pasé el sábado por la tarde leyendo "y todo eso. una comedia profética" de rose macaulay... libro aparentemente ligero que la autora escribió durante la primera guerra mundial, intentando imaginar como sería el tiempo de paz...
y en el tiempo de paz hay un ministerio de cerebros que se encarga de la inteligencia de la población, por aquello de que en teoría, si todos somos más inteligentes, será más complicado que haya otra guerra... así que el ministerio de cerebros además de cursos obligatorios para desarrollar la inteligencia, promueve una serie de leyes, según las cuales, la población ya catalogada según su nivel de inteligencia, debe tener en cuenta su categoría (A, B1, B2, B3, C1, C2, C3...) para casarse y tener hijos...
así que el ministerio aconseja y promueve los matrimonios de las categorías superiores, pero si aún así tú eres un, pongamos, C3 y te quieres casar con otro C3 y tener hijos, esos hijos irán grabados con unos impuestos especiales, por no ser genéticamente apropiados...
además hay personas que no tienen permiso para casarse... y colectivos a los que se les exime de los cursos para el desarrollo de la inteligencia (cuyas campañas publicitarias son absurdas), y el ambiente se caldea... hay bebés abandonados por toda inglaterra porque sus padres no pueden pagar las multas por haberlos traído al mundo, y parejas que tienen que separarse porque sus inteligencias no son compatibles...
y hay periódicos a favor y en contra... y en medio de todo ese lío el ministro y kitty (una de las mejores trabajadoras del ministerio) se enamoran pero no deberían casarse según las leyes que ellos mismos dictan...
pero el amor es el amor... claro... y hasta aquí puedo contar...
sí que es cierto que es una novela muy entretenida, que me ha hecho sonreír varias veces mientras la leía...
y terminé el libro de rose macaulay el domingo por la mañana... y no sabía qué leer... últimamente estoy muy insegura en esto de elegir lecturas... así que aunque rompe con mis estrictas normas en el orden de las lecturas (no leer dos autores seguidos de la misma nacionalidad, y menos aún si son contemporáneos), confesaré que retomé la lectura de los diarios de virginia woolf...
y el domingo por la mañana me leí el año 1927, en el que virginia terminó de escribir "al faro" y empezó a escribir "orlando"... y aunque yo pretendía leerme el año 1927 y dejarlo, pasé la tarde leyendo el año 1928, en el que virginia terminó de escribir "orlando" (que será mi próxima relectura) y dio las conferencias que más tarde se convertirían en "un cuarto propio"...
y ligereza, los cálculos de dinero que hace virginia, sus tés y sus cenas con los de bloomsbury, sus viajes, sus vueltas... y su escritura... que viene bien en un fin de semana como el pasado...
y aunque cuando terminé el año 1928 habría empezado con mucho gusto el año 1929, la idea es ir mezclando los diarios con las novelas... así que hasta que no me lea "orlando" (calculo que en un par o tres de semanas) no podré retomar los diarios...
(también he de decir que localicé "orlando" en mis estanterías y que tentada estuve de empezarlo ya... pero las manías están para respetarlas... y teniendo en cuenta que soy un pelín obsesivo-compulsiva, sospecho que si me dejo llevar por mis caprichos podría leer a virginia y nada más que a virginia en los próximos meses... y no pasaría nada... pero también creo que en la variedad está el gusto, y que es mejor ir mezclando lecturas y no obsesionarse con determinadas literaturas... de ahí precisamente esa norma/manía que dice que no debería leer autores o autoras de la misma nacionalidad seguidos... igual que intento mezclar prosas y poesías...)
así que después de dejar el tercer tomo de los diarios de virginia en la estantería (curiosamente los diarios de la woolf son los únicos libros que no amontono en la mesita y el reposapies del salón, y que vuelvo a dejar en su sitio cada vez) abrí su ebook, y ahora me estoy leyendo "el huerto de emerson" de luis landero... porque leerme los libros que le gustaron me reconforta de una forma extraña... porque le imagino sonriendo al verme a mí leyendo en su libro electrónico (yo que sólo leía en papel!) y a su landero (yo que siempre le decía que no deberíamos mezclar necesariamente nuestros gustos literarios!) y de momento, la verdad, es que me está encantando...
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