sobre una novela, un ensayo y las relecturas de dos obras de teatro...

y es jueves, y cada vez me cuesta más retomar estos tecleos... y es que, como bien sabes, los días se me han ido complicando poco a poco... y ahora, al final del año, no tengo tiempo apenas ni de pensar lo que estoy haciendo... mucho menos de pensar tranquilamente en mis últimas lecturas (que con la falta de tiempo se me acumulan) para contártelas...

pero visto que estoy castigada en la caja, y que no puedo ponerme con las intracomunitarias (que es mi propósito para esta tarde de jueves) abro este editor, dispuesta a teclear...

y aunque releyendo mi último post debería retomar el hilo de mis lecturas en rompiente de jorie graham, poemario editado por la editorial bartleby; con tu permiso me lo salto (porque ya sabes que yo no sé hablar de poesía, y porque el poema que tengo en borradores es demasiado largo para el post corto que pretendo escribir), y te hablaré de ni de eva ni de adán de amélie nothomb (autora a la que le voy pillando el gusto a medida que la voy leyendo, a la que a día de hoy me declaro totalmente enganchada...)

y dice la nothomb:

  


me pareció que enseñar francés sería el método más eficaz para aprender japonés. dejé un anuncio en el tablón del supermercado: «clases particulares de francés, precio interesante».

aquella misma noche, sonó el teléfono. quedamos para el día siguiente, en un café de omote-sando. no entendí su nombre, él tampoco el mío. después de colgar, me di cuenta de que no sabía cómo lo reconocería, él tampoco a mí. y como no se me había ocurrido pedirle su número, ya no tenía remedio. «quizás vuelva a llamarme para aclararlo», pensé.

no volvió a llamarme. la voz me había parecido joven. tampoco era un dato muy significativo. en 1989, no eran precisamente jóvenes lo que faltaba en tokio. y menos en un café de omote-sando, el 26 de enero, hacia las tres de la tarde.

yo no era, ni mucho menos, la única extranjera. él, sin embargo, se dirigió sin dudarlo hacia mí.

amélie nothomb (ni de eva ni de adán)



y así empieza esta novela, en la que la nothomb nos cuenta otra parte de su vida... los dos años que pasó en japón, primero estudiando y después trabajando... y el que se dirige sin dudarlo a ella es rinri, un joven japonés al que la nothomb empezará dando clases de francés... y no te cuento más porque no quiero adelantar demasiadas cosas...

lo que sí que voy a hacer es copiarte otro pedacito de esta novela... y es que dice la nothomb en un momento determinado que...




llevar a alguien a mi casa siempre ha constituido una prueba terrible para mí. por definición, y por motivos que no alcanzo a comprender, mi casa no es un lugar frecuentable.

desde que me independicé, un lugar habitado por mí se parece, de entrada, a un trastero ocupado por refugiados políticos dispuestos a salir por piernas a la mínima redada policial.

amélie nothomb (ni de eva ni de adán



y es que, aunque mi casa no parece exactamente un trastero ocupado por refugiados políticos dispuestos a salir por piernas, me pasa algo parecido a la nothomb con casi todo el mundo... 



(y he tenido que interrumpir este post por causas ajenas a mi voluntad, para primero buscar un regalo por internet que está buscando mi madre, después para atender a dos visitas, porque esto de trabajar con la familia implica que el resto de amigos y conocidos sabe donde trabajas y aprovechan estas fechas tan especiales para pasar a saludar, y para meter las intracomunitarias, bueno, todas no, sólo la mitad, pero es que la otra mitad no puedo porque aún no tengo las facturas... así que intentaré retomar mis tecleos...)



y después de la novela de la nothomb, me releí la electra de sófocles... por qué?... pues si te he de ser sincera: no lo sé... quizás porque tenía el tomo de tragedias de sófocles a medio releer desde que me releí su antígona, y después de releerme los dos edipos sólo me quedaba esta tragedia para terminar el tomo, y yo sabes que es llegar diciembre y tengo la sensación de que tengo que ir acabando las cosas que he ido empezando durante el año... o quizás que a veces apetece antigua grecia, igual que a veces apetece poesía y otras veces prosa ligera; igual que a veces te apece un novelón y otras lo que te apetece es una novelilla corta... 

y es que mira, por ejemplo, como empieza...




pedagogo.- oh, hijo de agamenón, el que en otro tiempo estuvo al frente del ejercito en troya! ahora te es posible -pues estás presente- contemplar aquello que siempre deseabas. ésta es la antigua argos que anhelabas, recinto sagrado de la doncella, hija de ínaco, la fustigada por un tábano.

sófocles (electra)



y es que los griegos tienen una solemnidad que se ha ido perdiendo con el tiempo... y que quieras que no, de vez en cuando apetece...

sobre la tragedia, no sé qué decirte... la historia ya la sabes: agamenón volvió de troya y fue asesinado por su esposa y el amante de ésta (hay quien dice que por lascivia, y quien dice que fue en venganza porque agamenón sacrificó a la hija de ambos, ifigenia para que sus naves pudieran salir del puerto) y su hija electra juró vengarse y para ello apartó (hay quien dice que lo salvó) a su hermano orestes de su madre y espera en palacio que vuelva su hermano y vengue la muerte de su padre matando a su madre... y ahí precisamente es donde esta tragedia empieza: cuando orestes llega... y no te digo más, que bastante he dicho ya...



y después de electra, cambié de registro, y me leí miami, un libro de joan didion... un ensayo sobre miami y los refugiados cubanos que ha hecho que entienda mejor ciertos aspectos de la política norteamericana que no tenía claros...

y de miami te voy a copiar un trocito en el que la didion cita a hannah arendt, y que bien podría servirnos ahora mismo...

y es que dice la didion hablando de los discursos de ciertos medios y de ciertos políticos que...




esa persona no está tratando de convencer, sino que, por el contrario, cuenta con la disposición del oyente a admitir, en lo que hannah arendt ha llamado, refiriéndose a las discusiones sobre propaganda, «la calma pavorosa de un mundo completamente imaginario».

joan didion (miami)



y ya para terminar, déjame que te cuente que me releí (este final de año estoy yo muy relectora) el mercader de venecia, porque desde que me leí el libro de la jong, quería releer a shakespeare y esta maravillosa obra... pero para no ser demasiado típica, en vez de copiarte el celebre monólogo de shylock, te voy a copiar un diálogo entre lorenzo y jessica (la hija de shylock que se fuga con un cristino), en la escena primera del quinto acto...




lorenzo



la luna resplandece. en una noche como ésta,

mientras en dulce viento besaba cariñosamente los árboles

que se movían silenciosos -en una noche como ésta-

debió troilo de escalar las murallas de troya,

y su alma exhaló un suspiro frente a las tiendas de los griegos

donde crésida yacía aquella noche.



jéssica



      en una noche como ésta,

tisbe caminó sobre el rocío con temor

y al ver antes la sombra del león que el león mismo

llena de espanto se alejó.



lorenzo



      en una noche como ésta,

dido, con una rama de sauce entre sus manos,

en la desolada orilla del océano, suplicaba a su amor

que volviera a cartago.



jéssica



      en una noche como ésta,

medea recogió las hierbas encantadas

que rejuvenecieron al anciano esón.



lorenzo



      en una noche como ésta,

jéssica dejó como ladrona al rico hebreo,

y con su amante pródigo huyó desde venecia

hasta llegar a belmont.

william shakespeare (el mercader de venecia)



y es que ha sido una verdadera maravilla volver a sentir el miedo por esa libra de carne, y el alivio de que sólo pueda contener carne, y ni una gota de sangre...

y ahora corto y cierro... que yo pretendía escribir un post corto, y me da a mí que no lo he conseguido...


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