y ayer me leí "y eso fue lo que pasó" de natalia ginzburg, casi del tirón... casi diría que un trago...
explica la ginzburg en una nota a modo de prólogo del libro:
"Cuando escribí Y eso fue lo que pasó me sentía infeliz y no tenía ganas de pelear ni de combatir. Tal vez alguien piense que tenía ganas de ponerme a pegar tiros porque esta historia empieza con un disparo, pero no era el caso. Era infeliz y me encontraba totalmente sin fuerzas.
Escribí esta historia para sentirme un poco menos infeliz. Me equivoqué. No debemos buscar nunca un consuelo en la escritura. No debemos perseguir un objetivo. Si hay algo seguro es que es necesario escribir sin perseguir ningún objetivo.
El disparo nació por casualidad. Deseaba escribir, encontré un disparo y le seguí la pista. Pero el disparo no responde a una necesidad real de la historia. La historia sucede a disgusto y en otro lugar."
la historia sucede a disgusto y en otro lugar... lo que me dejó intrigada...
y la historia empieza así:
"Yo le dije:
-Dime la verdad.
Y él me contestó:
Qué verdad?
Dibujó a toda prisa en su cuaderno y me lo enseñó: un tren largo muy largo con una gran nube de humo negro y él asomándose por la ventanilla y saludando con un pañuelo.
Le pegué un tiro entre los ojos."
sí... le pegó un tiro entre los ojos...
lo que viene detrás es esa historia que según la propia autora sucede a disgusto y en otro lugar... quizás en un banco del parque... quizás en un tiempo anterior... en todo lo que la narradora nos tendrá que explicar para que entendamos sus porqués... y aunque no sé si era su intención, porque no habla de intención en la nota aclaratoria, que entendamos que la pobre no podía hacer otra cosa...
que me ha maravillado que un libro de apenas setenta páginas sea tan intenso, pese a que la autora, y también la narradora, se sienta tan infeliz y no tenga fuerzas ni de pelear ni de combatir...
y ahora estoy leyendo "el infinito en un junco" de irene vallejo... y creo que pasaré con él el fin de semana...
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