y después del libro de henrik pontoppidan, retomé la poesía completa de alejandra pizarnik, y me releí "las aventuras perdidas"... una maravilla...
una maravilla, siempre, releer a la pizarnik, reencontrarme con algunos poemas (yo no sé de pájaros... yo no sé del sol... poco sé de la noche... yo no entiendo la música...)
y entre los poemas que marqué hace casi quince años (me leí la poesía completa de alejandra cuando lo nuestro acababa de empezar...), encontré marcados los últimos versos de un poema (cosa extraña que no suelo hacer, ya que soy más de marcar poemas completos que versos sueltos, por lo que casi me atrevo a asegurar (pero sólo casi, porque no guardo un recuerdo claro de ese momento) que debí copiarlos y mandárselos (yo no copio trozos de poemas, pero sí que nos mandábamos versos sueltos o frases en prosa de lo que estuviéramos leyendo...)), que anoche se me antojaron un mensaje de mi yo pasado a mi yo presente (aunque mi yo pasado no podía imaginar lo que ha pasado...)
son los tres últimos versos del poema cenizas, que dice:
CenizasHemos dicho palabras,palabras para despertar muertos,palabras para hacer un fuego,palabras donde poder sentarnosy sonreír.Hemos creado el sermóndel pájaro y del mar,el sermón del agua,el sermón del amor.Nos hemos arrodilladoy adorado frases extensascomo el suspiro de la estrella,frases como olas,frases con alas.Hemos inventado nuevos nombrespara el vino y para la risa,para las miradas y sus terriblescaminos.Yo ahora estoy sola-como la avara delirantesobre su montaña de oro-arrojando palabras hacia el cielo,pero yo estoy solay no puedo decirle a mi amadoaquellas palabras por las que vivo.
y es que lo de "pero yo estoy sola / y no puedo decirle a mi amado / aquellas palabras por las que vivo"... así con su esquina de la página doblada, tantos años después, me pilló con la guardia baja...
(también es verdad que anoche era la noche del dieciocho... y no me suelen gustar los días dieciocho por la noche porque entre las nueve y las diez de la noche me suelo agobiar un poco...)
(que tampoco me vienen bien los días diecinueve en general, me los suelo pasar con una sensación extraña, que creía que después del primer año se iba a limitar al diecinueve de mayo, pero no, en general lo de que sea día diecinueve, no me viene bien del todo... y así estoy hoy de rara...)
el caso, que los versos de alejandra me dejaron tocada... y no sabía por donde seguir leyendo... repasé los libros que tengo en mi ebook varias veces... cogí un par de libros de uno de los montones que hay al lado de la tele y los volví a dejar... fui al armario del pasillo pero no cogí ningún libro... repasé una vez más los libros que tengo en el ebook... lloré de desesperación (sic) porque de verdad que no sabía por dónde seguir leyendo... de verdad que anoche no me apetecía leerme ninguno de los libros que tengo por casa (y que para mi vergüenza he de admitir que son un montón tal que podría estar un año (o puede que dos) sin comprar libros y seguir leyendo al mismo ritmo) y tampoco me apetecía ver la tele, ni llamar a nadie por teléfono, y era muy pronto para irme a dormir...
y ahora que lo escribo, a la luz del día, mi desesperación se me antoja absurda y hasta sonrío, pero anoche lo de no ser capaz de elegir un libro llegó a agobiarme hasta el punto de ponerme a llorar, y una vez que empiezas a llorar porque no sabes qué libro leerte, acabas llorando por la ausencia y por la muerte... así que hice lo único que puedo hacer en momentos así: me fui a la cocina, me fumé un cigarrillo, y mientras me fumaba el cigarrillo me acordé de que hacía unos días (y aunque digo unos días, estoy casi segura de que fue el domingo) había visto en la web de la editorial vaso roto un libro, y que me había gustado el título y la portada... y aunque ni conocía a la autora, ni sabía de qué iba el libro, me lo compré (mientras me recuperaba del sofoco), me lo descargué, y me lo empecé a leer...
(por si alguien se pregunta qué hacía yo el domingo dando vueltas por la web de la editorial vaso roto, diré que tengo varias editoriales que dotoreo de vez en cuando, y además estaba comprobando cuántas antologías de esas de diecisiete poetas me faltan para completar mi colección (me faltan dos) y haciendo pantallazos por si decido pedirles a mis hermanas que me las regalen por navidad (me encantan las antologías de diecisiete poetas de la editorial vaso roto, pero se me salen un poco de presupuesto...)
el caso es que me compré "tres semillas de granada" de rose mary salum...
(porque tres semillas de granada fueron las que perséfone (o prosepina, depende de con quién hables) se comió en el hades (cuando todo el mundo sabe que si por lo que sea acabas en los infiernos (ya sea por que te han raptado, o porque has bajado por tu propio pie buscando a tu amada o a tu amado), no debes comer ni beber nada, por mucha hambre o sed que tengas... y mucho menos, semillas de granada...)
y aunque los ensayos de rose mary salum no van de perséfone ni de su rapto, la verdad es que me han encantado...
el libro empieza con el recuerdo de la mañana en la que rose mary salum, su esposo y sus hijos, abandonaron méxico para irse a estados unidos... pero rose mary salum no es sólo una mexicana que vive en méxico, ya que en méxico ya era hija de libaneses emigrados a méxico... y esa condición, esa extrañeza, ese no pertenecer a ningún sitio y a la vez pertenecer... ese hablar dos lenguas y haber perdido una tercera... esa visión, ese desarraigo mezclado con añoranza, le hacen tener una visión clara de nuestro tiempo y de algunos de sus problemas... el bilingüismo, su riqueza y su complicación a la hora de escribir... la lectura como modo de vida, la escritura como identidad, los peligros de las redes sociales, y de la polarización de la sociedad, el racismo y la necesidad de etiquetar lo que no se puede (no se debería) etiquetar...
que me han encantado...
y para evitar otro amago de ataque de ansiedad, antes de bajar a trabajar, gracias a la propia rose mary salum, que nombra en un momento dado de su libro a margaret randall, me he empezado una antología de poesía beat que hizo ella y que tenía en el armario del pasillo hace tiempo...
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