sobre gobseck...

jueves (aunque se parece mucho al lunes) y te escribo desde el despacho...


jueves y te diré que estas semanas raras me desmadran, hasta tal punto, que como antes de ayer quité el despertador, y ayer me olvidé de volver a ponerlo, hoy no ha sonado, aunque constato que me hago mayor, porque a las ocho y media en punto he abierto un ojo, extrañada de que habiendo tanta claridad en la habitación, el despertador no me hubiese despertado... y digo que constato que me hago mayor, porque a mí antes estas cosas no me pasaban; yo antes (cuando era joven) sino ponía el despertador, bien podía despertarme a las mil y dormir doce horas de un tirón... pero ahora, será que el cuerpo se ha habituado, o que como te decía, me he hecho mayor, pero el caso es que llueva, truene o haga sol, independientemente de que el día sea laborable o festivo, y sin importar a qué hora me haya ido a dormir, me despierto sobre las ocho y media hasta los domingos... cierto es que no tengo ningún problema en cerrar los ojos y volver a dormirme en menos de cinco minutos... pero te diré que este síntoma de la edad, me empieza a preocupar, aunque contrarreste mis despistes, que ya sabes que son muchos...





jueves y yo hoy venía a contarte que estuve leyendo "gobseck" una novela corta de balzac que además de encantarme (como no) me ha traído recuerdos de otros tiempos...








a la una de la madrugada, un día del invierno que mediaba entre 1829 y 1830, se encontraban aún en el salón de la vizcondesa de grandlien dos personas ajenas a la familia. un hombre joven y bien parecido salió al oír que el reloj de pared anunciaba la hora. cuando el ruido producido por el carruaje retumbó en el patio, la vizcondesa, viendo a su hermano y a un amigo de la familia que concluían su partida de naipes, se acercó a su hija quien, de pie ante la chimenea del salón, fingía examinar la pantalla de una lámpara en litofanía, aunque en realidad permaneciera atenta al sonido del vehículo, hecho que justificaba los temores de su madre.


balzac (gobseck)








y es que el hombre joven se apellida restaud, y es el hijo mayor de una de las dos hijas del buen goriot; y el amigo de la familia no es otro que el señor derville, abogado al que ya conocía, no solo de cuando leí "papá goriot" (que fue mi primer balzac), sino también de "el coronel chabert" y de "un asunto tenebroso"...


y será el propio derville el que nos cuente esta historia, en la que aclara el episodio de aquellas joyas que madame restaud (la peor de las dos hijas del pobre goriot) empeñó para pagar las deudas de su amante... nos hablará de gobseck, un usurero con el que el abogado trabó amistad, y que le ayudó cuando comenzaba su carrera profesional, y que se nos rebela un personaje mas complejo de lo que podríamos imaginar... sobretodo teniendo en cuenta la última revelación que nos hace derville en su relato (que no te contaré, pero que te diré que tiene que ver con la fortuna de ese joven restaud, y también con el futuro de la hija de la vizcondesa a la que encontramos al principio de la novela, atenta al ruido de ese carruaje que se aleja).


y te diré que me ha encantado recordar aquel primer balzac que me leí hace tantos años, y del que si bien admito que apenas recuerdo los detalles, sí te diré que recuerdo cuanto me dolió al leerlo... además, que este encontrar detalles que desconocíamos de una historia leída hace años, quieras que no, me encanta... y (deja de leer, porque puede que diga algo que tenga que ver con los dos finales) la verdad es que encontrar un poco de justicia, después de todas las injusticias que las hijas de papá goriot le hicieron a él, quieras que no, me anima... será que soy un pelín vengativa?...





que me encantó... claro...





y ahora corto y cierro... que algo habrá que ir haciendo... aunque la verdad es que la mañana, hasta ahora, ha sido bastante productiva... claro que como a esta semana le va a faltar un día y medio, tengo las mismas cosas que hacer, pero menos tiempo...









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