dicen que no deberíamos volver a los lugares en los que fuimos felices porque encontraremos el lugar, pero no la felicidad, porque la felicidad la llevábamos con nosotros... yo sé a qué sitios no voy a volver, al menos de momento, como a la casa del libro, al parís-valencia de pelayo, a la fnac, al pío v, al prado o a una cafetería que hay detrás del luis vives, que creo que es la única cafetería que queda abierta de aquellas cafeterías donde quedábamos a tomar café hace años, cuando lo nuestro estaba empezando... tampoco puedo pedir comida china al chino al que le pedíamos la cena algunos sábados por la noche... y aunque es uno de mis restaurantes favoritos, creo que tardaré un tiempo en poder ir al aoyama a comer o a cenar...
por eso quizás ha sido un error empezar a leer "diario de una soledad" de may sarton...
su libro "anhelo de raíces" fue uno de los regalos que me hicieron mis padres en mi último cumpleaños... y fue uno de los últimos libros que me leí antes de que todo esto empezara, cuando aún era feliz; en abril, cuando abril aún era mi mes favorito porque en él se juntaban su cumpleaños, el mío y el día del libro...
no sé porqué, al ver que gallonero había sacado este "diario de una soledad", pensé que, de algún modo, leerlo me devolvería, no la felicidad, pero sí, de alguna manera, la tranquilidad de aquellos días, cuando aún no conocía este dolor constante y profundo y respiraba con normalidad...
no ha pasado, claro... parece mentira que a mi edad siga creyendo en la magia... la literatura salva, cierto, pero no hace milagros como devolverte a abril en septiembre, y aunque consigue conjurar el desasosiego el tiempo que eres capaz de concentrarte en lo que estás leyendo, no atenúa el dolor ni te hace olvidar la realidad que te espera cuando cierras el libro...
que el libro me está gustando... me cae bien may sarton, y me gusta como escribe y como cuenta su soledad y sus relaciones y su trabajo... pero la tranquilidad y la paz que sentí con su "anhelo de raíces" no la voy a recuperar... al menos no de momento...
así que sigo leyendo a may sarton... pero sin esperar milagros...
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