sobre lo que galdós me contó de felipe centeno...

miércoles y en el despacho...


mañana poco productiva... ya tenemos la impresora, así que he podido hacer la caja de hoy e imprimir en condiciones las últimas remesas... y coger el teléfono... otra cosa no, pero lo que es contestar al teléfono... eso sí que lo he hecho... lo que no sabría es decirte cuantas veces, porque hace ya un rato que he perdido la cuenta de las llamadas que llevo contestadas en lo que va de mañana...





miércoles y yo quería contarte que la semana pasada estuve leyendo el doctor centeno de pérez galdós... que como sabes que soy rara, y que suelo empezar la casa por el tejado, he leído después de leer la de bringas y tormento...


ya conocía a felipe (al que llaman doctor centeno), lo conocí en marianela, cuando se despide de la pobre nela y se va a madrid a intentar estudiar... y volví a verlo en tormento, ya que felipe estaba al servicio de agustín caballero, y sino recuerdo es quien salva a la pobre amparo casi al final...


pero el caso es que no sabía que había sido de felipe desde que salió de socartes hasta que entró a servir a agustín caballero, y ha sido en esta novela, en la que galdós me ha contado la llegada de felipe a madrid, y sus aventuras...


y es que encontramos al pobre felipe, mareado y en el suelo, tras fumarse un puro, cuando lo encuentra alejandro miquis y se lo lleva con él al observatorio a que le den de comer... y allí felipe encuentra su primera colocación... en casa del cura sin vocación, pedro polo... claro que el pobre felipe no sabe donde se ha metido, ya que en la casa nadie lo quiere, y en los estudios (el padre polo da clase) no le va bien... y mientras vemos las penas de felipe, de fondo intuimos los antecedentes de tormento... y entendemos porque felipe le tiene tanto cariño a amparo, cuando ella le da las seis pesetas que ha ganado en la lotería al no poder conseguir que no lo echen de la casa...


sí, porque a felipe le echan de la casa del padre polo por ser un chiquillo y llevarse una cabeza de toro para jugar con sus amigos...


y el pobre felipe acaba otra vez en la calle, y otra vez se vuelve a encontrar con alejandro miquis, al que como le ha sonreido la fortuna, en forma de dinero dado por su extraña tía (todo un personaje digno de estudio, por su caracter y por esa historia de amor traicionado), le da por tomar a felipe a su servicio...


y me ha encantado el personaje de miquis, escribiendo un gran drama por las noches, leyéndoselo a un felipe admirado que intentará salvar a su señor, por puro interés... me ha encantado la galería de personajes que galdós perfila en los amigos de miquis, unos mejores que otros, algunos demasiado interesados, y esa generosidad de alejandro, dando cuando no le queda...


mención especial merece don josé ido del sagrario (al que también conocía de tormento, pero que en los capítulos finales del doctor centeno me ha llegado al alma, compartiendo con los protagonistas, penas y desdichas, y lo poco que hay para comer, si es que hay algo...)


y también me ha encantado la tal... claro... y el encuentro con la tía del pobre alejandro miquis en las escaleras...


aunque la pérdida de la maravillosa obra de teatro (que digo que debía de ser maravillosa, porque cuando don josé ido se la lee a las vecinas, todas acaban llorando y él, casi sin poder leer emocionado...) admito que me rompió un poco el corazón... como a felipe...


no te digo como acaba, pero sí te diré que galdós me hizo llorar... y antes de cortar y cerrar te voy a colgar un trocito, que como estudiante de bellas artes, y asidua (pese a la distancia) al museo del prado, me ha llegado al alma...


dice galdós hablando de alejandro miquis y de felipe que...






al museo fueron alguna vez. contemplaba felipe, con la boca abierta, aquellas figuras tan guapas, y tenía como una sospecha del gran mérito de todas ellas. en presencia de la perfección artística, no hay persona, por ruda que sea, que no sienta, ya que no otra cosa, el secreto orgullo de su afinidad con la esencia divina que inspiró aquella belleza y de su parentesco corpóreo con las manos que la ejecutaron.

-esto lo hizo un hombre? -preguntaba felipe, en el colmo del candor.

-sí; murillo.

-y aquellos ángeles los sacó de su cabeza?

-ahí verás tú.

benito pérez galdós (el doctor centeno)





y ahora corto y cierro... que tengo que imprimir unas cosas, ir a la papelería y buscar una dirección...

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