anoche acabé de leer "la peor parte" de fernando savater... y lo primero que he de decir es que lo siento mucho... siento mucho la muerte de sara, pelo cohete, y el calvario que pasó, y si pudiera le mandaría un abrazo muy fuerte a fernando savater porque creo que estamos en un desierto muy parecido...
aunque el título es en realidad verdad y mentira al mismo tiempo... porque a parte de la peor parte, savater también nos cuenta la mejor... o partes de esa mejor parte ya perdida... y es una maravilla de vida...
es complicado leer estos libros, porque reconoces el dolor, ese dolor concreto, y porque te cuentan que el dolor no se te va a pasar con el pasar del tiempo... y aunque lo intuyo, porque esto no creo que me deje de doler nunca, da un poco de vértigo y a la vez reconforta leerlo...
digo que da un poco de vértigo, porque después de seis meses sigo esperando que esto se atenue un poco, que se vuelva soportable, que me deje respirar del todo; pero a la vez reconforta porque como el mismo savater dice en varios momentos del libro, la sola idea de que esto deje de doler, duele casi tanto como el dolor mismo... me da miedo que el dolor no se atenue, pero también me causa pánico pensar que esto podría atenuarse tanto como para no hacerme llorar, y que diría de mi amor una pena llevadera?... prefiero no preguntármelo, visto que de momento sigo sumergida en el dolor, bastante tengo con lidiar con las ganas de llorar y de quedarme en la cama, como para preocuparme por cómo me haría sentir una atenuación de este dolor que aunque de momento me parece increíble y absurda, podría llegar con el tiempo...
aunque hay un poema de emily dickinson que dice que "Dicen que el tiempo cura, /
pero el tiempo jamás cura de nada, /
lo que duele de veras duele más /
con la edad, como pasa a los tendones. //
El tiempo es una prueba de inquietud, /
pero nunca un remedio. /
Y si es así demuestra /
que el mal nunca existió."
intento atenuar mi dolor con libros y poesías, pero la verdad es que estos trucos duran apenas unos segundos y el dolor vuelve...
ayer a mediodía, cuando sara se moría en el libro de fernando savater, yo tenía que bajar a trabajar, pero cómo podía irme a trabajar y dejar al pobre fernando sólo en el hospital, cuando yo sabía que en apenas unas páginas ella moriría y él se quedaría sólo (en esa soledad que tan bien conozco, donde nos llegan las voces de los demás, pero no hay consuelo)?
dice fernando savater en un momento del libro que "las tareas de la vida que siempre me fueron gratas me lo siguen pareciendo, pero en cuanto las emprendo constato que se han convertido en algo insulso, átono, fatigoso e insignificante. Quizá el placer de la lectura sea la única excepción, incluso diría que ahora se ve reforzado por la deserción de los demás."
conozco la sensación y comparto lo de la lectura... ahora mismo si no me gustara leer como me gusta no sé de verdad qué sería de mí... tengo claro que estaría haciendo ganchillo, o macramé, o sudokus o quizás me habría dado por hacer tartas, quién sabe... sólo sé que la lectura me está salvando cada día del caos y de la desesperanza...
dice también savater que "vivir sin alegría ha sido una experiencia nueva para mí, una ruptura con mi yo anterior. Estaba acostumbrado a despertar siempre como cuando era niño, con un latente "vaya, otra vez!" gorjeando dentro."
también conozco la sensación... yo era feliz... al principio me lo repetía a mí misma atónita... me decía: es que yo hace dos meses (tres meses, cuatro meses, cinco meses, ya siete u ocho meses) era feliz... completamente feliz, absolutamente feliz, absurdamente, obscenamente feliz... yo me levantaba por las mañanas (a veces, cruelmente aún me pasa) con esa sensación que él dice... a ver que pasa hoy... hoy veré a mi amor... o mañana veré a mi amor... ahora, cuando me pasa me pregunto a mí misma porque estoy tan contenta y se me pasa esa alegría efímera y abstracta porque él no vendrá hoy (ni mañana ni nunca más en la vida) y esa extraña y difusa alegría se va y me deja esta pena y estas ganas de llorar casi perpetuas...
dice también savater que "Puedo jurar con la mano en el corazón que no he vuelto a ser feliz de verdad, íntimamente, como antes lo era cada día, ni un solo momento desde que supe de la enfermedad de Pelo Cohete. No sé cuánto durará esta sequía atroz, porque creo que es imposible vivir así. Para mí, imposible."
podría decir lo mismo, cambiando el nombre de su amor por el del mío... y la verdad es que a veces lloro porque le echo de menos a él, a veces lloro por lo rápido e injusto que fue todo, y a veces creo que lloro por mí misma y por esa felicidad perdida que antes era lo más natural del mundo que ahora sé que no tendré en mucho tiempo... a veces dudo de si volveré a sentir esa felicidad íntima y plena de saber que has encontrado tu lugar en el mundo, aunque ese lugar sea una persona...
y acabo, citando un trozo de la novela en el que savater dice: "Pero el más notable descubrimiento que he hecho a costa de mi desdicha es la intransigencia general que rodea al doliente. Por supuesto, en el momento de la pérdida y en las jornadas inmediatamente sucesivas no nos falta compasión y muestras de simpatía de cuya sinceridad no cabe dudar. Pero tales manifestaciones afectuosas tienen fecha de caducidad, como las felicitaciones de Año Nuevo. Uno no puede estar trescientos sesenta y cinco días deseando felicidad al prójimo; es cosa que sólo tiene sentido a finales de diciembre y comienzos de enero. Después se vuelve ridículo, más tarde apesta y puede parecer un desarreglo mental. Si allá por marzo, cuando saludamos a alguien, le murmurásemos amablemente "felices Pascuas" y esperásemos lo mismo de él, nos tomaría por chalados. Del mismo modo, quien nos da sus condolencias en el momento adecuado, al producirse la pérdida o un tiempo prudencial después, espera haber dejado así zanjado el engorroso asunto. Quizá vuelva algo más adelante a decirnos "qué tal estás?" con gesto compasivo, pero desde luego sin mayores efusiones por su parte ni desearlas por la nuestra. El triste asunto ha sido lamentado cuanto corresponde y ya no hay nada que añadir. Los más filosóficos añaden "qué quieres?, la vida tiene que continuar" y esperan con cierta impaciencia que estemos de acuerdo. Como si nuestro remoloneo obstaculizase también su marcha inexorable. Por mucho que hayamos sufrido, no pretenderemos a fuerza de dolor bloquear el paso inclemente de la vida. Si desbordamos en lamentos extemporáneos, retrocederán un paso, consultando mentalmente el calendario y hasta el reloj. "Vaya, todavía sigues así." "Te veo mal", ésa es la más común reconvención: en realidad quiere decir: "Lo estás haciendo mal, no sabes cómo se juega a esto, te das demasiada importancia, pareces creer que lo que te ha pasado es algo único, trascendental, cuando en realidad se trata de la cosa más corriente del mundo, la que todos han padecido o están a punto de padecer. A mí no me vengas con monsergas, no querrás que nos pasemos los demás el resto de la vida dale que te pego con tu congoja""
ya me lo advirtió rosa montero en su precioso libro "la ridícula idea de no volver a verte", y fernando savater me lo explica con todas las letras... no se puede desear felices fiestas en marzo, igual que un par de meses después del entierro, no deberías mostrar tu pena... yo estoy aprendiendo a contestar bien cuando alguien pregunta... hasta a mi madre le digo que estoy mejor para no preocuparla... es mentira... no estoy mejor... sigo hundiéndome cada día un poco más en este dolor... sigue costándome salir de la cama, y comer algo, y me dan pánico las navidades... pero como dice fernando savater, los demás creen que la vida debe continuar... como si eso fuera posible cuando el tiempo se ha roto y estás anonada mirando los pedazos esparcidos a tu alrededor...
así que nada... que gracias a fernando savater por contarme su historia, esa peor parte y la otra... que siento mucho su pérdida, y que, como dice una amiga, seguimos... poco más se puede pedir después de un desastre semejante... seguimos...
en cuanto a mi siguiente lectura... el caos me ronda... anoche después de rebuscar en los libros que me he descargado en el ebook que compré para las noches de hospital, y descubrir que no me apetecía leerme ninguno; después de rebuscar también en el ebook de él para leerme alguno de los libros que él se leyó, acabé llorando desconsolada porque leer los libros que él se leyó no me consuela, y además quiero que me duren, lo que es incompatible con leerlos... así que cuando me recuperé del sofoco, empecé dos libros, como cuando era jovencita y mezclaba lecturas, cosa que no hacía hace años... los libros son dos poemarios de ana blandiana y el orlando de la woolf... pero como viene un fin de semana largo, espero que el tiempo me traiga sosiego y que esto de mezclar lecturas sea sólo momentáneo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario