miércoles, 26 de noviembre de 2025

y después de terminar el tomo de poesía completa de maría mercedes carranza, me leí "ritual de duelo" de isabel de naverán... que como si título indica, va de un duelo... lo vi en instagram, y ya sólo por el título me lo compré...

y en "ritual de duelo", isabel de naverán nos cuenta la enfermedad y muerte de su madre... su madre que debía de ser una mujer maravillosa, por lo que va contando isabel de naverán en el libro...

un libro triste y precioso, en el que he encontrado momentos, como ese en el que dice:

"Cuando de pequeña me cogías la cara entre tus manos, eso me gustaba. Toda mi carita cabía en ellas. Me parecía que podía quedarme al abrigo de ese calor. Una mañana después de su muerte, al despertar y aún en la cama, coloqué mis manos de la misma manera, pero las mías son frías y más estrechas."

(yo intento algo parecido cuando me duele la cabeza... él tenía una manera especial de ponerme la mano justo donde me dolía la cabeza y el calor y la presión me aliviaba la migraña... pero mi mano es más pequeña, no pesa tanto, no hay magia... así que a mí tampoco me sale...)

me cuenta también, isabel de naverán, que:

"Las noches me parecían hermosas, de una calma suspendida, al margen de todo. El sonido de su respiración, como un motor constante, me relajaba."

es curioso, porque a mí las últimas noches (con toda la pena y todo el miedo) también me parecieron hermosas (de una calma suspendida al margen de todo, como dice ella), y el sonido de su respiración era (es) una de las cosas que más echaba de menos las primeras noches después de... 

me cuenta también isabel de naverán que:

"Al acostarme, cuando en la casa entra el silencio, te hablo, a veces mentalmente, y muchas murmurando. Me parece que, haciendo esto, te me aparecerás en sueños; que, haciendo esto, abro una puerta por la que puedes venir y acariciarme. Haciendo esto, en pocos minutos, el aire se vuelve más denso."

y un poco más adelante:

"Y al reconocer esa sensación, cerré los ojos, pero sabiéndome consciente, haciendo saber que era consciente, sin rechazarlo, sin juzgarlo,sin querer entender, solo aceptando ese estado, como parte de un misterio en que estaba envuelta."

y para terminar me cuenta también que:

"En una de nuestras largas conversaciones, J. Me habló de una idea, la de que, en ocasiones, los muertos nos empujan a hacer cosas. Lo había leído en un libro que unos días después, coincidiendo con mi cumpleaños a final de junio, me regaló, y era el de Vinciane Despret Au bonheur des morts."

y sí... ya tengo pedido "au bonheur des morts" (que en castellano es "a la salud de los muertos") de vinciane despret... y que le mando un abrazo desde aquí a isabel de naverán... y que lo siento mucho... y que qué preciosidad de libro...


y después del triste y precioso libro de isabel de naverán, me leí "amarilis" de natalia litvinova (a la que quería volver a leer desde que me leí sus "luciérnagas" (libro que me regaló mi hermana la pequeña las navidades pasadas...) y la verdad es que ha sido un placer volverla a leer...)

un libro precioso sobre el amor, el deseo, las ancestras y lo que duelen a veces ciertos amores... natalia litvinova se dirige en sus confidencias (a a veces parecen plegarias) a amarilis... y consigue un tono muy acertado (tiene incluso un coro, que es lo que yo quiero en lo que estoy escribiendo en este momento: un coro... así que me hizo mucha gracia y me fijé mucho en cómo lo hace ella, para ver si consigo que el coro encaje...) en fin... que me ha encantado... y ya tengo poemas de ella en mi pequeño palacio de vocabulario, en mis apuntes para una antología de poesía en castellano y en mi pequeña antología de pájaros...

y como muestra (del poemario y de lo del coro) un botón... este poema que dice:

Me rodearon diez mujeres
con el cabello del color de la espiga
pegado a sus rostros
como si sudaran miel
  
giraban igual que los sufíes 
se acercaban, se alejaban
acariciándome con su viento
  
observé sus dientes 
llenos de incienso
y su lengua bífida 
fosforescente
  
quiénes son ustedes?
le pregunté a una
  
   tus ancestras
   
por qué danzan?
  
   para que no se apague el fuego
   de nuestros consejos
   
por qué suenan?
  
en los dobladillos tenemos agujas, hilo
  botellas de ouzo y metaxá 
    vendas, navajas
      cigarros, aceitunas
        y baklava 
   
para qué vinieron?
  
con el cordón umbilical 
  que nos cuelga entre las piernas
    te vamos a nutrir
cuando padezcas.


y después de los poemas de natalia litvinova, me leí "mis cambios de opinión" de julian barnes (que es uno de los integrantes de mi grupo imaginario/literario de apoyo al duelo) que es un ensayo encantador sobre lo que promete el título: los cambios de opinión... pero como yo soy como soy (y me interesa lo que me interesa) he acabado copiando una cita sobre el duelo... 

y es que dice julian barnes que:

"En cuanto al duelo, que señala el final físico del amor, aunque no el emocional, también altera nuestra noción del tiempo. El duelo es a la vez un estado y un proceso. Hoy en día insistimos demasiado en definirlo como un proceso: algo por lo que hemos pasado y que hemos superado para, con esa espantosa y falaz banalidad moderna, poder "seguir adelante". Esto se debe en parte a que en las sociedades posreligiosas damos la espalda a la muerte y la tratamos absurdamente como un problema que tiene solución, que es posible racionalizar; pero también a un egoísmo pragmático. Una amiga mía estaba llorando por la muerte de su padre sentada ante su escritorio en la redacción de un periódico. Su jefe pasó por allí y le preguntó qué le ocurría. Ella le respondió que su padre había fallecido seis semanas atrás. "Vaya, creía que ya lo habrías superado", dijo él. Lidia con ello; sigue adelante. Pero el duelo, como he dicho, es un estado y también un proceso. Y, al igual que en el amor, el tiempo se detiene y a la vez avanza. Queremos que se detenga, que sea un estado en el que se conserven la imagen y el recuerdo del ser querido que ha muerto; pero, asímismo, queremos que consista en un proceso que nos saque de ese extraño territorio de dolor antes de que nos desmoronemos"

totalmente de acuerdo...

un placer volver a leer a julian barnes...


y ahora me estoy leyendo "algo que brilla como el mar" de hiromi kawakami... 



***

ayer fue 25 de noviembre, y aunque me pasé todo el día intentando escribir algo, ni el día ni la situación me fueron favorables... 

hay demasiadas cosas que no entiendo... hay demasiado ruido, demasiada maldad, demasiados intereses... y siguen muriendo mujeres... 

se habla más de denuncias falsas, el 0,01... una de cada 10.000, lo que siendo de letras no sé si estoy equivocada, pero a mí me da 9.999 denuncias verdaderas por cada denuncia falsa... pero de esas no se habla... es mejor hablar de esa zorra entre nueve mil novecientas noventa y nueve mujeres violadas, en vez de hablar de esos nueve mil novecientos noventa y nueve hombres (no todos los hombres, claro, pero esos sí, son hombres, hay que decirlo también) que por cada hombre al que le han arruinado la vida, han violado a una mujer...

(y mira que voy a dejar fuera de esto la estadística que dice que sólo una de cada tres agresiones es denunciada, lo que nos da una zorra por cada treinta mil mujeres violadas...)

y lo que me agota es que no es comparable, pero se pone en la misma puta balanza, se incorpora a la discusión, siempre, sin remedio... una de cada diez mil mujeres pone una denuncia falsa y eso pone en duda las nueve mil novecientas noventa y nueve restantes?... no es de locos?...

desconozco las estadísticas de robos, pero me atrevería a decir que puede que una de cada diez mil resulté falsa... y no por eso ponemos en duda las demás...   

y nos matan... todas las semanas muere una mujer asesinada a manos de su pareja o su expareja en este país civilizado... pero el feminismo ha ido demasiado lejos... así que si el feminismo ha ido demasiado lejos, pero mueren mujeres todas las semanas dime qué podemos hacer?... parar?... sinceramente, creo que no es el momento... sinceramente creo que nuestras muertas merecen nuestro respeto y nuestra memoria y que nuestra lucha continúe hasta que dejen de matarnos en nombre de un amor mal entendido...

y quizás sea ahí donde está el punto: en el malentendido... si esto es una guerra, como dicen, hay que tener claro que no la hemos empezado nosotras, que no empezó ni en este siglo ni en el pasado, que se viene librando casi desde el principio de los tiempos, y que queridas, por mucho que digan que el feminismo ha llegado demasiado lejos, la verdad es que vamos perdiendo... 

así que sí, habrá que llegar más lejos, no nos queda más remedio... 


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