sobre la mujer del coronel (o intentar empatizar con una nazi...)

Lo bueno de la vida pasada es que jamás regresa.

No obstante, jamás desaparece nada. 


La cita es de la novela "la mujer del coronel" de rosa liksom... se la pedí a los reyes y me llegó la semana pasada (porque este año papá noel y los reyes, curiosamente me trajeron libros que ya tenía, y los cambios es lo que tienen, que tardan un poquito...) en fin... que me la trajeron los reyes en marzo, me la leí este fin de semana y la verdad es que no sé si me ha gustado...

y es que la novela nos cuenta en primera persona la historia de una mujer finlandesa, nacida a principios del siglo pasado, su historia con el coronel, que es mayor que ella, amigo de su padre, y un pelín nazi... claro que ella también es nazi... de ahí, quizá, mis reticencias...

(confesaré que me descubrí a mí misma leyendo apartando el libro de mí, todo lo que mi vista y mis brazos me permitían...)

una historia de amor (¿?) bastante tóxica, que se mezcla con los días previos a la segunda guerra mundial, en un ambiente que admito que me era desconocido hasta ahora (me doy cuenta de que mis lecturas han sido muy parciales, ya que desconocía esas ganas de entrar en guerra, y ese apoyo incondicional a alemania...), y que cambia cuando pasa de compromiso a matrimonio, cuando la guerra termina y los nazis y el coronel, pierden...

cuenta la narradora después de la primera paliza...

"Durante los hermosos días posteriores, me dejé convencer. La voz del Coronel, que se había vuelto tan querida y familiar y segura, me ablandó. La fé y la esperanza tenían que volver, porque sin ellas estaría muerta. Y pronto nos sumergimos en el océano del perdón donde cientos y mil veces veces ahogué los actos dolorosos y las malas acciones. Se hundían allí como un saco de vicios y pecados cargado de piedras." 

y continúa poco después...

"Después de los primeros golpes, el patrón de nuestra vida fue siempre el mismo. Primero unos días de agradable vida cotidiana, luego el Coronel se aburría y no podía respirar. Estaba ansioso, lo consumía el veneno de la insatisfacción, deseos que escapaban a su comprensión. Como si tuviera malaria, empapaba las sábanas de sudor, daba vueltas, se removía, no conciliaba el sueño, luchaba y gesticulaba un tiempo, luego se marchaba. Iba a follarse a una u otra y regresaba borracho. Me despertaba, me abrumaba con reproches, me gritaba, se burlaba de mí y buscaba pelea. Si era necesario discutía consigo mismo y daba vueltas poseído por la ira propinando puñetazos a las paredes. Me arrancaba de la cama y derramaba su furia sobre mí. Necesitaba los ataques de ira para desahogar su frustración. Una leve sumisión le proporcionaba bienestar, le calmaba. Se excitaba tanto que su polla estaba a punto de explorar y luego me daba una paliza.

y un poco después escribe...

"A veces, cuando él había terminado de pegarme, llorábamos juntos como chiquillos. Llorábamos por la terrible trampa en la que ambos nos encontrábamos, y rezábamos para que el sufrimiento siguiera igual de vivo y mordaz. A su manera extraña e insana, el Coronel me amaba, y es por eso que yo no quería o no podía marcharme. Cuando una persona tiene amor, aunque sea insano, lo tiene todo."

creo que entiendo la tesis del libro, y la comparto y no la comparto... no tiene que caerte bien alguien para condenar la violencia que sufre... la violencia engendra violencia y quizás por eso ella después hace lo que hace tras dejar al coronel y empezar a recuperarse... no sé... igual el libro no tiene tesis y yo le estoy buscando los tres pies al gato...

el caso es que como te digo no sé si me ha gustado o no el libro... los que no me han gustado han sido el coronel y su mujer... y es difícil entrar del todo en un libro, cuando la narradora no te acaba de caer bien del todo...


ahora me estoy leyendo "grecorromanas. lírica superviviente de la antigüedad clásica"...



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