27 de septiembre...

y después del "decamerón de las mujeres" me leí "su último deseo", el último libro traducido al castellano de mi muy querida joan didion... 

y quise este libro desde el momento en el que me enteré de que salía por uno de esos artículos que nos cuentan cuales van a ser las novedades de la reentré (que no sé si se escribe así, pero no tengo tiempo de preguntarle al google cuál es la manera correcta de escribirla...), así que lo pedí en mi librería favorita y en cuanto me avisaron de que ya lo tenían (con un par más que también quería) para allí que me fui... y en cuanto me acabé el del "decamerón de las mujeres" que me estaba leyendo en ese momento, pues me lo leí... claro...

y te diré que me ha encantado este libro en forma de informe, que intenta explicarnos qué hacía elena mcmahon en una isla tropical en 1984, cuando estaba a punto de pasar lo que pasó al final y como esa casualidad (o ese cúmulo de casualidades) hace que las causas se conviertan en efectos y los efectos parezcan causas, y que los vayamos entendiendo y distinguiendo a medida que vamos leyendo...

porque como dice joan didion en el segundo capítulo:

"Para que conste en acta, soy yo quien habla. 
Ya me conocéis, o creéis conocerme. 
La autora no del todo omnisciente. 
Que ya no se mueve deprisa. 
Ya no viaja sin equipaje."

y sigue explicándonos que cuando en 1994 decidió contar por fin esta historia, registrar los indicios que se le habían pasado por alto diez años atrás, procesar la información antes de que desapareciera del todo, se planteó reinventarse en forma de comisionada de asuntos públicos en la embajada en cuestión, de funcionaria de carrera del servicio diplomático operando bajo el paraguas de la USICA. "lilianne owen" habría sido su nombre en aquel constructo, una estrategia que terminó abandonando por resultarle limitadora y reduccionista, un artificio sin objetivo. "me lo contó más tarde", habría tenido que estar diciendo todo el tiempo lilianne owen, y "me enteré después de que pasara". en calidad de lilianne owen se resultaba poco convincente incluso a sí misma. en calidad de lilianne owen no nos podría haber contado ni la mitad de lo que sabía. 

porque su intención era poner las cartas sobre la mesa. su intención era traernos su equipaje personal y abrirlo delante de nosotros. 

porque cuando o por primera vez esta historia, hubo elementos que le parecieron cuestionables, detalles de los que no se fió. los datos de la vida de elena mcmahon no terminaban de concordar entre sí. les faltaba coherencia. se echaban de menos conexiones lógicas, de causa y efecto. ella quería que esas conexiones se materializaran ante nosotros igual que se terminaron materializando ante ella

dice también que la mejor historia que llegó a contar era un reconfortante sueño tropical. esto es algo distinto... 

es definitivamente algo distinto... la historia de elena mcmahon, pero también una historia que va cambiando a medida que esa autora no del todo omnisciente nos la va contando... porque cambia la historia y cambia elena... una elena que no llegamos a saber porque hace lo que hace (o porque lo deja de hacer) y que en determinado momento (no te imaginas lo difícil que es hablar de este libro en abstracto porque no quiero contar nada que anticipe ninguna de las revelaciones que la autora nos va haciendo a medida que vamos leyendo) parece que decide dejarse llevar... o tal vez sería más correcto decir que elena decide quedarse quieta y esperar...

una maravilla, como no podía ser de otra forma, esta maravillosa novela de mi querida joan...


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