sobre que es martes, tengo sueño, un poema de la bishop y la tristeza que siento...

martes y te escribo desde el despacho... con la impresora otra vez rota, y todos los quebraderos de cabeza que ello conlleva... con la caja de tres días encima de mi mesa, ya hecha, pero sin poder archivarla... no hasta que vuelva la impresora y pueda imprimir las remesas en condiciones...


por suerte tenemos la fotocopiadora que desde ayer hace las funciones de impresora de emergencia, así que he podido imprimir los correos electrónicos... y repartirlos a quien corresponda...





anoche no podía dormir y eché mano de las pastillas que guardo en la mesita de noche... quizás por eso sigo medio soñolienta y noto esta calma artificial... una calma que sé que es de mentiras, pero que al menos me da esta tranquilidad ficticia, y que de paso se ha llevado esa migraña que desde el domingo por la noche me martirizaba y no me dejaba pensar con claridad...


las pastillas y esa partida que no pudimos terminar...





en fin... que yo hoy quería hablarte de la antología de elizabeth bishop que estuve leyendo la semana pasada... una antología editada por la visor que me ha encantado...


conocí a la bishop el año pasado, gracias a esa magia que te lleva de un libro a otro, de una poetisa a otra... leí su norte & sur... y hace poco, encontré esta antología de la visor, y ya sabes que la visor es una de mis editoriales fetiche... así que la compré... claro... junto con una antología de la sodergran, que todavía no he leido... todo sea dicho...


el caso es que me ha gustado volver a leer a la bishop, y aunque mas de una vez he dicho que prefiero los poemarios a las antologías, la verdad es que esta antología me ha encantado...


y como muestra un botón... te voy a dejar antes de cortar, un arte... uno de los poemas de la bishop... el poema que cierra la antología de la visor...







un arte

el arte de perder no es difícil de aprender;
tantas cosas parecen querer extraviarse
que perderlas no acarrea ningún desastre.

pierde algo todos los días. acepta la confusión
de perder llaves de puertas, un rato malgastado.
el arte de perder no es difícil de aprender.

practica entonces perdiendo más y más rápido:
lugares y nombres, y adonde quiera que tenías pensado
viajar. nada de eso acarreará un desastre.

perdí el reloj de mi madre. y fíjate!, la última
o la penúltima de mis tres casas del alma se ha esfumado.
el arte de perder no es difícil de aprender.

perdí dos encantadoras ciudades. y aún más vastos,
algunos domicilios, dos ríos, un continente.
los echo de menos, pero no fue ningún desastre.

aún al perderte (la voz burlona, un gesto
que adoro) no debí mentir. es evidente
que el arte de perder no es muy difícil de aprender
aunque pueda parecerse (escríbelo!) a un desastre.

elizabeth bishop





y ahora corto y cierro, que tengo que llamar a la gestoria para preguntar noséqué de unos asientos...





pd. nada diré de la pena y la vergüenza que me está dando últimamente (es un decir) la realidad política de este país... nada diré de lo que pienso sobre los pactos con acosadores, porque lo que de verdad escapa a mi entendimiento ya no es tanto el pacto en sí (que también) sino el hecho de que en este pais un sujeto culpable (no presunto, que hubo juicio y lo perdió) de acoso, no sólo pueda seguir en política, sino que encima haya gente que le vote... te juro que escapa a mi entendimiento...


y tampoco diré nada de la pena, la vergüenza y el asco (sí, lo has leido bien: el asco), que me da vivir en un país, en el que un ministro se permite decir ante los medios que por mucha ley del matrimio que haya, que ese matrimonio (refiriéndose al matrimonio entre personas del mismo sexo) no debe tener la misma protección por parte de los poderes públicos que el matrimonio natural, ya que (siempre según el especimen que dicen que es ministro) la pervivencia de la especie, por ejemplo, no estaría garantizada... absurdo, retrogrado y asqueroso... y que me hace preguntarme que haremos entonces con los curas que (al menos en teoría) no deberían contribuir a la pervivencia de la especie...


y no puedo evitar preguntarme en voz alta, qué problema hay en que todos tengamos los mismos jodidos derechos... no puedo evitar la nausea que me dan ciertos y ciertas tertulianas de la televisión que pretenden sentar cátedra instaurando una sociedad que vuelva a tener ciudadanos que se suponen iguales, pero que según ellos deberían tener distintos derechos...


lo dicho... tristeza y asco...


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