reiniciando

 

lunes y de agosto (y primer día en el despacho después de quince días de vacaciones; que quieras que no, es complicado)

tengo sueño y echo de menos mi sofá y poder levantarme tarde... y tengo también la mesa llena de papeles, cosa que por cierto no sé como ha pasado, porque juraría que cuando me fui no quedaba nada por hacer, lo que confirma mi teoría de que los papeles en los despachos tienden a reproducirse solos por las noches cuando no miramos...


tengo que contarte mis quince días en la inglaterra victoriana con esas mujeres de las que virginia hablaba al principio de un cuarto propio... y no me olvido de la bendición de la morrison, ni de la guerra de las mujeres de dumas, ni de lavinia... y guardo algún poema de rosalía y algún que otro haiku de kerouac...


pero el teléfono no para de sonar y tengo la bandeja del correo del despacho llenita de cosas... mira la hora que es y ya tengo un par de albaranes por meter y esos papeles encima de la mesa, que si te soy sincera sigo sin saber de donde han salido, pero que como intuyo que no van a desaparecer, tendré que empezar a mirarlos...


así que dejo las citas en los borradores, que hoy sólo soy capaz de tecleos dispersos...





vuelta a la realidad... con lo bien que estaba yo sin despertador y sin tener que mirar el reloj...

No hay comentarios:

Publicar un comentario