martes, y si he de ser sincera, no sé que contarte... seguramente porque no tengo nada que contar...
claro que podría contarte que me gustó volver a leer a fitzgerald... que aunque ya me había leído cuatro de los ocho relatos del libro debols!llo que compré hace un par de sábados por una apuesta perdida; ya sabes que no me importa releer, de hecho creo que me encanta... por aquello de los matices que encuentras en la segunda lectura... vale que que pierdes la sorpresa, pero a cambio ganas una cierta tranquilidad que no te hace acelerar la lectura en un momento dado, y te deja seguir disfrutando de una lectura mas lenta, quizás mas atenta a los detalles... y conociendo de antemano como acaba, puedes ver mas claramente los caminos que emplea el autor para llevarte al desenlace... no sé si me estoy explicando... pero creo firmemente que las relecturas tienen un algo...
el de benjamin button, el que da título a este conjunto de relatos, lo he disfrutado mas esta vez que cuando lo leí por vez primera... quizás porque estaba tan ocupada indignándome con la adaptación cinematográfica, que se me olvidó disfrutarlo... y en esta segunda lectura, admito que fitzgerald hasta consiguió arrancarme un par de carcajadas... aún así, cierto es, que no es de mis relatos favoritos de fitzgerald... que me quedo con esa belleza sureña, o con ese retorno a babilonia... incluso con el del cortejo nupcial... y con esos sueños de invierno... claro...
pero aún sin ser de mis favoritos, déjame que te copie aquí una cita del curioso caso de benjamin button...
una alteración casi química pareció disolver y reconstruir los mismísimos elementos de su cuerpo. lo recorrió un escalofrío, la sangre le subió a las mejillas, a la frente, y sintio un rítmico martilleo en los oídos. era el primer amor.
y es que creo que esta es una de las cosas que mas me gustan de él... sus descripciones de sentimientos y sensaciones que no son fáciles de deletrear... porque si lo piensas, es justo eso: una alteración casi química que parece disolver y reconstruir los mismísimos elementos de tu cuerpo...
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