sobre los viajes por áfrica occidental de mary kingsley...

jueves, y en el despacho...


y jueves y si te digo la verdad no sé que hago con el editor abierto y buscándome las palabras (que te cuenten lo que me pasa, que dirían los piratas...)


jueves y esto se acaba, o quizás no y sólo es que este calor está pudiendo conmigo, y estoy cansada... muy cansada...





jueves y quizás debería hablarte de como hay veces que la literatura se convierte en una especie de tabla a la que nos agarramos para seguir respirando... quizás debería hablarte de eso y contarte que aunque la literatura es un hábito, una de esas rutinas que se te cuelan en las horas de los días, y hacen que esos días se parezcan menos entre sí... que te acostumbres a coger los libros en determinadas horas y en determinados sitios... y que no sepas estar sin un libro empezado... y que hagas acopio de provisiones de vez en cuando, como si se acercase el invierno y fueses acumulando víveres por si acaso... la verdad es que hay momentos en los que (aunque suene exagerado) los libros te ayudan, de alguna manera, a seguir... porque en semanas aciagas, de esas que son una sucesión de días horribilis, de esas en las que pierdes las fuerzas y solo puedes intentar seguir por inercia... la verdad verdadera es que los libros te ayudan a olvidar durante un rato las angustias y las penas, te ayudan a evadirte de los problemas, y eso, quieras que no, se agradece...


jueves y te diré que la semana pasada fueron virginia woolf y victoria ocampo, las que me ayudaron a seguir adelante... y entonces me pasó algo que creo que nunca me había pasado... estaba tan cansada, tan agotada, tan desanimada y acabé los testimonios de la ocampo y no supe qué libro empezar...


conoces esa sensación como si se te hubiesen vaciado los ojos?... algo así, pero el vacío era mayor... di vueltas por la casa, miré en las estanterías y en los montones... empecé un libro de gautier, uno de la staël, incluso tiré mano de un shakespeare que guardo por si tengo que irme de viaje... pero nada... no había manera... no conseguía pasar de la primera página... no tenía fuerzas... así que empecé a leer el libro que me habían traido esa mañana (o la tarde anterior) del círculo de lectores... admito que sin muchas esperanzas... augurándole la misma suerte que a sus predecesores... pero pasé de la primera página... y me leí los viajes por el áfrica occidental de mary kingsley...






en 1893 dispuse por primera vez en mi vida de cinco o seis meses que dedicar a lo que me viniera en gana; me sentí como un niño al que le cayera en el bolsillo media corona nueva, mas, al tiempo, no paraba de darle vueltas a la cabeza buscando, como recomienda míster bunyan, qué hacer con todo ese tiempo libre, cual sería la mejor manera de emplear tantos meses a mi disposición.



mary kingsley (viajes por el áfrica occidental)







y así empieza esta dama victoriana a contarnos sus viajes por áfrica... mary kingsley se fue a áfrica y fue tomando notas de sus excursiones y de lo que vio... en un tono muy de dama victoriana (probablemente fue precisamente eso lo que me enganchó a este libro), tomando té en los campamentos improvisados, visitando tanto a los blancos afincados en áfrica, como a algunas tribus de las que fue, quizás, la primera huésped blanca...


y dice en un momento dado que "la verdad es que para ser feliz no preciso más que una canoa, un río y una noche en el áfrica occidental. nada, se lo aseguro, nada, absolutamente nada, me ha resultado jamás tan placentero como esto, tan simple..."


(y pienso que yo podría decir que la verdad es que para ser feliz no preciso más que un sofá, un libro y que haya luz...)



una maravilla, aunque imagino que no hará falta que te lo diga... una maravilla a la que quizás debería agradecerle haberme ayudado a mantener la cordura cuando la semana pasada se terminaba y yo tenía la sensación de que las fuerzas no me llegaban...


porque como te decía, hay veces que los libros ayudan a respirar mejor... porque consiguen sacarnos de esta realidad que no siempre es amable y nos ayudan a olvidarnos... al menos durante un rato...





y ahora corto y cierro...


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