sobre la bendición de nancy mitford...

miércoles y te escribo desde el despacho... con la caja por hacer y correo a medio abrir, esperando en la impresora a que me levante y lo reparta... pero como ves, mi parte irresponsable ha vuelto a ganar y aquí estoy... tecleando...


miércoles y yo venía a contarte que estuve leyendo la bendición de nancy mitford y que me encantó...

que cómo llegué a nancy mitford?... pues la verdad es que de manera fortuita: yo estaba haciendo una de esas búsquedas sin esperanza que hago a veces por si aparecen libros descatalogados (de esos que llevó meses o años buscando) o por si las editoriales traducen algo... y buscaba algo de mrs. mitford (mary russell mitford, una de las mujeres que la woolf nombra al principio de su cuarto propio, y de la que lo único que he logrado encontrar hasta el momento es un libro en inglés que mi escaso conocimiento del idioma no me ha permitido leer) y de esa mitford que yo buscaba no encontré nada... pero me salieron algunos de una tal nancy mitford, e hice lo que las chicas como yo solemos hacer en esos momentos: preguntarle al san google que todo lo sabe quien era nancy mitford...

y me enteré de que nancy mitford era una de las hermanas mitford... una especie de saga de it girls inglesas del siglo pasado, con unas historias de lo más variopintas...

y nancy era escritora... así que guardé un par de libros suyos en la lista de espera para más adelante y me olvidé de ella...

pero curiosamente, ese fin de semana (o tal vez fuera el siguiente), el sábado ocho de marzo, quedé con mis dos hermanas en esa librería que está en la esquina de parís con valencia, para vernos allí y acudir juntas a la mani, y como las dos llegaban tarde, pensé en entretenerme mirando los libros que había en las estanterías, y al ver éste de nancy mitford, me lo tomé como una señal, y me compré el libro...



- me parece que el caballero extranjero tiene muchísima prisa, querida.

y, efectivamente, en la casa de queen anne’s gate -que era bastante grande, lo que solía llamarse una casa familiar- retumbaba la impaciencia. alguien daba ruidosas pisadas, movía muebles, abría y cerraba de golpe las ventanas y carraspeaba de forma exagerada.

nancy mitford (la bendición)


y así empieza la mitford a contarnos esta historia... el caballero extranjero que se impacienta es charles-eluard, un francés al que grace (la protagonista) está a punto de conocer... y aunque ella está comprometida con un caballero inglés, se acaba casando con el francés que después de la luna de miel tiene que volver a la guerra dejándola embarazada, y al que no volverá a ver hasta siete años después, cuando vuelva a buscarlos a ella y a su hijo para llevárselos a francia...

pero en francia las cosas serán complicadas para una inglesa como grace... y más teniendo en cuenta la vocación de don juan de charles-eluard... y entonces grace va a una visita guiada, y en uno de los dormitorios ve más de lo que le habría gustado ver, y se vuelve a su casa... claro... y entonces, sigi (el hijo de ambos) se descubre como todo un personaje...

y todo esto, escrito con una ligereza y una gracia que me han encantado...

(por no hablar de ese momento de la fiesta de padres famosos con hijos famosos, que revolucionó parís y que a mí me tuvo riendo a carcajadas varios días cada vez que me acordaba...)

y antes de cortar y cerrar te voy a dejar una cita que me hizo sonreir...



grace intentó fingir que no había oído nada. estaba pensando desesperadamente en algún tema del que pudiera hablar con monsieur de la ferté, cuando vio con alivio que éste se daba la vuelta y le decía que acababa de leer les hauts de hurlevent, de una joven autora inglesa con mucho talento.

- me preguntaba si usted la conoce: mademoiselle emily brontë.

era un verdadero salvavidas.

- la verdad es que conozco mejor a su hermana charlotte.

- ah! tiene una hermana?

- varias. todas escriben libros.

- y ningún hermano?

- un hermano, pero es una mala pieza. nunca hablan de él. 

nancy mitford (la bendición)


corto y cierro...

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