sobre ayer y cuando acabó el invierno para mary ann clark bremer...

viernes (por fin!) y te escribo desde el despacho...


te escribo desde el despacho con la caja por hacer y creo que unos cobros pendientes... pero sin ganas... casi diría sin fuerzas...


ayer llegué a casa cansada y con ese nudo en la garganta que a veces se te ata sin que sepas los porques de esas lágrimas que no llegan a salir, pero que te dicen que están ahí, al acecho, con ese nudo que te aprieta y que apenas te deja respirar...


ayer llegué a casa cansada y sin ganas ni de leer... sin fuerzas para abrir el libro... sabiendo que aunque lo intentara, era uno de esos días en los que no puedes concentrarte en nada... así que decidí meterme en la ducha para tratar de quitarme el día de encima (en casa de mis padres, porque mi calentador se ha vuelto a estropear y estoy sin agua caliente en casa), y me quedé a cenar allí, porque sabía que en mi nevera no había nada comestible (aparte de unos yogures vitalinea, que anoche no me apetecían). y después de la ducha y de la cena, estuve leyendo un rato... primero la novela que me tiene enganchada en este momento (la de los tres hombres en una barca, que está siendo todo un antídoto contra las tristezas de estos días) y después algo que tenía que leer hace tiempo, pero para lo que no encontraba el momento...





y es viernes, y yo en realidad hoy venía a contarte que el domingo pasado (en ese momento en el que el domingo ya se ha terminado, pero en el que faltan unas horas para que sea oficial), estuve leyendo cuando acabe el invierno de mary ann clark bremer, una novela que compré hace unas semanas y que tenía guardada esperando el momento...


y es que desde que me regalaste aquella librería de verano sabía que quería volver a leer a la clark bremer... pero no es fácil encontrarla... de hecho, la primera vez que la busqué, lo único que encontré fue el libro que ya tenía... pero ya sabes como soy... ya sabes que soy un pelín obsesivo-compulsiva y que de vez en cuando hago mis busquedas por internet, con la esperanza de que salga alguna novedad de mis autoras y autores favoritos o de que algún descatalogado hace años, aparezca a la venta en alguna librería de viejo de esas que tanto me gustan...


el caso es que no recuerdo que quería comprarme, pero recuerdo que necesitaba añadir algún libro para conseguir los portes gratis... así que después de un par de busquedas infructuosas, metí el nombre de mary ann en el buscador, sin casi ninguna esperanza, y apareció este cuando acabe el invierno que la editorial impedimenta acababa de editar...






los libros de aquel fin de año en nueva york fueron seis, y todos de virginia woolf.

fue mi mejor amiga durante aquellos días en que nevaba cada poco y mi única prima acababa de ser madre: margaret o maggi o mag se llamaría la niña.

mary ann clark bremer (cuando acabe el invierno)





y así empieza la clark bremer a contarnos esta historia, una historia que con semejante principio, no podía no gustarme...


una historia que según sus propias palabras es la novela de todas las mujeres que fue después de la muerte de su esposo. y es también la novela de muchas mujeres a las que luego conoció: cuando se abrió al mundo, cuando supo hacer y querer amigos. una novela llena de incertidumbres porque el eje de su vida (siempre según ella misma) es la búsqueda y no la certeza...


y qué decirte de esta preciosa historia?... que decirte, sino que gracias por la parte que te toca, por habermela descubierto el verano pasado...


la empecé en ese momento en el que el domingo deja de ser domingo, y no volví a cerrarla hasta que terminé de leerla... y la cerré con esa sensación de gratitud que sientes al leer ciertas historias... con esa sensación de paz que te dejan de poso ciertos libros leídos en el momento preciso...


que me ha encantado (como imagino que ya habrás imaginado leyendo mis palabras...), y que ahora espero con ilusión que impedimenta publiqué alguna otra novela de ella...





y ahora, corto y cierro...

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