas que hacer y no sé si me va a dar tiempo a hacerlas... me siento como si estuviese haciendo malabares mientras camino por la cuerda floja bajo la lluvia, para que te hagas una idea de la inseguridad que me hace compañía estos días... y aunque normalmente gana esa parte bipolar que hay en mí, que dice que podré con todo, y que he sobrevivido a cosas peores, y que con paciencia y poco a poco, podré con todo; hoy parece que esa otra parte que me dice que voy a ciegas y que seguro que se me olvida alguno de los pasos, o que no cumpliré los plazos, o que me equivocaré al hacer algo importante y no conseguiré cerrar el año contable, grita más que la otra... así que como te decía, hago malabares en la cuerda floja mientras llueve...

pero yo no venía a contarte estas cosas... yo en realidad venía a contarte que estuve leyendo la línea de sombra de conrad... novela corta en la que conrad nos cuenta su primer destino como capitán de un barco... primero, nos cuenta como consiguió llegar a capitán, contra todo pronótico y casi, casi, por casualidad (pese al sabotaje), y después, ya en el barco, esa primera travesía, en la que la enfermedad que asolará su barco y la calma a la que se enfrentará harán que todos (sobretodo su segundo de abordo) rocen la locura, pensando en extrañas maldiciones...

y dice conrad...




sólo los jóvenes conocen momentos semejantes. no quiero decir los muy jóvenes, no; pues éstos, a decir verdad, no tienen momentos. vivir más allá de sus días, en esa magnífica continuidad de esperanza que ignora toda pausa y toda introspección, es el privilegio de la primera juventud.

cierra uno tras de sí la puertecita de la infancia y penetra en un jardín encantado. hasta sus mismas sombras tienen un resplandor de promesa.

joseph conrad (la línea de sombra)



y es que conrad nos habla en esta novela, más que de la ausencia de viento, de la enfermedad, o de la locura, del paso de la juventuda a la madurez... de como cambia un joven cuando se tiene que enfrentar con problemas serios, y tomar las decisiones de las que dependerán los demás... 

una novela de aprendizaje quizás (me apunté el término el otro día viendo el página2... en el que, cambiando de tema, eché de menos el nombre de nuestro querido marsé... pero ese es otro tema, así que vuelvo a la novela de la que te estoy hablando...), aunque dice el conrad en el prólogo que en su época la tacharon de fantástica (en el sentido sobrenatural del término), lo que, siendo mala, he de decir, que denota una mala lectura por parte de los críticos que insinuaron tal cosa (claro que últimamente me estoy dando cuenta de que tenía razón el kundera cuando decía que no todo el mundo se lee todas las letras que componen una novela... y sí, me he vuelto a ir del tema... pero es que leo cosas que me hacen preguntarme como leen algunas personas... cierro el paréntesis.), porque conrad lo que cuenta es lo que pasó en el mar (ya sabes, como en otra vuelta de tuerca, en la que sólo es un misterio si fue la institutriz o el fantasma, si crees en fantasmas...)

y me acaban de interrumpir tanto que he perdido totalmente el hilo de lo que quería decir... tres interrupciones seguidas es más de lo una puede soportar... así que perdido el hilo, solo puedo cortar y cerrar... no sin antes decirte que le libró me encantó... que como siempre, ha sido un placer leer a conrad... y que es una novela, angustiosa y maravillosa...

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