sobre la tercera serie de los testimonios de victoria ocampo...

martes (caótico donde los haya) y te escribo desde el despacho...


martes y llevo la mañana entre la caja, casa de mis padres y el despacho... porque entre que estoy haciendo la comida (desde las nueve y media tengo el fuego encendido), que mi madre no está muy flamenca, y que he tenido que enviar a nonó al banco... te podrás imaginar que esto es un no parar...


y tengo la caja sin hacer y el correo a medio abrir... además de un albarán en la cubeta, que veo desde aquí...


pero como ves, aquí estoy: tecleando... en el primer momento de calma desde que he salido de mi casa esta mañana...





martes y yo lo que quería contarte es que estuve leyéndome la tercera serie de los testimonios de victoria ocampo... testimonios que desde que me leí la primera serie, me tienen fascinada... ya que la manera que tiene esta mujer de contar las cosas me encanta...


y al hilo del post de ayer, me vas a dejar que te copie una cita...






algunas críticas -masculinas y sudamericanas- habían llegado a mis oídos sobre el excesivo número de mujeres que abandonaban su feminidad para enrolarse en el ejercito o en las fábricas. siempre estamos en lo mismo. palos porque bogas y palos porque no bogas. los hombres no se toman el trabajo de ser lógicos ni de examinar desapasionadamente los hechos en cuanto se trata de censurar la conducta de las mujeres.

victoria ocampo (testimonios. tercera serie)





 y te contaría que me ha encantado... te copiaría mas citas, pero acaba de surgir un imprevisto más y tengo que salir a la caja porque nonó se tiene que ir y la jefa no está...





y es que hay días que no está de dios (de la diosa, del destino o de la nada existencial) teclear con tranquilidad...





corto y cierro...


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