jueves (aunque como me pasé la tarde de ayer pensando que era jueves, no
veas el disgusto que me he llevado al poner la fecha en el pograma del
ordenador y descubrir que no es viernes aún, como yo pensaba) y te
escribo desde el despacho... con la caja hecha y el correo abierto y
entregado... esperando que me pidan que salga un rato a la caja (con lo
que odio yo la caja) así que igual a mitad tengo que darle al pause y
seguir escribiendo desde el ordenador de fuera...
pero mientras eso pasa, te contaré que después del divertidísimo libro de nancy mitford, estuve leyendo la reina de las nieves de
carmen martín gaite... libro que llevaba tiempo por casa, pero que al
estar fuera del armario (estaba cruzado en una de las estanterías) no
solía entrar en las quinielas de los libros a leer, que hago cuando
termino de leer un libro y tengo que decidir cual será el siguiente... y
admito que iba camino del armario donde guardo ahora los libros
pendientes, cuando vi éste; así que lo cogí del montoncillo en el que
estaba, y me lo llevé al sofá... claro... que es donde mejor se lee de
toda la casa...
casi todas las tardes, a la caída del sol, la señora de la quinta blanca salía a dar un paseo hasta el faro. nunca la acompañaba nadie. caminaba erguida, con paso lento y armonioso, como abstraída en sus cavilaciones, y solamente al cruzar por la pequeña aldea que queda a mitad de camino entre la quinta y el faro, apartaba de vez en cuando los ojos de aquel punto remoto se las nubes donde parecían tener su norte, dirigirlos brevemente hacia alguna de las personas que clavaban en ella la mirada y para responder a su saludo con una sonrisa fugaz y distante.
carmen martín gaite (la reina de las nieves)
y así empieza la martín gaite a contarnos esta historia, en la que ella
misma agradece a andersen su colaboración... y es que a leonardo se le
coló un cristalito en el ojo, como en el cuento, y él lo sabe... acaba
de salir de la carcel y se encuentra heredero de una fortuna y de una
casa que no siente suya, y lo único que quiere es recuperar la quinta
blanca (que es donde pasó su infancia) que vendió nada más heredarla...
y se van mezclando los recuerdos de leonardo, con las cartas de amor que
encuentra de su padre; una historia de una noche en la que encuentra un
libro de la dama que vive en la quinta blanca; y el intento de ordenar
sus ideas escribiendo...
y hay una conversación telefónica, y una invitación para navidad, y una noche de confesiones, y un final espectacular...
a ver si arrancas a llorar. cuesta mucho, lo sé, a mí también me cuesta, pero sienta bien, sobre todo si tienes quien recoja tus lágrimas. limpia el alma atascada, y naces a otra vida, sales del fuego al agua. yo de pequeña, cuando notaba que me quemaba algo por dentro, inventaba cuentos que terminaban mal para poder salir a llorar aquí, mirando las olas.
carmen martín gaite (la reina de las nieves)
una maravilla de novela...
y ahora corto y cierro, que creo que me toca salir a la caja...
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