miércoles 8 de septiembre

terminé de leerme el maravilloso "el mar, el mar" de iris murdoch ya en la cama, y ya pasadas las doce de la noche, y aunque me dije a mí misma que me iba a dar mucha rabia tener que levantarme a buscar nueva lectura a la hora que era, y estando ya en la cama, y que lo mejor hubiera sido dejar el libro sin terminar y terminarlo ya al día siguiente, pero no me hice caso, me lo terminé y me tuve que levantar (y me dio mucha rabia) a ver que libro empezaba (y ya eran más de las doce y media) por aquello de que una no se puede ir a dormir tranquilamente (ni a la ducha, ni a hacer la compra, ni a tomarse un café...) sin un libro empezado...

(admito que intenté hacerme trampas diciéndome que tenía a medias los diarios de virginia, y el tomo trece de la comedia humana, y el cuarto tomo de las obras completas de colette... incluso me dije que total, qué más podía pasar... pero como hacerse trampas a una misma no tiene mucho sentido, y hay muchas cosas que podrían pasar, por mucho que yo finja ignorarlas... y las manías no las curan los médicos, y esto al final es una manía sin sentido que arrastro desde hace tantos años que es mejor no jugar con fuego, y respetar las manías propias, así que me levanté y me fui al pasillo a buscar algún libro que empezar antes de que se hiciera más tarde y me desvelase ya del todo...)

pensé en releerme un libro de poesía de kathleen raine que estuve buscando la semana pasada por las estanterías, precisamente para releerlo, pero otra de mis manías es la de no leer dos autores seguidos de la misma nacionalidad... aunque una es irlandesa y la otra británica, pero las manías son las manías, y una no las controla... así que descartada kathleen raine, y descartada también, por la misma lógica, la woolf (dudaba entre si releer la señora dalloway o empezar con el tomo tres de sus diarios), pensé en releer a la sexton, porque su libro estaba arriba del todo de uno de los nuevos montones que han surgido en el salón, pero tampoco me apetecía a esas horas de la noche... y ya iba camino del armario del pasillo, descartando a margaret drabble y a sally rodney mentalmente por lo de la nacionalidad, igual que la antología de poetas inglesas, cuando en el último estante de la estantería vi "vidas de celuloide" de rosa arciniega... así que no llegué al armario, sino que cogí ese libro, me leí las tres primeras páginas y me dormí tranquila...


y con ella estoy, con rosa arciniega y sus "vidas de celuloide", que es toda una grata sorpresa, al menos de momento... la historia de un actor alemán que se va a hollywood a triunfar... 

(y no paro de pensar lo que le habría gustado a él esta novela, con lo cinéfilo que era... y marco las páginas que no le voy a leer en voz alta, pero que le habría leído y que no puedo dejar pasar sin hacerles una pequeña marca... y pienso que no sé si se la habría prestado, aún a riesgo de que no me hubiese sido devuelta, o si me hubiese esperado a regalársela en navidad... y ya de paso en lo triste que es no tener que pensar en su regalo de navidad y de reyes... pero en esas cosas es mejor no pensar... al menos de momento... así que sigo leyendo...)
   
   

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