y después de la segunda entrega del volumen del tiempo de solvej balle, me leí "veo una vara de almendro. veo una olla que hierve" de angélica liddell... porque nonó me mandó un enlace en el que nuestra querida alana s. portero decía que le haría ilusión que le dieran el nobel a ángelica liddell, así que si alana s. portero cree a angélica liddell merecedora del nobel, yo busco a angélica liddell (que admito que me tenía intrigada hace tiempo) y me la leo...
y aunque me costó más de lo habitual entrar en el libro (en los libros de poesía suelo entrar con facilidad), en cuanto le pillé el ritmo y el tono (creo que lo importante es el tono) me encantó angélica liddell...
y como muestra un botón (o un poema), éste que dice:
Tú, que estás más cerca del vuelo de los grajos.No ves que te llamo desde lo diminutivo?Una sola hoja soy, estremecida en mitad del árbol.
(poema que también he copiado en mi pequeña antología de pájaros...)
y después de conocer a angélica liddell (de la que ya tengo un par más de títulos en mis listas de deseos virtuales), me leí "historias que olvidé contarte" de dorothy gallagher...
y juro que no sabía que era de duelo, aunque también admito que no me importó que lo fuera... que lo compré simplemente porque el de "cómo recibí mi herencia" me gustó tantísimo, que me compré los otros dos (éste y el de "extraños en la casa") sin pararme a leerme de qué iban...
juro que no sabía que era de duelo, pero lo supe en seguida, ya que el libro empieza así:
"Ben murió repentinamente una soleada mañana de junio de 2010. En octubre vendí el apartamento en el que habíamos vivido durante nuestros treinta años de matrimonio, metí a nuestra vieja gata en su transportín y nos mudamos las dos a unas pocas manzanas, al estudio en un cuarto piso sin ascensor que había sido mi oficina."
y continúa un poco más adelante:
"Nunca tuve intención de escribir sobre el matrimonio, la viudedad y el duelo. El duelo es el duelo, no hay vida inmune a él, y un sinfín de viudas se han explayado a gusto al respecto; pero me di cuenta de que cuando estaba sola no paraba de hablar con Ben. Le contaba lo que hacía, lo que pensaba; le informaba de sucesos ocurridos después de su muerte; rememoraba los años previos a conocerlo; le describí el apartamento nuevo que había encontrado; le comuniqué que había muerto nuestra gata; evocaba nuestras vidas; le mencionaba aquel albornoz amarillo que me ponía a menudo; reanudaba discusiones antiguas, sacaba a relucir viejos agravios; le pedía disculpas por esto y por lo otro y también por lo de más allá; le hablaba de nuestros amigos: quién seguía vivo, quién había muerto, a quién le había perdido la pista. Pasaron cinco años y seguía hablando con él. Una mañana nevada de febrero, ya que a fin de cuentas estaba sentada en la silla del escritorio, me puse a escribir."
y yo le agradezco dos cosas, que se pusiera a escribir, y que me haya contado que cinco años después seguía hablando con ben...
y esta cita podría ser el resumen perfecto del libro de dorothy gallagher: en él le va contando a ben (y a nosotros de paso) como es su apartamento, la muerte de su gata, partes de su vida juntos, como se conocieron, como se fueron a vivir juntos, la historia del albornoz amarillo con el nombre de julie bordado...
mis partes favoritas, son cuando dorothy gallagher habla directamente con ben, como cuando le dice:
"A ver, dime: tú crees que en los años que han pasado desde tu muerte mi vida ha seguido siendo como antes? Crees que aún entro y salgo de nuestras habitaciones, que mi ropa cuelga en los armarios, que nuestros cuadros abarrotan las paredes, que las estanterías están llenas hasta los topes, que todas nuestras cosas continúan en su sitio? Imaginas que cuando se hace de noche enciendo las lámparas y vienen de visita nuestros amigos?
No, nada de eso. Ya no estoy allí."
conozco esa sensación de tener que informar pese a todo...
también me sentí reconfortada cuando cuenta que:
"Tras mudarme aquí pasé mucho tiempo pensando que se había producido un equivoco, como si me hubiera montado en el autobús que no era y hubiese acabado en la vida de otra persona. Todos los días te enviaba un email, siempre con el mismo mensaje:
«Ojalá estuvieras aquí ojalá estuvieras aquí ojalá estuvieras aquí»."
y cuando poco después aclara:
"Escúchame, niño mío, no he perdido la cabeza: los muertos, muertos están, eso lo sé. Pero qué hay de mí? Quién, si no tú, sabrá jamás que una vez pasé un verano en Yalta?"
(quién sabrá que yo pasé once veranos a orillas de un ancho mar que son de mentiras que son de verdad?)
sonreí cuando dorothy gallagher me contó que en una de sus primeras citas (incluso puede que en la primera) ella le dijo que estaba investigando para un libro, y él le preguntó si era investigadora, y cuando ella le aclaró que el libro lo estaba escribiendo ella, él le dijo que entonces debería decir que era escritora, y entonces ella dice:
"Hace muchos años dijiste que yo era escritora. Decidí creerte. Desde entonces tú fuiste siempre mi primer lector. Aguardaba tu opinión. La aguardo ahora."
(seguramente porque hace muchos años wne me dijo algo así... que yo era escritora (que tenía voz) y ahora, quince años después de que me lo dijera, cuatro años y medio después de su muerte, estoy empezando a querer creérmelo... aunque de momento no solo no me lo creo, sino que lo niego cuando alguien lo pronuncia en voz alta...)
una maravilla volver a leer a dorothy gallagher... la única pena es que ya no (nos) quedan libros traducidos de ella...
y me pregunto porque este encadenar libros de duelo cuatro años y casi medio después, y me respondo que me encantan, que he descubierto el que podría ser mi nuevo género preferido... y que (como diría anna ajmátova: "Otra vez se avecina el día de los muertos"... para mí que podría ser eso... otra vez se avecina el día de los muertos, y sigo necesitando ritos y ceremonias y apoyo de mi grupo imaginario/literario de apoyo al duelo, del que ya forma parte dorothy gallagher...
y después del maravilloso libro de memorias de dorothy gallagher, retomé la poesía completa de olga orozco, y me releí los "cantos a berenice" (que podrían ser un duelo por una gata), y me volvieron a encantar...
como este poema que dice:
VINo comiste del loto del olvido-el homérico privilegio de los dioses-,porque sabías ya que quien olvida se convierte en objeto inamimado-nada más que en resaca o en resto a la deriva-al antolojo del caprichoso mar de otras memorias.Y así escarbaste un día en tu depósito de sombras congeladasy volviste a anudar con tiernos ligamentos huesecitos dispersos,tejidos enamorados del sabor de la lluvia,vísceras dulces como colmenas sobrenaturales para la abeja reina,dientes que fueron lobos en las estepas de la luna,garras que fueron tigres en la profunda selva embalsamada.Y lo envolviste todo en ese saco de carbón consteladoque arrojaste hacia aquí, como hacia un tren en marcha,y que en algún lugar dejó un agujero por el que te aspirany al que debes volver.
(y un par más que he copiado en mi antología de pájaros (es curioso la de pájaros que encuentro al releer a mis poetas favoritas ya leídas hace años... es curioso cuando buscas como vas encontrando las cosas que vas buscando y que la primera vez te pasaron desapercibidas...))
un placer releer a olga orozco (a la que no sé si lo he contado, juraría que sí, pero como no estoy segura, ante la duda lo cuento (o lo vuelvo a contar), conocí gracias a alejandra pizarnik...)
y ahora me estoy leyendo "cuando éramos hermanas" de sheila kohler... otro libro de duelo, pero es que otra vez se avecina el día de los muertos...
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