sobre esperanzas, desesperanzas y las caridades de un tal alcipo...

viernes, por fin... y aquí sigo... en el despacho...


el gobierno con su mayoría absoluta ya ha aprobado sus medidas de austeridad (por decirlo de manera suave) sin contar con nadie, y sin importarle que la prima de riesgo (de la que no habíamos oído hablar hasta hace poco y que ahora oimos nombrar todos los días) esté mas disparada que nunca y que la gente salga a la calle... es lo malo de las mayorías absolutas...


pero hoy no me apetece hablar de esto... la esperanza y la desesperanza mantienen un pulso dentro de mí... porque la desesperanza me dice que les da igual todo, que no hay solución... y que les da igual que haya manifestaciones y huelgas y un descontento casi general... que ellos siguen con sus varios sueldos, legislando y decidiendo que derechos quitarnos, que ayudas cortar y como exprimirnos mas para sacarnos aún mas jugo, escudándose en una mayoría absoluta conseguida en las urnas con las mentiras de una campaña electoral en la que prometieron no hacer todo lo que están haciendo... pero la esperanza me dice que tanta gente en la calle tiene que servir de algo... que tantas voces levantándose indignadas no pueden ser silenciadas...





(y he perdido el hilo... he soportado estoicamente siete interrupciones, pero a la que ha hecho ocho, lo siento pero se me ha ido completamente el hilo de lo que intentaba escribir...)





así que en vez de intentar retomar lo te estaba contando, te contaré que hace unos días descubrí los poemas de la yourcenar... y digo que los descubrí, porque aunque de sobra conozco a la yourcenar (desde aquel ana soror que leí de jovencita) la verdad es que no sabía que también escribía poesía...


cuenta la traductora en el prólogo que encontró los poemas por casualidad en un mercadillo callejero en parís, ojeando números antiguos de una revista literaria... yo encontré estas caridades de alcipo y otros poemas (que es como se titula esta antología de la visor) mirando por mirar entre las estanterías de una librería a la que fui a recoger un par de libros que había encargado por internet...


y qué decir de los poemas de marguerite yourcenar?... qué decir que no sepas si has leído sus relatos o sus novelas?... te diré que ha sido todo un descubrimiento, y una maravilla poder leer sus poesías...


y como muestra un botón... te dejó el primer poema de las caridades de alcipo...






I

me acosté lentamente en la playa de arena
donde el mundo se gasta con áridas dulzuras
y a la hora asombrada en que los astros nacen
del nácar de sus sueños sobre sus cuerpos largos,
vi venir hacia mí mis hermanas Sirenas.

vi venir hacia mí mis locas hermanas de la orilla
que cantan por la noche en un lúgubre coro;
amantes sin amor, cautivas para siempre,
que nunca en el gemido hondo o en los senos fríos
sintieron bramar secreto el fuego de un corazón.

me pedían del alma ese trozo candente,
estremecido adentro como un pequeño ser;
esa péndola viva hecha de sombra y fuego,
lanzadera de un telar que a cada instante
tejiendo sangre desfallece y se acelera.

me pedían su parte de esa entraña
que dilata nuestros votos incumplidos,
a fin de que el ahogado, el grumete o el corsario
encuentren bajo el agua verde y la sal que macera,
el amor y el calor de las camas profundas.

querían ese corazón para sufrir y saber
los cantos del dolor y sus sollozos roncos,
y comprender por qué cuando amanece el día
revelando el naufragio y la barca vacía,
la mujer del marino acude a la rompiente.

cedí, temblando, al llanto de sus ojos transparentes,
a sus enamorados gritos de sombras y rumor;
entre sus dedos lascivos y sus anillos de perlas
vi mi corazón hundirse en la cavidad negra de las olas
y en el abismo del viento donde va lo que muere.

lo vi descender el pozo de las tormentas,
abrirse como un loto en las aguas tranquilas,
bailar en las olas, rebotar en las crestas,
y en hilos centelleantes que detiene el temblor,
engancharse al cabello de las cañas gimiendo.

vi su sangre tibia manchar el mar inmenso
como un sol herido que naufraga victorioso
dejando por detrás la nada y la demencia;
lo vi tragado por la noche que comienza
y luego ya no vi más lo que era mi corazón.

 marguerite yourcenar (las caridades de alcipo y otros poemas)


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