sobre noches extrañas, julia de burgos y su canción amarga...

sábado después de la tormenta... y en el despacho... claro...


aunque esta ha sido una noche extraña... una noche de desvelos y de cigarrillos a deshoras... me desperté a las cuatro de la mañana, con el miedo que dejan las pesadillas extrañas, ese miedo que sólo sé conjurar fumándome un par de pitillos en el sofá... y me volví a despertar a las siete, helada de frío, y tras intentar dormirme otra vez y ver que el frío me lo impedía, me tuve que volver a levantar a buscar una de la mantas... y fumarme otro pitillo mas, para ver si así volvía morfeo... así que no es raro que a las ocho y media, el despertador en lugar de despertarme se haya introducido en mis extraños sueños, que seguían esbozando pesadillas absurdas, y se haya convertido en una extraña alarma que me hablaba de un fin del mundo que sólo yo sabía...


así que tengo sueño, tengo ojeras, y la sensación de miedo que deja una noche de pesadillas, que aunque bien es cierto que la luz del día ha despejado, siempre queda una pequeña reminiscencia de ese miedo sentido en sueños, y no se me acaba de desprender de las pestañas...


y todo esto en sábado de facturación, que mañana es útlimo de mes y habrá que facturar cuando cerremos... y recuerdo mis primeras facturaciones, casi a ciegas, casi improvisadas, siempre con ese miedo a no estar haciendo algo... a estar saltándome alguno de los pasos... ahora, después de nueve meses facturando... a dos facturaciones al mes, la verdad es que el miedo al trámite casi ha desaparecido... y facturar los días quince y treinta de cada mes, es una mas de mis rutinas... una mas de esas responsabilidades adquiridas a la fuerza, y que ahora (en esta extraña y silenciosa partida de poder despachil) se ha convertido (al parecer) en una pieza clave...


en fin... no te aburriré con las intrigas de este despacho, que en los días de facturación hacen que rocemos el absurdo, cuando dos personas nos dedicamos a hacer exactamente lo mismo, pero cada una por su lado...





te contaré, pues, que estuve leyendo un poemario de la editorial torremozas (es que me mandaron un mail contándome que por motivo de su treinta aniversario, los portes eran gratis, así que para celebrarlo, estuve buscando en sus fondos, libros que añadir a mis montones); una antología de julia de burgos, poetisa de puerto rico (que nació en mil novecientos catorce y murió en nueva york en el año cincuenta y tres), a la que no conocía, y a la que gracias a esta editorial, he podido leer... y que te diré que me ha fascinado...


y lo difícil es escoger sólo uno de sus poemas para copiarlo aquí... porque la antología entera es una preciosidad... y después de darle muchas vueltas, y leer y releer los poemas que copie en los borradores de ella, te voy a copiar aquí su canción amarga...






canción amarga 

nada turba mi ser, pero estoy triste.
algo lento de sombra me golpea,
aunque casi detrás de esta agonía,
he tenido en mi mano las estrellas.

debe ser la caricia de lo inútil,
la tristeza sin fin de ser poeta,
de cantar y cantar, sin que se rompa
la tragedia sin par de la existencia.

ser y no querer ser... es la divisa,
la batalla que agota toda espera,
encontrarse, ya el alma moribunda,
que en el mísero cuerpo quedan fuerzas.

perdóname, oh amor, si no te nombro!
fuera de tu canción soy ala seca.
la muerte y yo dormimos juntamente...
cantarte a ti, tan solo, me despierta.

julia de burgos





corto y cierro...


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