sobre tristezas y el agua que fluye...

ya viernes... en el despacho... y llueve...


viernes nublado, y el otoño me ha pillado con la ropa de verano y sandalias poco adecuadas para caminar bajo la lluvia... el pareo que en todo el verano no he usado para ir a la playa, hoy me sirve de chal improvisado contra este aire que ha cambiado casi a traición... y como cada otoño esta tristeza tibia que no me sé explicar... esta sensación de necesitar mas horas de sueño... de necesitar descansar mas... esta pena por los días que se acortan... por las noches que llegan antes y duran mas...


claro que de sobra sé que en esta ciudad el otoño no llega nunca del todo... que aún tendremos días de verano fuera de fechas... pero ya no es lo mismo... ya nos estamos preparando para el invierno... o al menos, eso es lo que la lluvia desvaída de hoy me hace sentir en este momento...


te hablaba de esa tristeza tibia que trae cada año el invierno... pero estos días arrastro otra tristeza que nada tiene que ver con el tiempo... arrastro una tristeza helada, una de esas que te dejan miedo cuando te paras a pensar... la tristeza de las imagenes de la brutalidad policial... ese no saber que sentir exactamente cuando ves como cargan contra la gente... el miedo al escuchar a algunos miembros del gobierno sacar las cosas de quicio y hablar de golpismos... a esa manipulación sin ningún tipo de disimulo que sientes al ver algunas cadenas de televisión (de la prensa no hablo, porque desde que cerraron el público, apenas leo prensa escrita)... de la sensación de inseguridad al ver las imagenes de los antidisturbios entrando en atocha... la sensación de mentira al ver al escuchar eso de "soy compañero" (que si he de serte sincera, no sé como interpretar), o al ver esas imagenes de un policia clavandole la rodilla en la cabeza a un chico que ya tienen inmovilizado...


bombardeo de imagenes que a veces tengo la sensación de que intentan acallar la verdad de todo esto... que hay un descontento general con el gobierno... que estamos agotados entre recortes (económicos y morales) a nuestro (ya desaparecido) estado del bienestar... que tenemos un gobierno con mayoría absoluta pero que hace exactamente todo lo que prometió no hacer para obtenerla (lo que me hace preguntarme hasta que punto es legítima esa mayoría absoluta) y que de entre todos los recortes que ha hecho y hará, no se ha planteado ni por un momento hacer recortes donde quizás habría que hacerlos (y con esto me refiero a esas pensiones vitalicias que tienen todos aquellos que en algún momento han formado parte de un gobierno, por dar una idea ya que tanto les gusta recortar; o quitar ciertos lujos, como coches oficiales y sumas astronómicas en dietas; o que dejen de viajar en primera... no sé... medidas prácticas que digo yo que algo de gasto nos quitaran...)





en fin... cambiaré de tema...





y retomando el tema del tiempo, déjame que te copie aquí una cita del relato un hombre oscuro de marguerite yourcenar... uno de los tres relatos que componen el libro como el agua que fluye...






el tiempo, entonces, dejó de existir. era como si hubieran borrado las cifras en la esfera del reloj, y la misma esfera palideciese como la luna en el cielo cuando es de día. sin reloj de pared (el que había en la casita ya no funcionaba), ni reloj de bolsillo (nunca lo tuvo), sin el calendario de los pastores colgado de la pared, el tiempo pasaba tan rápido como el rayo, o bien duraba eternamente. salía el sol, luego se ocultaba en un lugar apenas distinto del día anterior, un poco más pronto cada tarde, un poco más tarde cada mañana.

marguerite yourcenar (un hombre oscuro)





es curioso como vuelven algunos libros a nuestras vidas... anna, soror (otro de los relatos que incluye este libro) fue lo primero que leí de la yourcenar... nada sabía en aquel entonces de ella... ni que hubiera sido la primera mujer en formar parte de la acadamedía de las letras belgas... leí su anna, soror y me enamoré de ella... después vinieron las memorias de adriano, sus cuentos orientales, y ese cuento azul que leí no hace mucho... por último sus poemas, que fueron toda una sorpresa...


hace unas semanas el jefe se iba a belgica por trabajo y me preguntó que qué quería que me trajera... así que le pedí que si pasaba por una librería me comprara un libro en belga de la yourcenar (una extraña manía que empezó cuando compré los cuentos de hemingway en una librería de chicago hace años), que a ser posible me comprara el de ana, soror... pero no pudo ser... el jefe fue a dos librerías pero no tenían nada de ella... así que cuando pocos días después de su vuelta fui a una librería a buscar un pedido (que por cierto no me habían traido) y para consolarme de la pena me entretuve mirando los libros que tenían de oferta, ví este del que te estoy hablando, que no sólo tenía el de anna, soror; sino que tenía dos relatos mas que no conocía... pues tuve que comprarlo... y leerlo... claro...


y te diré que la yourcenar me sigue fascinando... que recordaba la historia de anna y de su hermano miguel; en ese sentido, el libro no me ha sorprendido (es una de esas historias que recuerdas pese a no recordar los detalles); lo que sí que me ha sorprendido el lirismo con el que la yourcenar nos cuenta esta historia de incesto... como en algunos momentos te parece estar leyendo mas un poema que una novela corta... como, en un determinado momento, la yourcenar cambia el ritmo (e incluso el tono) para acabar de contarnos la triste historia de esta anna, que como el título indica, es ante todo: hermana...


en fin... que a veces es curioso releer historias que a los veinte años ya nos parecieron preciosas, y que los años de experiencia, y de lecturas acumuladas, hacen que descubramos mas brillantes de lo que recordabamos...





y ahora corto y cierro... que tendré que ir haciendo cosas...


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