sobre los viernes...

viernes... que aunque mañana sábado toca trabajar (y de jefecilla, por si tener que trabajar fuera poco) la verdad es que una se despierta mas contenta los viernes...


y sí... hoy he llegado a trabajar a mi hora... aunque el despertador no me ha sonado, pero en fin... lo importante es que me he despertado... que tres días seguidos llegando tarde a trabajar, creo que son demasiados hasta para mí...


calor y mas calor... y hoy en valencia un sol extraño... un sol de esos de lluvia... una luz amarilla que lo cubre todo de una irrealidad vaga... pero no llueve... sólo es un sol de migraña, como dice mi hermana... una migraña que lleva aquí desde el domingo y que por muchas pastillas que le lleve dadas, se resiste a irse del todo...


migraña... desde los siete años... y ya tengo treinta y cuatro... cualquiera diría que debería haberme acostumbrado... incluso debería dar gracias, porque si bien es cierto que la sufro casi cada día, admito que estoy en una de mis épocas buenas...





y el caso es que hoy quería hablarte de demasiada felicidad, el libro de alice munro... un maravilloso libro de relatos... quería hablarte de ese primer relato que en un momento dado me dejó helada... o de la historia de joyce que lee otra versión de su historia en un relato... pero para hablarte de alice munro tendría que irme lejos... tendría que empezar por el principio, que fue antes del principio... tendría que empezar por secretos a voces, título que llevé anotado mucho tiempo en el móvil porque te pedí que me recomendases un libro y tú me recomendaste ese a cambio de la cocina de banana yoshimoto... pero como yo soy como soy, estuve años con ese título anotado pero sin buscarlo... hasta que lo encontré y descubrí que tenías razón... que me iba a gustar el libro... y tendría que hablarte también de aquellas lunas de júpiter que acabó de confirmarme lo que ya sabía: que esta mujer escribe maravillosos relatos de una manera alucinantemente increible... y que hace que parezca fácil, algo que en realidad es muy complicado... y también debería de hablarte de su amistad de juventud, libro que también compré por culpa tuya y que también me encantó...


ahora con demasiada felicidad, me doy cuenta de que aunque los libros de alice munro me los compré yo, no dejan de ser un regalo... porque curiosamente, determinados autores van siempre ligados a quien nos los recomendó... y porque leer a esta mujer siempre es un regalo... no deja de fascinarme su manera de escribir relatos...


y como un libro te lleva a otro, ya he hecho un par de encargos por internet...





y además, ahora sé que "hay un cráter en la luna que lleva el nombre de sofía"...




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