shirley


 

el hombre que ama y se ve así despreciado puede hablar para pedir explicaciones; la mujer que ama nada puede decir. si lo hiciera, el resultado sería vergüenza y angustia, y remordimiento por haberse delatado. la naturaleza estigmatizaría semejante manifestación como rebelión contra el instinto femenino, y se vengaría después en secreto, golpeando a la mujer súbitamente con el rayo del desprecio por sí misma. toma las cosas tal como son; no hagas peguntas; no protestes: es lo más prudente. esperabas pan y recibes una piedra; rómpete los dientes con ella y no chilles porque te martirice los nervios: no dudes de que tu estómago mental -si es que tienes tal cosa- es fuerte como el de un avestruz; la piedra será digerida. extiendes la mano para recibir un huevo y el destino pone en ella un escorpión. no te muestres consternada, cierra los dedos fuertemente sobre el regalo, deja que te pique en la palma. no te preocupes, con el tiempo, después de que se te hayan hinchado la mano y el brazo, y hayan temblado mucho tiempo bajo la tortura, el escorpión estrujado morirá y tú habrás aprendido la gran lección de como resistir sin un sollozo. pues el resto de tu vida, si sobrevives a la prueba -se dice que algunas mueren en el intento-, serás más fuerte, más sabia, menos sensible. quizá no seas consciente de ello en su momento, y, en consecuencia, esa esperanza no te infunda valor. la naturaleza, sin embargo, como se ha dado a entender, es una amiga excelente en tales casos: sella los labios, prohíbe las palabras, impone un plácido disimulo, disimulo que a menudo conlleva un semblante tranquilo y alegra al principio, pero con el tiempo se convierte en palidez y pesadumbre, y luego, cuando éstas desaparecen, en un práctico estoicismo que, no por agridulce, resulta menos reconstituyente.


la cita (que sé que es larga, pero que me encantó al leerla y no sabía por donde cortar) es de shirley de charlotte brontë... un regalo de reyes... un regalo en todos los sentidos de la palabra... porque ya sabes cuanto me gustan las brontë... y porque empieza a ser una costumbre esto de leer a charlotte en enero... y porque la historia de caroline y de shirley es una preciosidad (mira si es preciosa que terminé de leerla el sábado y aún me descubro sonriendo cada vez que me acuerdo del final)


y es que caroline (que es huérfana) está enamorada de robert moore (su primo lejano) y parece que robert está enamorado de ella... pero robert tiene otras preocupaciones y parece que no le viene bien el amor... y entonces llega shirley (que es huérfana también y además es una rica heredera) y entonces robert (que es su arrendatario) empieza a hacerle caso... y shirley y caroline se hacen amigas... y las dos están enamoradas pero ninguna habla del tema con la otra... y aparece el hermano de robert, que se llama louis y que es el preceptor de un primo de shirley (y que también lo fue de ella hace tiempo)... y caroline se pone enferma, y después le pegan un tiro a robert, y louis escribe un diario y a shirley le muerde un perro... y hasta aquí puedo leer que me conozco y me veo venir...


y es una maravilla leer estas historias... dicen que charlotte escribía esta novela mientras morían anne, emily y branwell... y la tristeza se filtra en sus letras y admito que lloré un par de veces leyéndola...





(y sobre la cita no diré nada que bastante larga es... solo que leyéndola pensé en como han cambiado las cosas, y al copiarla (letra a letra) para postearla me he dado cuenta de que en el fondo (no sé si por suerte o por desgracia) hay cosas que no cambian)


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