lunes, 4 de marzo de 2024

y me leí hace unos días el libro "la escritora" de auður ava ólafsdóttir (libro que compré porque aunque no tenía noticias de la autora, el libro estaba de oferta, y me sobraba un dinerillo del que me dieron mis hermanas en reyes para que me comprara el último de la tokarczuk (sí, mis hermanas me dieron dinero en reyes porque les dije que quería el último de la tokarczuk en ebook (más de mil páginas creo que es mejor en ebook) en un sobre), y como soy como soy, y el dinero para libros hay que gastarlo en libros, estuve buscando ofertas para gastarme el pico que quedaba de los veinte euros que me habían dado, y encontré el de "la escritora" y me lo compré...)

y aunque fue una casualidad, y no conocía a la ólafsdóttir (hija de ólaf), la verdad es que me ha encantado el libro... 

el libro empieza en un autobús, que lleva a la protagonista/narradora, hekla (que tiene nombre de volcán) a la capital de islandia, reikiavik, porque quiere ser escritora... y ya en el autobús, me cuenta:

"Paso la página. El protagonista, Stephen Dedalus, se toma un té mientras nuestro conductor adelanta al tractor Ferguson que nos ha pasado antes, cuando la niña vomitaba. Stephen filled a third cup, a spoonful of tea colouring faintly the thick rich milk
Cuántas páginas se tardaría en adelantar a un tractor si James Joyce fuera un pasajero del coche de línea que va hacia Reikiavik?"

me hizo mucha gracia la pregunta...

el libro me ha gustado, como me suelen gustar los libros en los que descubro que comparto lecturas y manías con la autora... como cuando me cuenta:

"Recorro la estantería con la mirada. Saco algunos libros y leo los títulos en silencio. A diferencia de los de mi casa de Dalir, muchos están en otros idiomas. Además de la biografía de Lord Byron, que está en islandés, hay una novela de Thomas Mann y una obra de teatro de Oscar Wilde, La importancia de llamarse Ernesto, así como algunos poemarios de Rimbaud, Verlaine y Walt Whitman. Me llama la atención que su colección incluya libros escritos por mujeres: Virginia Woolf, Emily Dickinson y Selma Lagerlöf. 
-Ese es mi estante homosexual -me informa Jón John desde la cama.
Se estira para coger un libro y pasa las hojas hasta dar con los versos que busca.
Si muero,
dejad el balcón abierto.
-Es mi poeta favorito: Federico García Lorca."

también sonreí al leer cuando dice que:

"Cada día, cuando paso por las librerías de Snæbjörn y de Bragi Brynjólfsson, entro para echar un vistazo a su selección de títulos. Ya tengo pensados los libros que voy a comprar cuando me paguen."

o cuando jón john vuelve de un viaje y tienen el siguiente diálogo:

"-Este acaba de salir. Se llama La campana de cristal y es de una escritora estadounidense. Se suicidó en primavera.
Miro el otro libro.
-Y ese? Es otra novela? -le pregunto.
-No, es un ensayo de una filósofa francesa.
-De qué trata?
-Según me dijo la librera, de que las mujeres son el segundo sexo. Eres el número dos, Hekla.
Titubea.
-Yo voy mucho más a la zaga. No tengo ni número."

sobre la escritura, dice:

"A mi mente acude una frase, seguida de otra, cobra forma una imagen que empieza siendo una página y luego un capitulo entero que forcejea en mi cabeza como una foca atrapada en una red; trato de fijar la vista en la luna que luce al otro lado del tragaluz, les pido a las frases que se vayan, les pido que se queden, necesito salir de la cama para escribirlas y evitar que se desvanezcan. Entonces el mundo se hará más grande y, otra noche más, expandiré los límites de mi ser; le ruego al buen Dios que me ayude a encoger el mundo de nuevo dándome un océano calmado y oscuro, una bonita naturaleza muerta con un molino holandés, como en el calendario que venden que la librería de Snæbjörn, o un dibujo de perritos, como el de la tapa de la caja de bombones Nói donde Jón John guarda sus recortes; lo deseo y no lo deseo, deseo continuar inventando el mundo cada día, no deseo hervir pescado en una cocinilla Siemens ni servir a los hombres del Borg caminando entre las mesas y entre el humo de sus puros con una bandeja de plata en la mano, quiero pasar el día entero leyendo libros cuando no estoy escribiendo." 

también sonreí cuando empieza a recibir libros del extranjero y dice:

"En las semanas siguientes recibo Últimos cuentos de Karen Blixen (en una nota que mi amigo ha metido entre las páginas, me explica que también ha escrito bajo el pseudónimo Isak Dinesen), La calle de la infancia, de la poeta Tove Ditlevsen, y Luz, de la escritora Inger Christensen."

(curiosamente tres libros que me encantaron, de tres de mis autoras favoritas entre las favoritas)

también sonreí cuando la amiga de la protagonista/narradora le escribe en la postdata de una carta:

"P.D. He leído la poesía de Sylvia Plath que me enviaste y te juro que ha sido un antes y un después. Ya no soy la misma, ese poema habla de mí. Es extraño y bonito, gracias por traducírmelo, no me lo puedo quitar de la cabeza."

y por último, y ya paro, la conversación entre jón john y hekla...

"-Qué te haría ilusión? -me pregunta.
-Acabar el libro que estoy escribiendo.
-Y luego?
-Empezar el siguiente.
-Y después?
-Escribir otro.
-Y cuando hayas acabado?
Titubeo.
-No sé." 

que me ha encantado el libro de auður ava ólafsdóttir...


y después me leí "lancha rápida" de renata adler... que aunque me gustó (sobre todo al final, cuando creo que conseguí más o menos entrar en el libro, pillarle el ritmo a la adler, y dejar de intentar encontrar un hilo conductor a lo que la adler me estaba contando) la verdad es que no me entusiasmó... no...

y después, como auður ava ólafsdóttir me había dicho que el poeta favorito de jón john era federico garcía lorca, me empecé a leer el primer tomo de su poesía completa que me compré hace poco (porque aunque he leído y releído bastante a lorca desde que lo descubrí en las lecturas obligatorias de cou, no lo he leído todo, y me gustaría poder decir que he leído todos sus poemas (eso y que le estoy pillando el punto a comprar "poesías completas" e ir leyéndolas por entregas...)) así que me leí el "libro de poemas" de federico garcía lorca... y me encantó... 

(y he copiado un par de poemas en mi antología de pájaros...)


y después de lorca, me leí "ellas tienen la palabra" de noni benegas, un ensayo (que es una introducción a una antología que se le fue de las manos) muy interesante, sobre el porqué de la necesidad de las antologías de poesía de mujeres... 


y como noni benegas nombra a la editorial torremozas en su libro, y a mí el viernes me llegó el último libro de la suscripción, que curiosamente es el último premio carmen conde (premio del que habla precisamente noni benegas), pues me lo leí...

y el último premio carmen conde de la editorial torremozas es el libro "muchacha con mirlo en las manos" de estefanía cabello (libro del que me he quedado también un par de poemas para mi pequeño palacio de vocabulario y para mi antología de pájaros...)

(y aunque cuando me llegó el libro no me vino bien, para qué voy a mentir, ya que yo me presenté al último premio carmen conde (sic) y obviamente, si lo ganó estefanía cabello, yo no lo gané, luego la casualidad de que noni benegas hablara, no sólo de la editorial torremozas, sino del premio carmen conde, pues fue una señal, y me lo leí, como ya he dicho... y sí (lo admito) su poemario es bastante mejor que el mío...)


y después del libro de la muchacha con el mirlo en las manos, me releí "las siete edades" de louise glück, que acaba de sacar la visor... y aunque ya lo tengo en la pretextos, hay libros que no me importa tener repetidos (y los de la glück son de esos), así que me lo volví a comprar (en realidad, no... en realidad le pedí a mi padre que se lo pidiera a su amigo librero, y cuando le pregunté cuanto era, mi padre no quiso cobrármelo...) y me lo he vuelto a leer...

y cómo pasa siempre con las relecturas, hay poemas que he vuelto a marcar y a copiar, y hay poemas que en su día no marqué y que ahora me cuentan cosas que entonces no me contaron... como éste que copio y pego desde mi pequeño palacio de vocabulario...


Fábula

Cada uno de nosotros tenía varios deseos.
El número cambiaba. Y lo que deseábamos...
eso también cambiaba. Porque
teníamos, todos nosotros, sueños muy diferentes.
   
Los deseos eran todos diferentes, las esperanzas diferentes.
Y los desastres y las catástrofes, siempre diferentes.
   
En grandes oleadas abandonaban la tierra,
incluso ese que siempre se pide en vano.
   
Oleadas de desaliento, oleadas de desesperado anhelo y dolor.
Oleadas de las misteriosas ansias desenfrenadas de la juventud, de los sueños de la infancia.
Precisos, acuciantes; de vez en cuando, desinteresados.
   
Todos diferentes, salvo por supuesto
el deseo de volver atrás. Inevitablemente
el primero o el último, repetido
una y mil veces...
   
Así que el eco persistía. Y el deseo
nos retenía y nos atormentaba
aunque sabíamos que en nuestro cuerpo
nunca se concedería.
   
Lo sabíamos y, en las noches oscuras, lo aceptábamos. 
Qué dulce se volvía entonces la noche,
una vez que el deseo nos liberaba,
qué absolutamente silenciosa.
   
(y también me he quedado con un poema para mi antología de pájaros...)

una maravilla volver a releer a louise glück...


y ahora, como hoy salía a la venta el último libro de maggie o'farrell, pues me lo he comprado y me lo he empezado a leer a mediodía... 





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