así que cansada de decirle que no existe la blusa, o que se ha perdido, o que ha soñado con ella, he decidido coger todas las blusas de color negro que he encontrado (aunque crea que no le vengan, y ninguna lleve muñequitos de colores) para que me diga ella, cual de sus blusas es esa sin la que al parecer no puede estar...
en fin... y de paso hemos estado buscando unos papeles que hacen falta para noséqué... los papeles en cuestión no los hemos encontrado, pero sí que he encontrado buscándolos, la última foto de carnet que se hizo el abuelo (hará unos veinte años) y me la he quedado... claro...
es extraño... es una sensación extraña la de entrar en casa de la abuela y que esté totalmente a oscuras... es una sensación extraña la de buscar entre sus cosas... la de entrar en el salón y que ella no esté sentada en su sillón pidiendote que le cuentes algo... chati...
ahora de vuelta en el despacho, pero me tengo que ir al banco...
así que permíteme que te copie un poema de gloria fuertes... del poemario ni tiro, ni veneno, ni navaja... de la torremozas, claro... que estuve leyendo la semana pasada y que me ha encantado...
te dejo el que se titula los ciegos ven... porque me parece una preciosidad de poema...
los ciegos ven
los ciegos ven,
los videntes ciegan,
los tontos adivinan,
los otros videntes dejan de adivinar,
los sucios se afeitan,
los criminales lloran,
los policías se distraen
los puritanos se revolucionan,
los doctores no dan una
los tacaños dan todas,
los niños nacen!
las vísceras funcionan,
los mudos hablan,
los habladores enmudecen,
todo esto y algo que no digo sucede,
cuando el amor enciende sus bengalas
para llamar la atención por un instante
que a veces dura
-pero pocas veces-
toda la vida.
gloria fuertes (ni tiro, ni veneno, ni navaja)
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