y por fin es viernes y te escribo desde el despacho... con la caja por
hacer, y (un, dos, tres) cuatro albaranes por meter... y he vuelto a
pasar mala noche y tengo sueño y estoy un poquillo destemplada... la
migraña sigue aquí (la misma que empezó el domingo) y la verdad
verdadera es que empiezo a estar algo cansada de ella...
viernes y como urge que meta uno de los albaranes de los que te hablaba,
te resumiré lo que venía a contarte diciéndote que me leí hace unos
días una antología de maria wine, poetisa sueca de origen danés, de la
que tuve noticias buscando un par de datos de la södergran, y como una
cosa te lleva a otra, acabé buscando algo de ella, y conseguí la
antología de la que te hablaba, un libro antiguo, de segunda mano, que
la verdad sea dicha, me costó muy barato...
y te diré que me encantó esta mujer (y su manera de hacer poesía) de la
que he copiado tantos poemas, que me ha sido muy difícil elegir uno...
pero elijo éste, por las fechas que estamos, y porque no puedo evitar
mirar cómo se me acerca el otoño...
mira cómo se te acerca el otoñomira cómo se te acerca el otoño,
mana el oro de la lengua del sol,
las hojas doradas del cielo caen,
el suelo se agrieta y los roncos pájaros marinos chillan
con la soga al cuello:
ahora la mano del hombre se aferra desolada
al pálido tapiz del verano,
el búho de la noche enciende la farola en su frente,
como un beso crece el musgo alrededor de los labios de mujer
y el gato ronronea un último rayo de sol
en los ojos del anciano.maria wine
corto y cierro...
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