sobre bipolaridades, paranoias y un regalo de cumpleaños...

jueves (que lo único bueno que tiene es que es casi viernes) y te escribo (cómo no) desde el despacho...


te adelanto que hoy estoy bipolar... porque me he levantado con tiempo para abrir, pero luego he acabado llegando tarde al trabajo... he abierto el editor hace mas de una hora para escribir(te), pero se me han perdido las palabras y las ganas... y vuelvo a tener el editor abierto, y me rebusco las palabras... pero hay cosas que hacen que las palabras se me escondan (ya conoces casi todas mis pequeñas paranoias, aunque creo que nunca he sido capaz de explicarte de verdad lo que siento a veces, cuando las palabras se me atraviesan y se me pierden los motivos)





el caso es que como te decía, estoy un poco bipolar... así que aquí estoy... tecleando sin saber muy bien porqué, para contarte que la semana pasada estuve leyendo el inicio de la primavera de penelope fitzgerald...






en 1913, ir de moscú a charing cross con escala de varsovia costaba catorce libras, seis chelines y tres peniques, y suponía dos días y medio de viaje. en el mes de marzo de 1913, la esposa de frank reid, nellie, inició ese periplo desde el número 22 de la calle lipka, en la zona de jamovniki, y se llevó a sus tres hijos con ella, es decir, a dolly, a ben y a annushka. annushka (o annie) tenía dos años y nueve meses, y seguramente le iba a dar mucho la lata, más que los otros dos juntos. sin embargo, dunyasha, la empleada que cuidaba de los niños en el 22 de la calle lipka, no se marchó con ellos.

penelope fitzgerald (el inicio de la primavera)





y así empieza la fitzgerald a contarnos esta historia... una historia en la que la primavera va llegando, mientras frank reid asume el abandono de su mujer... que por cierto, le devuelve a sus hijos antes de que termine el primer capítulo...


y (aunque ya lo sabes) este fue uno de los regalos de cumpleaños (que este año, he de decir que ha sido muy literario).


y es que la abuela quería comprarme un libro, así que le pidió a mi padre que la llevara alguna de las mañanas de la semana santa a esa librería a la que suelo ir cuando voy a verla, para elegir alguno... pero mi padre, decidió una tarde que ibamos juntos a la residencia, que era mucho más práctico ir conmigo a la librería, y que eligiera yo misma el regalo... así que eso hicimos... elegí dos libros para que él eligiera uno, pero él decidió comprarme los dos: uno de su parte y otro de parte de la abuela... y después, entramos por separado a ver a la abuela... primero llegó mi padre, le dijo que ya me había comprado el regalo y lo escondió en el armario... y después llegué yo como si viniera de otra parte...


he de decir que a la abuela, el hecho de que hubiera sido mi padre el que hubiese elegido los libros, no le convenció mucho... y se pasó una semana diciéndole a todo el mundo lo preocupada que estaba, porque los libros, según ella no me iban a gustar...


e incluso siguió dudando cuando me los dió y le aseguré que me encantaban los dos... sólo dejó de dudar cuando el sábado pasado le conté que ya me había leído uno de los libros (éste de la fitzgerald) y se lo estuve contando... y ahora quiere que se lo deje, porque después de la operación de cataratas, quiere volver a leer... y estamos esperando que lleguen los días de verano, para retomar las lecturas...




el caso es que me ha encantado esta historia que empieza con un abandono y termina (no te asustes que no voy a contar el final) con la llegada de la primavera y la apertura de las ventanas de la casa familiar, después de pasar el invierno cerradas... me ha encantado el personaje de frank reid, un inglés nacido en rusia, que tiene una imprenta heredada de su padre... y esa rusia pre-revolucionaria de los años diez...




y ahora corto y cierro... que digo yo que algo tendré que ir haciendo...


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