sobre sofía petrovna. una ciudadana ejemplar...

miércoles (que parece lunes, pero que por suerte es miércoles) y te escribo desde el despacho... aunque creo que en breve tendré que salir a caja, lo que sinceramente no me viene nada bien, porque entre unas cosas y otras, estamos ya a día siete, y yo ni tengo las intracomunitarias, ni las facturas del mes pasado sentadas, ni he empezado con los gastos... así que me repito mi nuevo mantra: circunstancias mandan, y espero que poco a poco (sin prisa, pero sin pausa) podré hacerlo todo... 

en fin... miércoles, y después de sobrevivir a la navidad, al fin de año y a los reyes magos, intentaremos volver a la normalidad, aunque los próximos días van a ser de todo menos normales, te lo digo desde ya... que calculo que hasta allá por el día veinte no voy a estar tranquila, y eso sin contar que después vendrá el tres cuarenta y siete y un par de cosas mas...

miércoles y yo venía a inaugurar (pasadas las navidades) lo que llamaré mis lecturas navideñas... y empezaré con sofía petrovna. una ciudadana ejemplar de lidia chukóvskaia... libro que llevaba viendo un par de meses en distintos suplementos de esos que dan con los periódicos, y que fue un regalo pre-navideño...




después de la muerte de su marido, sofía petrovna se matriculó en los cursos de mecanografía. tenía que aprender sin falta una profesión, pues kolia aún tardaría en ganarse un sustento. una vez acabada la escuela secundaria, debía ingresar a toda costa en un instituto. fiódor ivánovich no habría permitido que su hijo se quedara sin estudios superiores... a sofía petrovna se le daba bien la máquina de escribir; además, era mucho más instruida que aquellas modernas señoritas. tras obtener la más alta calificación, pronto encontró trabajo en una de las editoriales más grandes de leningrado.

lidia chukovskaia (sofía petrovna. una ciudadana ejemplar)



y así comienza la chukóvskaia a contarnos la historia de sofía petrovna... una viuda que trabaja en una editorial de leningrado, y que está a punto de ver como su mundo se viene a bajo por una realidad que no será capaz de entender...

y es que sofía, aunque no pertenece al partido, cree en el régimen, o tal vez sea mejor decir que cree en la justicia, y no es capaz de ver lo injusto que puede volverse un régimen...

así que sofía trabaja, vive y es feliz con lo que tiene, hasta que su realidad cambia cuando encarcelan a su hijo kolia y descubre un mundo paralelo... el de las colas...




ahora pasaba los días y las noches no en casa ni en la oficina, sino en un mundo nuevo: en las colas. hacía cola en el malecón del río neva o en la calle chaikovski -allí, al menos, había bancos donde sentarse-, o bien en la enorme sala de bolshoi dom, o en la escalera del ministerio público. sólo se marchaba a casa a comer o a dormir cuando natasha o álik iban a sustituirla.

lidia chukóvskaia (sofía petrovna. una ciudadana ejemplar)



y la chukóvskaia nos mostrará esa realidad con todo su sin sentido... nos mostrará como el mundo de sofía petrovna, pierde su lógica, hasta un punto tal en el que la protagonista no podrá evitar volverse loca... y es que nada tiene sentido cuando la justicia deja de ser justa, y cuando no puedes hacer nada a parte de ir de una cola a otra...

un réquiem (como de la ajmátova) en prosa... esa es la mejor definición que puedo darte de esta novela que se escribió entre mil novecientos treinta y nueve y mil novecientos cuarenta, pero que no pudo publicarse hasta quince años después en el extranjero; y que en rusia no fue autorizada hasta finales de la decada de los ochenta...

una novela que nos recuerda que el surrealismo no es sólo una corriente artística, y que la justicia se puede retorcer hasta volverla injusta... 

una maravilla, así que gracias, gracias, gracias por la parte que te toca...

y ahora voy a cortar y cerrar... que digo yo que tendré que ponerme en serio a intentar cerrar el año pasado... o tal vez debería mirar con el jefe el anuncio que dejé a medio hacer la semana pasada y que, si no recuerdo mal, había que enviar hoy por correo electrónico...


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