miércoles 5 y viernes 7 de enero de 2022

leo, leo y leo... leo más que antes?... no, pero leo de otra manera... leo para no ahogarme...

digo que no leo más que antes, pero no lo sé en realidad... sí que puedo decir que he leído el mismo número de libros que el año pasado... y que el anterior (obsesivo compulsiva que es una) pero creo que como ya pasó durante el confinamiento (cuando no me quedé en casa porque estuve trabajando, pero tenía más tiempo libre del habitual) que los libros de cuatrocientas páginas empezaron a durar lo que antes del confinamiento duraban los libros de doscientas páginas, puede que el ritmo de mis lecturas se esté intentando habituar a la ausencia, y los libros duran menos... 

mira este fin de semana pasado, por ejemplo... leí el viernes por la tarde, y pasé prácticamente todo el sábado y todo el domingo leyendo, cuando hace un año, ni la tarde del viernes, ni la del sábado ni la del domingo, hubiera leído... habría leído quizás el sábado por la mañana, habría quizás leído el domingo por la mañana también, pero las tardes estoy segura de que no habría leído nada... quizás un poco antes de la cena, quizás un poco antes de irme a dormir... pero no me habría leído el libro de la west en dos días, de eso estoy segura...

la vida cambia deprisa, que diría joan didion, ahora hay más tiempo... y como no sé qué hacer con todo ese tiempo, pues leo (y lloro, claro, pero me han dicho que está feo decirlo... que ya está bien... que puedo seguir llorando, pero mejor disimulando...), pero en mi obsesión por el orden, porque las cosas no cambien (ahí están las estanterías sin montar, el hueco de la estantería de mi cuarto, los bolsos tal cual se quedaron cuando volví del hospital, sus dos camisetas, la ropa que compro pero que no soy capaz de estrenar, y el palito del café que tengo en el bolsillo del abrigo y que no tiro...) he sido capaz de leer el mismo número de libros que llevo años leyendo (y que no confesaré, porque él siempre me dijo que no se lo dijera a nadie, excepto a él y a mi madre, que eran los únicos en el mundo capaces de quererme a pesar de leer semejante número de libros al año)

pero el último premio nobel (aún no sé escribir su nombre y no me apetece cortar este momento de inspiración para preguntarle al google su nombre) me tiene un poco descentrada... no me engancha... que no es que no me guste, que me gusta, digo que no me engancha... quizás porque está atentando contra cosas que estaban ahí inconscientemente y que este libro está poniendo en entredicho... quizás es porque la historia contada desde el lado de los que no suelen contarnos la historia me descoloca... quizás es simplemente porque las navidades me han agotado, y estos días lloro más y me cuesta más contener el llanto, y me siento muy, pero que muy vulnerable, y hay cosas que sin él no tienen tanta gracia (a quién coño le va a importar que me haya leído o no a todos los señores que ganaron el nobel desde que yo nací, o que esté comprando a más señores que ganaron el nobel a los que no conozco, de los años setenta y sesenta?... era a él a quién yo quería impresionar, después de once años juntos... era a él al que le decía que me iba a leer a todos los señores que ganaron el nobel, y él se reía, como se reía de mis locuras, y me animaba, o se burlaba, pero siempre con ese cariño mezclado con admiración, y con ternura que hacía que el hecho de leerme a unos señores que ganaron el nobel hace años, me hiciera sentir especial...)

(que yo leía por ti y para ti, que eras mi testigo y mi cómplice... la bibliotecaria con la que bukowski soñaba... el único que tenía todas las claves... y ahora hasta el leer hay días que no me salva, que no me saca de esta pena... y que no puedo escribir... no todavía... aunque sé lo que la dinesen me diría... no puedo escribir, aún, porque no sé por donde empezar, ni qué contar y qué no... y si no puedo leer... ni deletrear esta pena no sé qué haré...)


***

ayer terminé de leer el libro de abdulrazak gurnah (ya he aprendido a escribir el nombre del último señor que ha ganado el nobel) y la verdad es que me ha gustado mucho... sobre todo el final, cuando en una línea el autor no sólo consiguió sorprenderme, sino que todo el libro cobrase sentido...

una maravilla...

el libro empieza así:

"Empecemos por el niño. Se llamaba Yusuf, y cuando tenía doce años tuvo que abandonar su hogar de manera repentina. Recordaba que era época de sequía y que cada día era igual al anterior. Las flores morían apenas brotaban. Extraños insectos salían de debajo de las piedras para retorcerse hasta morir bajo la luz abrasadora. El sol hacía que los árboles lejanos temblaron en el aire y que las casas se estremecieran y jadearan con dificultad."

yusuf, el protagonista de esta historia, que con apenas doce años tiene que irse, dejar su casa, y a su padre y a su madre para irse con el tío aziz, que en realidad no es su tío, para saldar una deuda que su padre no puede pagar... 

yusuf que trabajará en la tienda, que luego se irá al interior a otra tienda, y que acompañará al tío aziz en una de sus expediciones comerciales para descubrir un mundo que está cambiado sin remedio...

y es que "Desde hacía un tiempo, allá donde iban descubrían que los europeos ya habían estado antes que ellos y que, tras decir a la gente que habían ido a liberarlos de los enemigos que sólo buscaban convertirlos en salvajes, habían situado soldados y oficiales. A juzgar por sus palabras, parecía que no se hubiera oído hablar de otro comercio más que de ése. Los comerciantes, atemorizados por la ferocidad y la crueldad de los europeos, hablaban de ellos con asombro. Se apoderaban de la mejor tierra sin pagar un solo abalorio, obligaban a la gente a trabajar para ellos con engaños, comían lo que fuese, aunque estuviera duro o podrido. Como si de una plaga de langostas se tratase, su voracidad no tenía límite ni decencia. Imponían tributos para esto, tributos para aquello, prisión para el infractor, y en ocasiones el látigo y hasta la horca. Lo primero que construyen es un almacén, luego una iglesia, a continuación un cobertizo para el mercado a fin de poder controlar el comercio y grabarlo con un impuesto. Y todo esto aun antes de construirse un lugar donde vivir. Había oído nada igual?"

los europeos, de los que más adelante sigue contando: "Mira como se han repartido las mejores tierras de la montaña. Al norte de aquí, en la región montañosa, han conseguido echar a las tribus más feroces y les han quitado sus tierras. Los arrojaron de allí como si fuesen niños, sin dificultad alguna, y enterraron en vida a algunos de sus líderes. No lo sabías? Solo permitieron quedarse a aquellos que convirtieron en sirvientes. Un par de escaramuzas con sus armas y el asunto de la propiedad queda resuelto. Acaso esto suena como si estuviesen aquí de visita? Quieren el mundo entero, y están resueltos a tomarlo."

y el libro acaba con una guerra (la gran guerra) que está a punto de empezar en tierras de áfrica entre ingleses y alemanes... 

que me ha encantado ver crecer a yusuf...


y después del libro de abdulrazak gurnah, me releí "transformaciones" de anne sexton, porque en mi primera tarde de reyes sola en doce años me pareció apropiado releer poesía... y las versiones de los cuentos clásicos de la sexton me gustaron mucho cuando me las leí por primera vez (él me regaló su poesía completa hace años para un cumpleaños), y como este libro ilustrado que acaba de sacar nórdica libros, fue uno de los regalos que les hice a mis hermanas en navidad (me los iba a guardar para reyes, pero algo me dijo que no iban a haber reyes este año), pues me pareció una buena elección... y lo fue... aunque yo ayer no estaba muy animada...

pero en fin... ya se han acabado las navidades, y ahora tendré que centrarme en cerrar el trimestre y el año...


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